Más que comprobado está, que la unidad hace la fuerza. Que en solitario, individualmente, magros se hacen los resultados fundados en el egocentrismo, si no se buscan en solidaria mancomunión. La mejor fórmula para superarse y progresar.
Así lo han entendido las autoridades municipales de Puerto Montt y Calbuco, que acaban de suscribir un prometedor convenio de mutua colaboración en los ámbitos del turismo. Particularmente, en la implementación de un corredor patrimonial costero entre ambas ciudades marítimas, que potencialmente están dotadas de importantes atributos en ese escenario. Incluyendo históricos conchales en sus islas y en el borde costero propiamente tal.
La idea emergió en el transcurso del Primer Seminario de Planificación Territorial y Levantamiento de Información de la Ruta Turística Intercomunal del Borde Costero e Islas de Puerto Montt y Calbuco. Reciente encuentro que reunió a más de 150 entusiastas emprendedores.
Esta misma iniciativa viene a reforzar la integración turística que están reavivando las regiones colindantes sureñas chileno-argentinas, cuyas autoridades se han convencido de que siendo la industria sin chimeneas una insustituible palanca de desarrollo, lo mejor que puede ocurrir es que ambas naciones se unan en esta parte del cono sur e impulsen un sostenido turismo binacional. Y, sobre todo, a la hora de proyectarse globalmente, ofrezcan sus notables atributos marítimos, cordilleranos, insulares, patagónicos, históricos y culturales, entre otros, de manera conjunta y sólidamente coordinada. Plausibles planes, donde precisamente se incrusta de modo ideal, por ejemplo, la propuesta que están elaborando asociadamente calbucanos y puertomontinos, para ofrecer unidos a los visitantes la indiscutida riqueza de sus excepcionales atractivos de bordemar.
En ese marco de sociedad fraterna interregional chileno-argentina, en el campo del turismo, caben perfectamente atractivos patrimoniales como el curanto gigante de Calbuco, Monte Verde de Puerto Montt y tanto otros tesoros de identidad, que tienen sus orígenes en ese mar que empapa la historia de dos puertos destinados a permanecer unidos.