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El club de fútbol Mewlén apagó diez velas en la zona

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El sábado recién pasado, con una cena en el Club Alemán de esta ciudad, se celebraron los 10 años de vida del Club de Fútbol Mewlén, conformado mayoritariamente por profesionales de la industria del salmón.

El presidente de la institución, Manuel Cabezas, recordó que en julio de 2006 iniciaron la búsqueda de jugadores para el equipo que en lengua Mapudungún significa "torbellino", comparando al lugar ventoso donde iniciaron su historia.


La ULagos no se despega

del liderato del amateur porteño

Una accidentada jornada se vivió el fin de semana en el fútbol amateur, luego de que se suspendieran tres compromisos de la Primera Adulta de la fecha 10 que se jugó el lunes.

El partido de Estrella Blanca y Lintz, que se libró en Estrella Blanca, no se pudo terminar por las malas condiciones del tiempo; mientras que el duelo de Modelo y Vicente Pérez Rosales fue suspendido en la segunda etapa cuando ganaban 2-0 los modelinos

Finalmente, el encuentro entre Tricolor y Barrancas no se llevó a cabo, por el fallecimiento del dirigente histórico del del club Barrancas, Teobaldo Hernández.

Quien sacó provecho de esto fue la Universidad de Los Lagos, que logró distanciarse en la tabla de posiciones al golear a Manuel Montt (18-0) y Arco Iris (11-0) en la doble fecha y así consolidarse en la punta del campeonato con 26 puntos (+55). En segundo lugar, asoma Modelo con 20 puntos, que venció a Barrancas por 5-3. Tercero quedó Tricolor (19), que superó a Olimpia por 4-2.

En Segunda Adulta, los universitarios también quedaron punteros solitarios con 21 puntos, tras vencer a Manuel Montt por 7-2 y el lunes a Arco Iris por 7-0.

Murió Joao Havelange, el polémico jefe de la FIFA que masificó el fútbol

DECESO. El brasileño falleció de una neumonía en Río de Janeiro, la ciudad a la que ayudó a conseguir sus JJ.OO., pero que no quiso homenajearlo, oscurecido por la sombra de la corrupción.
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Mauricio Mondaca

A sus 100 años, Joao Havelange cumplió el sueño de ver unos Juegos Olímpicos en su país, aunque no rodeado de la gloria que siempre imaginó.

Enfermo durante el último mes, el antiguo poderoso jerarca de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) no solo los vio postrado en una cama, tras cumplir un siglo de vida, sino que con su imagen maltratada desde hacía tiempo por sospechas de corrupción.

La estrella de Havelange, quien falleció ayer por una neumonía en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro, se había empezado a hundir años atrás. Su poder se había diluido paso a paso y también llegó a ser testigo de los daños a la imagen de la organización que convirtió en una hoy cuestionada marca deportiva global, la FIFA.

Llegó a estar vivo para los Juegos, como pedía ardientemente en 2009, en la votación que designó a Río como la primera sede olímpica de Sudamérica, en una histórica cita en Copenhague (Dinamarca), cuando esa ciudad superó a Madrid, Tokio y Chicago. Pero hasta los honores se quedaron cortos. El estadio conocido como "Engenhao" es uno de los estadios de Río 2016, pero el nombre de Havelange es pudorosamente omitido y estos días es llamada a secas "Estadio Olímpico".

La omnipotencia que destilaba la figura del dirigente brasileño comenzó a caer en desgracia en diciembre de 2011, cuando renunció a su puesto de miembro honorario del Comité Olímpico Internacional (COI) oficialmente "por razones de salud".

Su salida del cargo interrumpió una investigación en marcha del Comité de Ética del COI, que había reaccionado a las denuncias del periodista británico Andrew Jennings, quien lo sindicó por haber recibido sobornos de la quebrada empresa de marketing deportivo ISL en la década de 1990, cuando todavía era el presidente de la FIFA, el organismo que el brasileño comandó nada menos que entre 1974 y 1998.

Bajo Havelange, la FIFA se convirtió en un ente global profesionalizado y en una "máquina de hacer dinero", aunque también, en opinión de no pocos conocedores de su estructura y forma de trabajo, en una poderosa red de corrupción planetaria.

El brasileño empezó su "revolución" en el modesto ente rector del balompié tras asumir el poder en 1974. "Cuando llegué a la FIFA, había solamente 20 dólares en caja. Cuando abandoné el cargo, había 4.000 millones de dólares", solía recordar orgulloso .

¿Su receta? Bajo su mandato, la Copa del Mundo pasó de 16 a 32 selecciones y dio un mayor protagonismo a América, África y Asia. Además, introdujo nuevos torneos como los mundiales sub 17 y sub 20, el Mundial de Clubes, la Copa Confederaciones y la Copa Mundial Femenina. Havelange no tuvo problemas en acercar la política al fútbol, si esto extendía su poder y el fervor por el deporte en distintas latitudes. El brasileño causó polémica al otorgar el Mundial de 1978 a Argentina, dos años después del golpe de estado. Con el régimen de Pinochet también cultivó lazos, los que se vieron fortalecidos al entregar al país la organización del Mundial Sub 20 de 1987, en el que la Roja terminó en el cuarto lugar.