Erwin Schnaidt Ávila
Después de 33 años, una nueva cruz vigilará Puerto Montt y el Seno del Reloncaví, desde lo más alto de la Isla Tenglo. En una emotiva ceremonia, cargada de simbolismo, las más influyentes autoridades de la región, empresarios locales y representantes de diferentes sectores de la comunidad, fueron testigos de la inauguración y bendición de la restaurada Cruz de Tenglo, símbolo icónico de la ciudad, que desde ayer reemplaza la anterior estructura, instalada en ese lugar en 1983, que presentaba un evidente deterioro.
La obra fue posible a través de una campaña, que impulsó y apoyó El Llanquihue, mediante el respaldo de la Armada, de la Municipalidad, del Arzobispado de Puerto Montt y del Comité de Cruz de Tenglo, que formaron empresarios del sector naviero, quienes además participaron en el cofinanciamiento de esta obra, estimada en unos 50 millones de pesos, presupuesto en el que el municipio participó con una subvención de $ 25 millones.
El empresario Jorge Pacheco, del Grupo Oxxean, quien estaba evidentemente emocionado, se mostró complacido al verificar el cumplimiento de esta "obra espiritual, de nuestra ciudad. En lo que a mí me toca, estoy feliz".
Agregó que este tipo de esfuerzos conjuntos "son muy motivantes. Ojalá que sea un impulso para que Puerto Montt emprenda más, tal como sencillamente se hizo acá, uniéndose distintos sectores. Esta es una gran obra de Puerto Montt y que la ha hecho mucha gente", subrayó.
Pacheco prevé que ese hito marcará "el despertar de la Isla Tenglo. Aquí hay un tesoro. Desde la Cruz, puede abrirse un tremendo camino".
El comandante en jefe de la V Zona Naval, contraalmirante Allan Nettle, dijo que tras un año "vemos el fruto de ese trabajo. Ojalá que la nueva Cruz de Tenglo perdure en el tiempo. Necesitamos el aporte de mucha gente para que esto siga funcionando".
Mientras que Manuel Aravena, de Astilleros Ascon y de Constructora Maillen, que apoyaron esta iniciativa, con la ingeniería de la Cruz, así como del sistema de iluminación, resaltó: "Esta Cruz se hizo en seis bloques de acero naval galvanizado, completamente empernada. La gente no notó el cambio, porque se hizo en cerca de 40 a 50 minutos".
Sobre el futuro de la estructura anterior, reveló que "está guardada", sin mencionar el lugar. Sin embargo, dijo que "de ella se están construyendo recuerdos para la Iglesia y la gente y las industrias que colaboraron en la construcción de la nueva Cruz".