Una jornada muy especial, de muchas emociones, fue la que se vivió ayer en las distintas alcaldías de la nueve comunas de la Provincia de Llanquihue, donde asumieron oficialmente sus responsabilidades municipales los alcaldes y concejales que privilegió -con su sufragio- la población el 25 de octubre pasado.
Tanto para los que llegaban a los bastiones edilicios, como para los que partían, la fecha conmovió sus espíritus. Porque se trata de cuatro años de delicada tarea de servicio a la comunidad. Por cumplir, para los que arriban. O ya cumplida, para los que se van. Pero siempre con el mismo ánimo: contribuir al progreso comunal y al bienestar de sus habitantes.
No cabe duda, que lo que más espera la ciudadanía provincial de sus nuevas autoridades comunales, es un aporte responsable, generoso, amplio, desinteresado, exento de partidismos, cuyo principal compromiso sea -por sobre todo- el bien común y el progreso socioeconómico, educacional, cultural y estructural de cada una de las comunas de esta zona.
La gente también está esperanzada en encontrar en sus nuevos o reelectos ediles una mayor cercanía y consideración. Muy especialmente cuando haya que abordar esos pequeños grandes detalles, que tanto preocupan, sobre todo, en las barriadas humildes y marginales, referidos a iluminación, transporte, conectividad, aseo, entre otras emergencias.
Mayor seguridad frente a la delincuencia; la definitiva erradicación de los campamentos de pobreza; una mejor calidad educacional; la construcción de ciudades limpias, amables y gratas, con más áreas verdes y plenamente identificadas con sus destinos y patrimonios históricos; con más oportunidades deportivas y culturales para la infancia y juventud, etcétera, es lo que aspira la población provincial. Y es el sentimiento que la inspiró cuando depositó en las urnas su voto para renovar los municipios.
Los desafíos de modernización de las comunas de nuestra provincia, están al frente.
Las autoridades edilicias electas acometerán el reto -con la entrega y fervor que se requiere-, conscientes de la delicada misión que les encomendó el veredicto popular para los próximos cuatro años.