Estudiaron influencia de wellboats en diseminación de la Marea Roja
MICROALGA. Expertos internacionales se refirieron a su impacto en proliferación de los FAN, durante VII Jornada de Investigación que organizó Intesal.
Una vez superada la crisis por el Florecimiento Algal Nocivo (FAN) de la microalga Alexandrium catenella, que produce la Marea Roja, surgieron inquietudes entre diferentes actores de la industria del salmón.
Una de ellas relacionada con los wellboats, barcos que prestan servicios para la salmonicultura, a los que se les ha atribuido el traslado del dinoflagelado, luego que cubren con habitualidad la ruta entre la Región de Aysén y el puerto de Quellón, en Chiloé.
Esto, pese al control que practica Sernapesca en la denominada "línea FAN", al sur de la Isla, donde esos buques deben cerrar sus compuertas. Ahí realizan el muestreo de todas las embarcaciones que transportan peces vivos. A ello sumaron un laboratorio para la detección de la microalga, instalado en la oficina de Sernapesca en Quellón, donde sus funcionarios realizan análisis de identificación y cuantificación, para evitar la descarga de aguas contaminadas.
El tema adquirió relevancia en la VII Jornada de Investigación en Salmonicultura de Intesal, que recientemente tuvo lugar en Puerto Varas, cuyo eje central fue las FAN y sus efectos en la acuicultura.
Limitar los wellboats
Entre los expertos que concurrieron a ese evento, estuvo Gustaaf Hallegraeff, profesor en el Instituto de Estudios Marinos y Antárticos en la Universidad de Tasmania (Australia), quien al ser consultado si es que comparte la tesis de limitar el trabajo de los wellboats, precisó que "antes de tomar una decisión o implementar regulaciones que impidan el movimiento de barcos, se tiene que sopesar los distintos factores que pueden estar influyendo en la ampliación de la distribución geográfica de una plaga".
Expuso que a diferencia del enfoque implementado en Chile, en Australia, un país sensible a las medidas de cuarentena en relación a la acuicultura, sólo se prohíbe el traslado de peces, "cuando vienen de un lugar donde hay un bloom de algas muy grande y se quieren llevar a un lugar donde hay evidencias que no hay absolutamente nada".
Manifestó que para mantener la actual línea FAN, debe existir una contundente evidencia científica. "La existencia de una línea fija en el tiempo, donde es blanco o negro, no me parece razonable. Las medidas deben ser dinámicas, con suficiente información, para que la autoridad vaya respondiendo caso a caso".
Mientras que Donald Anderson, científico principal en el Departamento de Biología del Woods Hole Oceanographic Institution de Estados Unidos, opinó que en base a la información que conoce no le es posible determinar dónde debería estar ese límite, pero sugirió poner atención a la distribución de los quistes de Alexandrium catenella en los sedimentos, para determinar su presencia.
Anderson estimó que no son sólo esos barcos podrían estar diseminando la microalga, por lo que especificó que "debiese haber información y modelos que permitan estimar cómo los procesos naturales, como las corrientes, pueden estar distribuyendo la especie en particular que se está regulando, aparte de factores humanos relacionados con el movimiento de peces".
Otra de las preocupaciones del sector apunta a las condiciones de las aguas de lastre que transportan esos navíos.
Al respecto, Hallegraeff planteó que "son un factor", aunque es probable que "el volumen de agua que mueve un wellboat es mucho menor que el que lleva un carguero mayor". Añadió que recién ahora el tema es motivo de regulaciones que podrían ser realidad en los próximos años "y que podrían exigir que ciertos buques de carga, traten sus aguas cuando entren y salgan de distintas bahías".
Inusual desplazamiento
Mientras que Alejandro Clément, gerente general de Plancton Andino, aseguró que el patrón común de estos episodios se manifiesta hasta Quellón, pero que esta vez hubo un inusual desplazamiento de los flujos de agua hacia el norte, llegando a la Provincia de Osorno y el límite con Valdivia, porla costa del Pacífico.
El oceanógrafo y biólogo marino expuso en esa jornada que el FAN del verano pasado estuvo potenciado por anomalías climáticas severas, con mayor radiación solar, menores precipitaciones y aumento de la temperatura.