Ha finalizado con éxito la remodelación de la Plazoleta Marinero Fuentealba, situada en la Población Manuel Montt de este puerto, en la intersección de las avenidas Ejército y Presidente Ibáñez, otorgándole al sector un entorno de grata modernidad y atractivo.
No obstante, algo muy importante ha quedado rezagado en la ejecución final de esta hermosa plazoleta. Algo que en realidad es lo que le dio un amplio sentido patriótico al nombre que en su oportunidad se le dio al lugar: el del marinero Mario Fuentealba Recabarren, cuyo sacrificio así como el del cabo Leopoldo Hodger Flores, el del capitán de fragata Claudio Hemmerdinger Lambert y el del capitán de corbeta Marcelo Léniz Bennet, y el de otros 51 marinos, cubriera de gloria a nuestra Armada en la tragedia ocurrida en la playa de Manquemapu, bahía San Pedro, el 15 de agosto de 1965. Todo esto, para perpetuar más visiblemente este digno tributo.
Vale la pena recordar que en los primeros días de ese mes zarpó de Puerto Montt el patrullero Leucotón, que a remolque llevó llevó a Talcahuano el ferryboat Alonso de Ercilla (que servía en el canal de Chacao); pero de regreso a su base en este puerto, el Leucotón, sorprendido por un temporal, terminó varado en la caleta Lliuco de Manquemapu. La II Zona Naval dispuso el zarpe de las escampavías Cabrales, Galvarino y Janequeo, al mando del capitán de fragata Claudio Hemmerdinger Lambert, para el salvamento del Leucotón. Pero el mal tiempo impidió el cometido y el 15 de agosto se partió en dos la Janequeo. Y morían valientemente, cumpliendo su deber, el capitán Claudio Hemmerdinger, el capitán Marcelo Léniz, el cabo Leopoldo Hodger, el marinero Fuentealba y otros 51 marinos.
Corresponde, por tanto, para imprimir un sello de gratitud y homenaje al heroísmo de dichos mártires de nuestra Armada, que se reintegre a la plazoleta que nos preocupa el monolito recordatorio y una placa de bronce, donde se estampen los nombres y los hechos gloriosos de estos cuatro dignos servidores de la patria, cuyo ejemplo amerita perpetuarse.