Erwin Schnaidt Ávila
En los primeros diez meses de 2016, más de 200 dueños de propiedades de Puerto Montt recibieron notificaciones de remate, estableció un estudio realizado por la Asociación de Consumidores Intercomunal Décima Región (Cider).
El dato forma parte de un informe elaborado por esa entidad, en el marco del proyecto "Endeudamiento y vulnerabilidad financiera de hogares", que realizaron al ganar un proyecto de Sernac.
En ese análisis, lograron determinar que en total son 224 requerimientos judiciales de remate por deudas personales de viviendas, sitios y parcelas, que están concentrados en los bancos Estado, Scotiabank, Santander y BCI, que agrupan 154 casos (68,8%).
Asimismo, detalla que los sectores habitacionales más afectados son los de Alerce Sur (37), Valle Volcanes (14), Bosquemar (12), Puerta Sur (10), Parque Fundadores de La Vara (7) y Altos de Tenglo (6).
Hernán Navarro, presidente de Cider, comentó que la morosidad habitacional de sectores sociales vulnerables está vinculada a contingencias que les imposibilitaron seguir pagando, como cesantía prolongada y problemas de salud.
A ello agregó la baja capacidad financiera para renegociar la deuda y eventualmente rebajar tasa de interés. "Una cantidad importante obtuvo créditos hipotecarios en los bancos Estado y del Desarrollo (hoy Scotiabank) a tasas de interés relativamente bajas, pero luego el servicio de la deuda ha ido encareciendo el crédito, hasta llegar a ser insostenible su pago".
Bajas posturas mínimas
Navarro expuso que esa situación ha motivado que se ejecute el remate, en los que el valor de la postura mínima del embargo no alcanza a cubrir el total de la deuda morosa, "por el bajo valor de tasación fiscal y comercial de ese bien raíz".
En efecto, en el documento de Cider revelan bajas posturas mínimas, como la de un departamento en el sector Ampliación Mirasol, rematado a través de BancoEstado, que obtuvo un millón 198 mil 256 pesos.
Explica el estudio que esa situación "está en directa relación con la ejecución de clientes de alta vulnerabilidad social y financiera, residentes de sectores poblacionales de menores recursos económicos".
Agregan que esas bajas posturas "difícilmente alcanzarán para cancelar toda la deuda, quedando un remanente que el deudor moroso deberá seguir pagando".
Carga financiera
Hernán Navarro comentó que los altos montos de morosidad hipotecaria pueden llegar hasta los $ 87 millones, ya que los dividendos fueron pactados en cuotas mensuales de hasta $400 mil, lo que "supera la capacidad de pago, llegando a una carga financiera de hasta el 80 % de los ingresos. Eso no es posible sostener en el tiempo y se deja de pagar el dividendo. Entonces, la institución financiera realiza una demanda ejecutiva, con posibilidad de embargo", expuso.
Recesión económica
Para el economista Jorge Weil, el endeudamiento de los sectores sociales de menores ingresos "ha sido una constante espiral ascendente en al menos las dos últimas décadas, con aceleraciones en los períodos de crisis y estímulos del mercado al uso del crédito de consumo".
El académico de la Universidad de Los Lagos precisa que "la tendencia al endeudamiento que abarca los dos quintiles de más bajos ingresos, los menores de 25 años y los adultos mayores de 70 años, alcanza niveles nunca antes vistos de insolvencia, amenazando su escaso patrimonio familiar".
Añadió que el fuerte incremento de la cesantía, como resultado de la crisis salmonera y marea roja, impulsó el trabajo por cuenta propia y la economía informal, lo que no pudo compensar los ingresos anteriores de esos trabajadores.
"De esta forma, -añade-, la región muestra un cuadro de recesión económica, al que contribuye no sólo la pesca y la acuicultura, sino también la construcción".
Postuló que ello se ve reflejado en los indicadores del comercio, como una baja en el consumo y la proliferación del comercio ambulante, "con rebotes en un aumento de la actividad comercial ilícita y la delincuencia".