Vicente Pereira Parra
Cuatro apoderados del quinto año básico de la Escuela Chamiza, denunciaron que sus hijos fueron víctimas de violencia de parte de un profesor, que -según lo informado desde el Daem de Puerto Montt- se encuentra separado de sus funciones.
El hecho habría ocurrido el 8 de septiembre. Y si bien los niños siguen en clases, sus padres acusan un enorme daño sicológico. En sus relatos, cuentan que el docente apretó el cuello de un alumno con una bufanda y que sus compañeros debieron auxiliarlo; mientras que a otro lo arrastró por la sala, situaciones que fueron confirmadas por los apoderados de ambos escolares.
Tras ésto, directivos de la escuela se contactaron con los padres de los involucrados, para informarles de lo sucedido y sobre la situación en la que quedaba el profesor.
Posteriormente, los apoderados acudieron a la Superintendencia de Educación (Supereduc) a estampar la denuncia y cada uno de los papás afectados de manera directa la hicieron también en la Fiscalía, para obtener sanciones.
En el establecimiento no se refieren a este tema, mientras que en el Daem no se van a referir tampoco, porque hay una investigación sumaria para determinar lo que ocurrió.
Se aclara que el docente fue separado de su cargo mientras dure el sumario.
El director regional de la Supereduc Los Lagos, Víctor Reyes, confirmó que "efectivamente, el día viernes 9 de septiembre, ingresó una denuncia por un supuesto caso de maltrato físico de un profesor de la Escuela Chamiza en contra de alumnos, por lo que se inició una investigación, en la que ya se solicitaron los antecedentes al establecimiento educacional para tener más información".
Desde el organismo, se recordó que estas conductas vulneran los derechos y principios consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño, la Constitución y la Ley General de Educación.
Además, la Ley de Violencia Escolar considera especialmente graves los hechos de violencia, ya sea física o sicológica, que cometan adultos a alumnos miembros de la comunidad educativa.
Impacto
Los apoderados coinciden en la violencia con que actuó el profesional de la educación.
"El jueves me llama el director haciéndome saber que el profesor -en juego supuestamente- le había apretado el cuello con la bufanda... Por al rato, mi hijo llegó a estar medio morado y los otros compañeritos se metieron y metieron los deditos entre el cuello y la bufanda para que pudiera respirar", relata la madre del menor afectado.
Tras soltarlo, "se agarró con los demás niñitos". En su relato cuenta que en el colegio les contó lo que pasó y que el docente ya no estaría. "Nos dijeron que el profesor les había dicho que era un juego, que no tenía problemas en pedir disculpas, porque igual se le había pasado la mano", dijo.
La apoderada cuenta que no les sirve el perdón, porque el daño ya está realizado.
Por lo mismo, está analizando la posibilidad de recurrir a un psicólogo que pueda ayudar al menor.
Una de ellas cuenta que recibió un llamado telefónico de parte de la dirección, donde le daban cuenta de lo sucedido a un grupo de alumnos, entre los que se figuraba su hijo de 10 años. "Uno tiene que tener un criterio amplio para ver si es exagerado o no. Pero cuando llegué a mi casa mi hijo estaba encerrado en su dormitorio sin querer hablar", reveló.
Recuerda que el menor sólo lloraba, mientras relataba lo ocurrido. "No entiende por qué le tomó la mano y se la apretó al extremo de sentir que le rompía los huesos", comenta.
Pero no fue lo único, ya que luego lo "arrastró desde la pizarra hacia el fondo de la sala. Se me vino el mundo abajo".
Otro impacto para él -relata su madre- es ver cuando le apretó la bufanda a su amigo. "Me dijo que se había puesto rojito. Y luego pasó al color azul... Un niño le metió los deditos entre la bufanda y el cuello para que respirara. Todos los niños están shockeados", confesó.
A otro menor -de forma violenta- lo tomó y dejó en su asiento, contó la apoderada.
