Debemos reconocer que el 2016 no fue fácil. La economía no nos acompañó como esperábamos; nuestra Región se vio duramente golpeada por la crisis generada por la Marea Roja; la muerte de una menor al interior de un centro dependiente del Sename abrió una caja de Pandora que nadie sospechaba y que nos duele y avergüenza; la colusión sigue presente como una mala práctica en el sector empresarial, y muchas de nuestras reformas se vieron truncadas por la oposición y su obstinación por vulnerar el sistema a través de recursos en el Tribunal Constitucional, pero también porque muchas fueron propuestas deficitarias del Ejecutivo.

Este período que dejamos atrás también fue de sacar lecciones de golpes fuertes, como los resultados en las elecciones municipales, donde la gente manifestó su disconformidad con la clase política y optó por la abstención. Eso, sin duda, fue un síntoma de una enfermedad que se venía arrastrando hace tiempo, y que dice relación con la pérdida de confianza con los representantes. Esa disconformidad también se vio reflejada en las calles, al protestar en contra del sistema de AFP. Ante eso, presenté proyectos que permiten evitar abusos de estas entidades. Uno es el que elimina el beneficio que gozan las AFP's en materia de cotizaciones previsionales adeudadas por el empleado, y otro que busca evitar la apropiación indebida de cotizaciones. Sin duda, hay que pensar en cambiar el sistema en forma sustancial.

El tema ambiental nos caló fuerte. Expresión de aquello fue la crisis que se generó por la floración de algas, que derivó en mortandad de salmones y luego una Marea Roja sin precedentes. El planeta está hablando y tenemos la obligación de hacer algo. Por eso es que valoro que nuestro país haya firmado el Acuerdo de París, lo que significa un importante desafío y compromiso que Chile asume en el contexto mundial ante los efectos del cambio climático.

Las regiones hablaron y desde ahora tendrán más poder, al elegir de manera directa a sus intendentes. Estamos, con esto, dando un paso importante para terminar con el centralismo que ha gobernado nuestro país por tantos años.

Diputado de la República. Región de Los Lagos.

Patricio Vallespín López.

Siendo la conectividad una de las debilidades locales y ésta imprescindible para un buen desarrollo urbano y turístico de Puerto Montt, todas las iniciativas que surjan para mejorar en este aspecto son dignas de considerar, tener en cuenta, analizar y, si es concretable, darle el impulso correspondiente. Más todavía, si el parque automotor no para de crecer y en materia de calles y vías, el empinado puerto y su explanada junto al mar, se encuentran saturados en su capacidad. Sobre lo cual la muestra más evidente son los permanentes congestionamientos vehiculares en las principales calles de la ciudad. Un tormento ciudadano rutinario, cada vez más insoportable.

Por eso es que la idea municipal de estudiar la posibilidad de incorporar los servicios de un buscarril, que circule entre Puerto Montt y Alerce y viceversa, no deja de impresionar positivamente a la comunidad. Y particularmente en quienes deben soportar a diario las falencias del transporte entre ambos puntos y que en determinados momentos llegan al colapso.

Según lo sabido de la experiencia del funcionamiento de un medio de transporte semejante, cubriendo el tramo entre Talca y Constitución, los resultados son favorables y representan un importante aporte a la eficiencia en el tráfico poblacional en esa influyente zona de nuestro país.

Replicar en nuestro medio las cosas buenas que son un aporte en otras regiones -como este buscarril- no cabe duda que constituyen pasos benéficos para un Puerto Montt en plena modernización. Y no olvidemos que también puede ser un respaldo complementario eficaz -en esta innovadora propuesta- la incorporación de la conectividad no tradicional. Donde destacan los funiculares, ascensores e incluso teleféricos. Sobre todo, en una ciudad puerto como la nuestra, de escarpada y sinuosa geografía, que requiere nuevas y más variadas facilidades de desplazamiento. Incluso, para acceder a la isla Tenglo (teleféricos), a falta de un puente.

Es tiempo de ponerse a la altura de la estratégica gravitación interregional del Puerto Montt de hoy.