Luis Toledo Mora

Hace diez años, en 2006, un grupo de profesores soñó con tener un espacio, una residencia, que acogiera a aquellos docentes jubilados que se encontraran solos y en situación de vulnerabilidad. Un hogar para los maestros de Puerto Montt, que formaron a los niños y jóvenes en las aulas del ayer.

Lo que parecía un sueño lejano ya se materializó, al menos en su infraestructura. Con 875 metros cuadrados de superficie, ya está en pie en el kilómetro 23 de la Carretera Austral (en el sector de Quillaipe) el espacio que se espera comience a funcionar en un año más.

Ayer, se trabajaba en la instalación de los artefactos sanitarios de los baños privados de las 24 habitaciones que en el futuro albergarán a los profesores retirados. La cocina ya está lista, las lámparas cuelgan en los techos y el piso flotante reluce. Se trata de una obra terminada.

"Esta idea nace porque nos encontramos con colegas con un gran estado de soledad, algunos de ellos incluso teniendo familiares o hijos; sin embargo, murieron solos. A raíz de eso, nació esta idea de la colega Filomena Gallardo, la de contar con un hogar. Se trató en asambleas y comenzamos a trabajar para hacerla realidad", cuenta Silvia Santana, tesorera de la Corporación de Profesores Jubilados de Puerto Montt.

El primer paso, y uno de los más importantes, fue conseguir un terreno para proyectar el recinto. "Buscamos varios sitios en comodato, pero ninguno resultó. Después, tuvimos la suerte que un colega ya fallecido, Sixto Gallardo, conoció al propietario de los terrenos que compramos en Quillaipe. Primero, se adquirió media hectárea y después un paño contiguo, completando 10 mil metros cuadrados con una hermosa vista al mar y a la cordillera", contó la tesorera.

Financiamiento

Mientras Silvia, quien ejerció la docencia en la Escuela 10 Angelmó de Puerto Montt, recorre los pasillos del recién terminado hogar, junto al recientemente electo presidente regional del Colegio de Profesores, Juan Ruiz (quien también es parte del proyecto como presidente de la corporación), abordan cómo financiaron la propiedad que hoy tiene un valor de más de 300 millones de pesos, incluyendo el terreno.

"Recibimos aportes voluntarios de muchos colegas activos, de distintos montos, los que son descontados por planilla gracias al apoyo del Daem. En principio, este hogar va a recibir a profesores que trabajaron en establecimientos municipales", explicó Silvia.

Pero, a pesar de los aportes de los docentes, para llegar a terminar la estructura, la tarea era compleja; por lo que recurrieron a una subvención de la Municipalidad de Puerto Montt, por 120 millones de pesos, la que fue aprobada el año pasado por el Concejo Municipal.

"Este aporte fue importantísimo para acelerar la construcción. Se entregó en dos cuotas, una de 60 millones que recibimos hace un año, a fines de diciembre de 2015, y la segunda en marzo de este año. La próxima semana, vamos a rendir cuenta de ese monto", dijo el presidente regional del Magisterio. Entre otras instalaciones, la residencia para los profesores jubilados cuenta con los espacios para una biblioteca, lavandería, áreas de administración y en materia de seguridad tiene una red húmeda para el combate de algún siniestro. En los próximos días, una maquinaria pesada consolidará los accesos interiores del predio. "Ahora, nos queda el importante desafío de equipar nuestro espacio, con camas y catres clínicos, para aquellos que lo necesiten; con muebles y los elementos necesarios, para convertir este recinto en un hogar. Esperamos que en el futuro la Municipalidad de Puerto Montt nos entregue un nuevo aporte, y nosotros también continuaremos realizando actividades para conseguir recursos. Nuestra esperanza es tener este espacio funcionando en un año más", dijo a El Llanquihue, Juan Ruiz.