Ahora, a trabajar por vencer los desafíos
Abstención de votar no significa dejar de luchar por los ideales de progreso y superación, junto a las autoridades electas.
No cabe duda, que es normal y legítimo preocuparse de la alta abstención de votantes que hubo en el plano nacional -bordeando el 60%- y que en Puerto Montt alcanzó el 74%, en las recientes elecciones municipales. Sobre todo, porque es un indicador de que cuando las cosas no se hacen bien desde el liderazgo país y se dan ejemplos poco éticos y muy lejanos del servicio al bien común comprometido, la ciudadanía -esa misma que confió su destino en esos líderes- se siente amargamente defraudada e impelida a reaccionar manifestando su malestar y repudio de alguna forma. Lo que no significa, por tanto, una irresponsabilidad cívica, enfocado el tema desde esa perspectiva de causa y efecto.
La reflexión, en consecuencia, insta a corregir lo mal hecho y a enmendar conductas lesivas a la responsabilidad política frente al pueblo soberano, cuyo sufragio elector es la máxima expresión de la democracia, que en este caso, aún absteniéndose, también se manifestó con un llamado de atención aleccionante y remecedor. Para que la política y sus cultores eleven su nivel y, por sobre todo, justifiquen su misión de auténticos y generosos servidores públicos, que se deben a la gente que ha depositado en ellos sus mejores ilusiones de una vida más digna y mejor.
Por su parte, la población que acudió a las urnas y que con su sufragio ya se pronunció, eligiendo a los integrantes de los gobiernos comunales, ansía que lo ofrecido por ellos, -proyectos y obras de adelanto integral, por una superior calidad de vida-, se cumpla con decisión, sin vacilaciones ni mayores burocracias. Y lo que es más importante, en una sólida alianza de buena voluntad -autoridades y comunidad, incluyendo a la que no votó- en la que todos son importantes para planificar, desarrollar y concretar.
Una nueva aurora despunta, esplendorosa, en los horizontes comunales. Sinónimo de esperanza en más progreso y menos pobreza. De más trabajo, mejor educación y salud, más recreación y deportes, cuidado de los patrimonios naturales e históricos, más áreas verdes para endulzar el solaz y la convivencia, entre otros avances que dignifican.
Nuevas o reelegidas autoridades comunales, los desafíos están allí. Para enfrentarlos y vencerlos.