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Melinka, el pueblo que fue el epicentro del terremoto 7,6° y logró salir sin daños

ZONA CERO. La localidad del extremo norte de Aysén, que limita con Los Lagos, no vio afectada sus estructuras, pero sus ciudadanos se sienten abandonados por las autoridades del nivel central.
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Luis Américo Toledo

"Somos el único pueblo en el mundo, que ha sido el epicentro de un terremoto de magnitud 7,6 grados en la escala de Richter, y que ha resistido el sismo sin ningún daño". Con esas palabras el alcalde de la comuna de Las Guaitecas, Cristián Alvarado, describió la situación vivida por la comunidad de Melinka el día de Navidad.

El edil había viajado a Santiago, para gestionar recursos para la educación municipal cuando a través del grupo de Whatsapp del Comité Operativo de Emergencia comunal, se enteró del fuerte movimiento telúrico.

"Me comunique de inmediato vía telefónica sin ningún problema, porque en la isla nunca tuvimos una interrupción de la energía eléctrica ni saturación de los servicios de telefonía móvil. Todo resistió bien. El único problema lo generó el cambio de horario en la supuesta llegada de las olas del tsunami a nuestras costas, lo que afortunadamente no ocurrió", dijo el edil de la que podría ser considerada la zona cero del sorpresivo terremoto de Navidad.

De acuerdo a informaciones del COE comunal, en la isla del archipiélago de las Guaitecas fueron evacuadas 622 personas desde el borde costero. Informes de Carabineros precisan que no se registró ningún trastorno del orden público durante el proceso.

"Realizamos con anterioridad cinco simulacros de evacuación de tsunami, y tenemos instalados 11 letreros que señalizan las vías de evacuación, por eso todo resulto sin inconvenientes según me informó el COE", aseguró el edil que retornó cerca de las 17 horas de ayer a la isla.

La roca

Varias voces creen que el secreto de la ausencia de daños tras el terremoto de Navidad en Melinka, se debe al tipo de construcción y al suelo de la isla, que también se conoce como "la roca".

"La isla es una gran piedra, los cimientos de las viviendas son de madera de ciprés y la gente ha autoconstruído sus casas de manera muy firme, porque hay madera de muy buena calidad disponible en la zona. De hecho por el tamaño de la planta del municipio no tenemos un Departamento de Obras, acá nos fiscaliza el Serviu. Acá tampoco ha habido una intervención habitacional del Estado, sólo a principios de los 90' se construyeron seis viviendas sociales", indicó.

Juan Esposas, quien vivió el terremoto en el archipiélago, aseguró que el movimiento de las 11.22 del domingo "fue bastante fuerte, cayeron algunas cosas en las casas, pero no hubo daños en las estructuras. Acá funcionó todo, no se cortó el Internet, la luz ni el teléfono, siempre estuvimos conectados, en definitiva no pasó nada, creo que es porque el suelo es muy resistente, es pura roca, y las estructuras son de madera".

Tras el sismo, recuerda que sonaron las alarmas de tsunami, y comenzó la evacuación del borde costero hacia las zonas seguras en sectores altos. "Todo el mundo se dirigió en orden hacia esos sectores con el apoyo de Bomberos y Carabineros", cuenta.

María Eliana Cárcamo está por cumplir 70 años, y hace 30 llegó a Melinka desde Quellón, donde vivió el terremoto de mayo 1960 como adolescente. "El terremoto del 60 fue muy diferente, de una mayor intensidad y una mayor duración. Ayer me sorprendió el sismo en mi casa, que está frente al mar. Tuve miedo porque vivimos frente al golfo del Corcovado, esperé un rato en mi casa, calmé a mi hija que estaba con sus niñitos y a mis vecinas, y después de eso me fui al lugar seguro. Mi hijo salió de inmediato porque es bombero, mi casa no sufrió ningún daño porque en la isla no paso nada", cuenta.

Sentimiento de abandono

Más allá de los nulos efectos del movimiento telúrico, el sentimiento común de los melinkanos es de abandono de parte de las autoridades del nivel central. "Acá nadie nos viene a ver, estamos haciendo Patria en la isla y ni siquiera por el terremoto llegan las autoridades. Que yo sepa no ha venido ni un ministro ni el intendente de Aysén", sostuvo María Eliana Cárcamo.

En esa línea el alcalde Alvarado dijo que espera la visita del nivel central, porque el terremoto afortunadamente no dejó daños pero sí lecciones que deben ser aplicadas. "Nosotros somos una comuna aislada, y por ello deberíamos tener una oficina local de Onemi para poder enfrentar cualquier tipo de emergencia. Esperamos que la Presidenta que fue a Quellón, también venga a Melinka, porque el epicentro del terremoto fue aquí. También es bueno que vengan los medios de comunicación, porque esta emergencia se produce al inicio de una temporada turística, y es bueno que se informe que acá podemos recibir turistas y no estamos en el suelo", sostuvo.

Similar es la opinión del empresario Turístico Pablo Soto, quien es nacido y criado en Melinka. Con 40 años de edad esta es la segunda oportunidad en la que vive en carne propia un terremoto.

"Pasé el 27F en Puerto Montt, pero eso no fue nada comparado con lo que vivimos la mañana del domingo. Soy el propietario del hotel Ruca Chonos, inmueble de madera que tiene tres pisos y yo estaba en el tercero. Sentí un fuerte ruido antes del movimiento, luego llegó la onda sísmica la que fue muy larga".

Si bien el empresario precisa que no se registraron daños materiales en el inmueble ubicado a metros del mar, a excepción de la cristalería del restaurante del hotel (que el mes pasado se adjudicó el Premio Nacional de Valor Turístico otorgado por Sernatur), asegura que ya ha comenzado a sentir los efectos económicos del sismo. "A 24 horas del movimiento telúrico ya se han cancelado cuatro reservas en el hotel. Por eso agradezco la visita de Diario El Llanquihue, que llegó hasta Melinka para constatar que en nuestra comuna, además del susto, el terremoto no produjo ningún daño estructural", indicó.

melinkanos fueron evacuados desde el borde costero minutos después de registrado el terremoto. 622