La majestuosa y bella nueva gran Cruz de Tenglo, que en el día recuerda la trascendencia del ser humano y la misericordia del Señor, y que por las noches, con su maravillosa iluminación policolor, acompaña el descanso de la población y alumbra el derrotero de la gente de mar, es también -y sobre todo- una admirable y elocuente demostración de las hermosas y buenas obras que la comunidad -del mundo público y privado- puede materializar cuando se unen generosamente para financiar y realizar adelantos importantes que le hacen bien a todos, como el patrimonial símbolo puertomontino que acaba de erigirse en ese otro singular emblema de identidad marítima local que es la isla Tenglo.
En el reciente Te Deum de acción de gracias por la Patria, el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro Cordero, enfatizó ese ejemplo de solidaridad ciudadana -"de amistad cívica"- capaz de concretar en obras de bien proyectos, que no necesariamente deben depender de aportes subsidiarios para hacerse oportunamente una feliz realidad.
Como lo destacó el pastor arquidiocesano, "la reciente inauguración de la nueva Cruz de Tenglo, con su espléndida iluminación, tiene enseñanzas claras". Recordó que un comité pro construcción aglutinó los esfuerzos públicos y privados, en torno a una propuesta importante de bien común, consistente en poner en valor el patrimonio natural, cultural y religioso que es la misma isla y su monumento.
Es un ejemplo vigente y felizmente realizado - enfatizó sobre el tema monseñor Caro- que muestra que se pueden alcanzar grandes metas, aunque en un comienzo parezcan imposibles, si prevalece la buena voluntad, el ánimo de servir, el valorar lo bueno del otro, el trabajar juntos. "Todo eso es fe que mueve montañas, esperanza que no defrauda y amor que nos urge a realizar unidos proyectos en beneficio de nuestras comunidades en las ciudades, campos, islas y mar", puntualizó el líder religioso.
No cabe duda, que la obra solidaria de renovación de la Cruz en Tenglo iluminó, como nunca, las Fiestas Patrias vividas esta vez en Puerto Montt. Símbolo que, al mirarlo, recordará lo que puede hacer la unidad cívica y la esperanza que ese ícono encierra.