Javier Andrade Cárdenas
En el gimnasio municipal hubo aroma de revancha de parte del CEB Puerto Montt.
Y es que los dueños de casa no se dejaron intimidar ante el cuadro de San Fernando Tinguiririca y lo vencieron por 95-86 (44-39) en el segundo de los partidos disputados en el fortín de calle Lota.
Por ello tomaron todas la providencias defensivas para superar a un oponente que resultó un duro hueso de roer durante gran parte del cotejo, olvidando lo ocurrido el sábado donde fueron superados por un ordenado Municipal Puente Alto.
DE MENOS A MáS
En el primer cuarto, la pareja extranjera de Mike Phillips y Louis Munks establecieron las diferencias en la parte ofensiva, sin embargo, esta vez fueron bien acompañados por Francisco Jara y Nicolás Ulloa que aprovechaban desde media distancia para desnivelar el juego.
En el equipo Energético, la principal arma y agente ofensivo fue el argentino José Luis Abeiro, quien se transformó en una constante pesadilla para los internos del dueño de casa, apoyado por el ex escolta de la Universidad de Los Lagos, Michael Ernst, quien se transformó en el más efectivo de la cancha para los visitantes.
El CEB se mostró con un juego más suelto y con un mayor orden. A partir del tercer cuarto comenzó a comandar las acciones y a mejorar desde el perímetro.
En el elenco local, el desempeño de los nacionales, que estuvieron bajo en los dos duelos anteriores, cumplieron una destacado rol en el apoyo en la cobertura.
El hecho curioso de la jornada vino faltando 6.07 minutos para el término del encuentro. Se apagó el marcador, el duelo estuvo suspendido por 10 minutos y en la reanudación se continuó con el reloj manual. Un anécdota que al final no paso a mayores y no destiñó la victoria local.