Si existe algo que no se puede tolerar ni dejar pasar ni un solo instante, eso es la agresión, irrespetuosidad e ingratitud -venga de donde venga- hacia los integrantes del Cuerpo de Bomberos, que en Puerto Montt, como en todo el país, no hacen más que ponerse al servicio de la comunidad y de la protección de sus vidas y bienes frente a la desgracia de los incendios y otros infortunios.

Lamentablemente, cada cierto tiempo, emergen en algunos sectores poblacionales estas reprobables conductas, que perturban y dañan la eficiencia del generoso accionar bomberil. Bomberos que, ante el llamado de las emergencias, acuden prontamente -sin importarles dónde sea ni la dimensión del siniestro-. Sólo anhelan cumplir con su deber, llegar a tiempo, salvar lo que puedan y, sobre todo, librar de todo riesgo a las personas afectadas y también a los cercanos habitantes. Muy noble y admirable misión, que sólo merece reconocimientos, la mayor colaboración y facilidades, para que ese auxilio logre la eficacia requerida y la gente no se vea tan perjudicada en situaciones extremas y riesgosas.

Ocurre que -en los casos en comento- , inexplicablemente, los voluntarios son recibidos a pedradas, lesionando a algunos, y en medio de groseros insultos e inhibidoras amenazas. Lo que, obviamente, impide el normal desenvolvimiento del trabajo anti-incendios y agrava más todavía el percance. Algo semejante fue lo acontecido recientemente, al acudir Bomberos a sofocar quemas de matorrales en los límites del radio urbano y en sectores como La Vara, Lagunitas y cerro cercano a Pichi Pelluco. Donde fueron apedreados e incluso amenazados con arma de fuego. Y de lo cual debieron informar a Carabineros.

En consecuencia, se hace imperioso adoptar las oportunas medidas de protección en la labor de Bomberos y de sanción a los autores de estos injustificados ataques. Además de considerar que la mayoría de las quemas de estos arbustos y espinillos, son intencionales, como se ha comprobado. Más aún si nos acercamos a la temporada de altas temperaturas, que incrementan la peligrosidad de los siniestros.

Y no olvidemos que Bomberos tiene su sorteo de fin de año. Oportunidad de reivindicación.

Para quienes vivimos en la Región de Los Lagos hoy tenemos malas noticias. Hace pocos días lamentamos la muerte de cuatro trabajadores quienes se electrocutaron durante las faenas de obras entre Puerto Varas y Puerto Montt.

El corazón de un país que progresa está en la fuerza de las personas que motivadas por sus deseos y anhelos utilizan sus talentos para trabajar de la mejor manera posible. Por eso que los trabajadores deben estar protegidos.

Desde el año 2005 a la fecha son cerca de 318 de trabajadores quienes han perdido la vida en nuestra región. ¿Cómo atacamos esta cruda realidad?

Probablemente usted escuchará de algún político que faltan leyes, que falta regulación. Que hay que hacer más y más leyes. Yo pienso distinto. Pienso que la Dirección del Trabajo cuenta con las herramientas y presupuesto necesario para fiscalizar más y mejor. Que la multiplicidad de normas y reglas terminan alejando a la gente de la política y perpetuando a muchos parlamentarios en sus puestos para que desde ahí prometan soluciones a todo con sus nuevas y complejas leyes. Yo prefiero confiar en las personas y apelar a su responsabilidad. Apelar a la responsabilidad del propio trabajador de exigir que su empleador cuente con las condiciones de seguridad que la ley le exige, y que si no hay una ley que lo obligue a una u otra cosa, que lo ayude de igual forma a trabajar más seguro. En una relación laboral empleado y empleador son igual de importantes. Uno no puede funcionar sin el otro. Prefiero apelar al sentido de responsabilidad de los funcionares públicos, para que fiscalicen con prolijidad a las empresas. Que entiendan que en cada acto de fiscalización que llevan a cabo protegen a los trabajadores.

Prefiero pedirle a los empleadores que sean más cuidadosos con las normas de seguridad para su personal. Que pongan a disposición de sus empleados los equipos más seguros, que los cuidados no sean escasos cuando se trata de nuestro capital humano. Que los comités paritarios funcionen porque así todos ganamos.

Estoy convencido que mediante un llamado a la responsabilidad podemos avanzar más y mejor en la prevención de accidentes laborales. No con más leyes como dirán algunos, si no que con buenas leyes, con buenas fiscalizaciones, con un sentido de trabajo en común y de responsabilidad pública entre todos los actores de una relación laboral: empleadores y empleados juntos por un mismo fin.

Diputado de la República. Región de Los Lagos.

Felipe de Mussy Hiriart.