Transcurre y transcurre -inexorablemente- el tiempo, sin que los puertomontinos vean evidencias concretas que demuestren fehacientemente que el soñado proyecto del Parque Natural y de las Artes se construirá en las cuatro hectáreas -reservadas a ese efecto por las autoridades- del predio que desocupó el complejo petrolero que funcionó por algunas décadas en los altos de Egaña con Vista Hermosa, dentro del radio céntrico de la capital de la Región de Los Lagos.

Lo fundamental y prioritario es que el referido terreno completo -íntegramente- se destine a la materialización de esa tan anhelada obra cultural y recreativa, que tanto hace falta en nuestra ciudad puerto. Lo que significa que esa superficie no debe, -por razón alguna-, compartir su espacio con otras propuestas ajenas, como se ha rumoreado en el último tiempo.

No hay que olvidar que el Museo de Monte Verde, otro plan en espera, requiere también de un lugar importante donde edificarse. Y no son pocos quienes recomiendan que el sitio ideal para ello es el mismo sector del futuro parque artístico. Lo que le aportaría al recinto una relevancia global, dadas las características de singularidad prehistórica de las reliquias que preservará el museo en cuestión.

Esta sentida aspiración puertomontina de hace decenios, que ha contado siempre con el apoyo de este rotativo, se ha reanimado de manera importante con la nueva campaña que ha liderado Alejandro Bernales, quien ha hecho una interesante motivación ciudadana a través de las redes sociales y promoción de folletería. Y frente a lo cual, no hace mucho, surgió el compromiso del ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, de entregar el sitio del ex puerto petrolero para que se concrete el planificado Parque Natural y de las Artes de Puerto Montt.

Frente a la inquietud de la comunidad -que tanto ansía ese enclave para la fraterna convivencia junto a la naturaleza y las enriquecedoras expresiones del arte y la cultura-, es imperioso conocer -desde el área gubernamental- los avances del proyecto y los pasos que vienen. Y así se elimine todo rumor negativo y se tranquilice a la población, que legítimamente amerita de una mejor calidad de vida.

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Intensas lluvias causan estragos en la zona

Las fuertes precipitaciones desatadas en nuestra zona están causando estragos en los sectores urbanos y rurales. Los 45 milímetros de lluvias caídos en pocas horas bastaron para colapsar sistemas de alcantarillado y cortar caminos. Angelmó en Puerto Montt y la vía a Ensenada, reflejaron situaciones más complejas.

Para nadie es un misterio que, en momentos de desaceleración económica, las grandes empresas del país optan por cautelar celosamente sus inversiones.

Bajo el argumento -por cierto debatible- de que estamos viviendo tiempos de "incertezas jurídicas" e "incertidumbre económica", buscan justificar una posición defensiva, incluso a costa de reducir salarios o empleos para -según ellos- garantizar la productividad. La inversión en innovación, investigación y en capital humano quedan a trasmano, reducidas a alguna mención superficial en las memorias de gestión, pero ajenas al propósito de fondo, que parece ser el de obtener ganancias con el menor esfuerzo posible.

En Chile -y salvo honrosas excepciones- la investigación y la innovación no la hacen las empresas. La hace el Estado, a través de instituciones públicas, y la hacen las universidades, algunas de ellas también estatales. También hay casos, como el de la salmonicultura, donde el Estado contribuye con los recursos para la investigación. Aún así, hasta hace muy poco, las empresas preferían tomar el camino más corto posible. Para qué investigar e innovar, para qué competir y crear nuevos mercados, con mejores productos y servicios a precios razonables, si basta con saltar la valla de la legalidad para coludirse, maximizar las ganancias y traspasar todo el costo al consumidor.

El proyecto de ley que fija normas para la defensa de la libre competencia y sanciona penalmente la colusión -actualmente en trámite- constituye una medida potente para poner freno a las empresas que traspasan los límites de la libre competencia y que prefieren poner su creatividad y esfuerzo en encontrar atajos y hacer trampas.

Esta iniciativa no busca sólo cumplir un rol punitivo. También debería provocar un efecto positivo en la actividad económica, alentando la competitividad y la innovación, y contribuyendo de esa forma a recuperar la confianza de los actores económicos y entre éstos y la ciudadanía.

La desconfianza es hoy una característica instalada en toda la sociedad chilena y no se limita ni circunscribe sólo al ámbito de lo público. También afecta y con bastante severidad al sector privado.

La opacidad y la corrupción, el abuso y la falta de probidad están también presentes en el mercado. La colusión es probablemente la más vistosa de un amplio catálogo de malas prácticas al que se hace imprescindible poner atajo.

Senador de la República. Región de Los Lagos.

Rabindranath Quinteros Lara.