Contaminación del aire podría contribuir al desarrollo de la diabetes
CIUDADES. Estudio determinó que los habitantes de zonas con alta polución son más propensos a tener resistencia a la insulina, o diabetes tipo 2.
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El vivir en una zona con el aire contaminado aumentaría el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, es decir, un estado pre-diabético de la diabetes tipo 2, determinaron científicos del Centro Helmholtz de Munich, junto al Centro Alemán de Investigación de la Diabetes (DZD).
"La manifestación de la enfermedad no solo se debe al estilo de vida o factores genéticos, sino también a la polución en el aire relacionada con el tráfico", explicó la jefa de los epidemiólogos del DZD, Annette Peters.
Para el estudio, el equipo analizó los datos de cerca de 3.000 personas registradas en Kora (por su sigla en alemán), la plataforma de Investigación Cooperativa de la Salud en la Región Augsburg, ciudad que hizo las veces de referente para la investigación, junto a dos poblados rurales.
Localizadas las personas, fueron entrevistadas y examinadas físicamente, además de contribuir con muestras de sangre en ayunas.
En estas placas se marcaron diversos indicadores asociados a la resistencia a la insulina, como la presencia de leptina, hormona producida por las células grasas, dado que el desarrollo de la enfermedad puede responder al sobrepeso.
En tanto, los individuos no diabéticos fueron sometidos a una prueba de tolerancia oral a la glucosa, esto para detectar si su metabolismo se veía afectado.
Los investigadores compararon los datos obtenidos con las concentraciones de partículas en el aire del lugar de residencia de los participantes.
Este indicador fue determinado a través de mediciones reiteradas en veinte sitios, los que se duplicaron en el caso del dióxido de nitrógeno, compuesto liberado principalmente por los automóviles, en la ciudad y en las comunas rurales.
Vulnerabilidad
"Los resultados revelaron que las personas que ya tienen una alteración del metabolismo de la glucosa, los individuos llamados prediabéticos, son particularmente vulnerables a los efectos de la contaminación del aire", explicó el doctor Kathrin Wolf.
"En estas personas, el aumento de marcadores de potencial diabetes en la sangre, junto al incremento de contaminantes del aire, es particularmente significativo, por lo tanto, en el largo plazo -especialmente para las personas con alteración del metabolismo de la glucosa -la contaminación del aire es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2".
Calidad del aire
Los autores se manifestaron preocupados por la concentración de contaminantes en el aire, que ayer domingo, según la página aqicn.org, que muestra en línea el Índice de Calidad del Aire (ICA), gracias a los reportes producidos por 70 países, marcaba 56 para Augsburgo (Alemania), según la escala universal, que califica a este número como "moderado".
Aunque el indicador está por debajo de los umbrales de la Unión Europea, sí supera las directrices propuestas por la Organización Mundial de la Salud, que recomienda a los Estados velar porque el dióxido de nitrógeno no supere el 40.
Para graficar, este domingo el ICA, en Santiago marcó 74, y en Osorno, 172, siendo esta cifra considerada peligrosa.
Como consecuencia, los investigadores alemanes exigieron cambios en la política gubernamental: "La disminución del umbral para los niveles de contaminación del aire aceptable sería un paso prudente".
El resultado del estudio sobre la diabetes se añade a la relación entre la contaminación y las cardiopatías.
Qué hay en el aire según la oms
Ozono
No se debe confundir con el de la capa, que protege de los rayos UV pero, al estar a nivel del suelo dadas las emisiones industriales, forma niebla tóxica.
Dióxido de nitrógeno
Estudios han revelado que la exposición prolongada de los niños asmáticos al dióxido de nitrógeno, aumenta sus posibilidades de presentar bronquitis.
Dióxido de azufre
Los ingresos hospitalarios por cardiopatías y la mortalidad, aumentan en los días en que los niveles de dióxido de azufre son más elevados.
Riesgo de muerte prematura
La Organización Mundial de la Salud estimó en 2012 que la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo, provoca cada año 3,7 millones de defunciones prematuras. De ellas, el 88% se produce en países de ingresos bajos y medianos. Junto a ello, las mayores tasas de enfermos producto de la mala calidad del aire, se registran en las regiones del Pacífico Occidental, donde está Chile, y el sudoriente asiático.