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Emotivos recuerdos en velatorio de gerente general de grupo Cruz del Sur

FUNERALES. Exequias se efectuarán hoy después de una misa que se oficiará a las 15 horas en el Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Montt, donde se velan sus restos.
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Mirta Vega

Conmovedores momentos se vivieron durante todo el día de ayer en el velatorio del empresario Jaime Almonacid Villarroel, cuyos funerales se efectuarán hoy después de una misa a las 15 horas.

Los restos llegaron desde Santiago, alrededor de las 10 de la mañana, en una carroza del Hogar de Cristo y acompañado por dos buses de la empresa con personal de distintas oficinas del país. En el trayecto, se le rindió una despedida con flores, bocinazos y aplausos, incluso en plena carretera en el sector de Temuco y Máfil, en medio de onda emoción.

El féretro salió de la Clínica Las Condes a las 19 horas. Media hora después, estaban en la primera agencia en el trayecto, donde el personal de talleres y central de carga, lo despidió con muchos sentimientos, en especial en el taller de camiones, con cuyo personal tuvo una estrecha relación.

Así sucesivamente, ocurrió en las oficinas de Temuco y Máfil, hasta donde llegó el personal de todas las oficinas aledañas, hasta arribar a las oficinas del Terminal Cruz del Sur, en calle Pilpilco, Villa La Industrias, de Puerto Montt, donde a las 9.30 de la mañana el personal también ofreció una emotiva ceremonia en medio de rostros compungidos.

Luego, todo el personal abordó uno de los buses que venía con familiares y amigos, los que se trasladaron hasta la capilla, donde velan sus restos.

Apoyo ventricular

A las 11 de la mañana, el capellán del Hogar de Cristo, Eduardo Tampe, ofició, junto al diácono Jaime Díaz, la primera Eucaristía, donde quedó en evidencia el cariño y reconocimiento de parte de los 1.200 trabajadores de la empresa, los que también participaron de un nuevo oficio a las 19 horas.

Familiares, amigos, autoridades, representantes de diversas instituciones empresariales, sociales, gremiales, deportivas, se hicieron presentes durante todo el día de ayer en la capilla ardiente, para despedir los restos de quien fuera uno de los más destacados empresarios de Puerto Montt y uno de los gestores de condecoraciones nacionales e internacionales del grupo de Empresas Cruz del Sur.

Un ambiente de sobrecogimiento, de profundo dolor, embargó casi al centenar de personas que llegaron hasta la capilla a esperar los restos del empresario, que falleció en la mañana del miércoles a consecuencia de su grave estado, después de haber sufrido una falla multisistémica, producto del deterioro por infarto e insuficiencia cardíaca.

El empresario se había internado en la Clínica de Las Condes, el lunes 18 de agosto por la noche, para un estudio coronario "y ahí hizo un infarto agudo al miocardio lo que le produjo una insuficiencia cardíaca que le provocó la muerte. Él estaba en un procedimiento cardiológico y sufrió un infarto por miocardio y el resultado fue la insuficiencia cardíaca, la que fue retractaria a terapia médico-quirúrgica, siendo sometido a diversas operaciones que no pudieron mejorar por su condición de insuficiencia cardíaca. Además, recibió un dispositivo de apoyo ventricular (corazón artificial)", explicó la hija mayor Andrea Almonacid, junto a su madre, Nancy Schäefer, relatando los días de lucha incansable que dio el empresario, del amor, el cariño y la amistad recibida en todas las agencias. "Muchos trabajadores me hablan del estado de abandono y desolación que sienten al partir Jaime", cuenta Nancy, sin poder contener las lágrimas, al relatar recuerdos de quien estuvo ligada por 43 años.

De este matrimonio, nacieron sus hijas Andrea, Verónica y María Loretto, las tres ingenieras, las que le dieron seis nietos, la mayor debilidad emocional que vivía el empresario hasta poco antes de su muerte y con los que ansiaba "chochear" al cierre de su oficina.

Al internarse, había prometido volver para el bautizo de su nieto que se efectuaría el 1 de noviembre de este año, fecha de su cumpleaños número 72.

Al gerente general del holding Cruz del Sur, le sobrevive la presidenta del grupo, Elsa Villarroel, su madre, quien cumple 97 años este mes. Elsa, muy estoica, pero con una profunda pena de ver partir a tres de sus ocho hijos. En el frontis de la capilla, ingresó detrás de la urna de su hija sostenida por sus hijas Eliana y Carmen recibiendo junto a sus hijos Orlando, Jorge y Luis, las condolencias de una agradecida ciudad, incluyendo las del gobernador provincial Juan Carlos Gallardo.