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Los efectos en la salud mental que traerá la movilización a pescadores

PATOLOGÍAS. Mientras las paralizaciones generaron estrés y trastornos de sueño en sus centinelas, la reconversión laboral puede venir junto a la depresión en quienes se nieguen a dejar el mar.
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El mantener por dos semanas el bloqueo de las rutas las principales ciudades con caletas pesqueras e la zona, y el futuro incierto para los hombres de mar - es especial para los buzos mariscadores - han generado efectos más allá del ámbito económico.

Varios de los dirigentes del extenso movimiento, que en la Provincia de Llanquihue superó las dos semanas, advierten que hasta el momento las autoridades sólo han abordado parte de los efectos inmediatos de la Marea Roja.

"Hasta ahora, los objetivos de las negociaciones han apuntado a la entrega de bonos y a recuperar la conectividad, pero no han enfrentado las consecuencias ambientales y humanas de la contaminación de los salmoneros y de la Marea Roja", sostuvo Luis Adué, uno de los líderes de la pesca artesanal de San Juan de la Costa.

En la práctica, los dirigentes y los mismos pescadores que fueron protagonistas del movimiento, ya reconocen efectos psicológicos y sociales de enfrentarse al Gobierno.

Simón Díaz, presidente del sindicato de buzos mariscadores de Calbuco, asegura que el paro generó cohesión comunitaria, pero también estrés por la incertidumbre.

"Al final de la movilización, las barricadas, pero en especial las ollas comunes, tomaron un profundo sentido de integración, un espacio para reafirmar nuestra identidad. Comenzaron a llegar no sólo los manifestantes, sino que también las familias con sus niños para alimentarse al desayuno, al almuerzo y la cena", relata.

Para el dirigente de los denominados bentónicos, ello fue transformando el paro "desde una protesta dura a una instancia comunitaria de diálogo y de afecto, donde también había cabida para la risa. En definitiva, el movimiento de Calbuco fue pacífico, donde incluso compartíamos una taza de té con los Carabineros. Tal vez, en el futuro se genere un espacio para que sigamos juntos, porque con este acuerdo sólo se levantan las tomas de los caminos, pero no terminan los lazos que construimos entre nosotros", dijo.

El dirigente agradeció los actos de cariño y apoyo que recibieron durante las dos semanas de bloqueos en las rutas, al tiempo que criticó la lenta reacción del Gobierno.

"Mucha gente nos pasó a dejar un alimento, un kilo de algo, nos entregaron sus palabras de aliento, o sencillamente nos tocaron la bocina. Lo que pasa es que este fue un movimiento largo, se demoraron mucho en enviar al ministro para que inicie las negociaciones", reflexionó.

La tecnología también cooperó para reforzar la identidad colectiva. "Hay un grupo en Facebook que se llama Primero Calbuco, donde recibimos apoyo de toda la comunidad, de los profesores, de la salud, los empresarios turísticos, el comercio", indica.

Estrés y depresión

Sin nombrarlas directamente, las preocupaciones de los hombres del mar por su estado de salud, apuntan a patologías que se pueden reconocer como el estrés y la depresión. Esta última como un efecto de un cambio en el estilo de vida, si la problemática de la Marea Roja se extiende a lo largo del tiempo en las costas de la zona.

Simón Díaz anota que los buzos de Calbuco hacen gran parte de su vida en el mar, y para ellos navegar es parte de su cultura, por lo que limitar esta actividad los podría afectar emocionalmente.

"A diferencia de los buzos de otras localidades, que trabajan en áreas de manejo o tienen los recursos cerca de sus caletas, los calbucanos somos nómades. Somos los más afectados de nuestra región, porque salimos a otros lados para buscar mariscos, a distintos puntos de Chiloé, de Guaitecas, en zonas que ahora están con Marea Roja. Nos vamos de 15 días a un mes, donde vivimos y trabajamos en nuestras embarcaciones, en un modo de vida libre, en el que sentimos la brisa del mar en nuestro rostro, en el que disfrutamos de la naturaleza y del paisaje. Nuestro temor es que ese estilo de vida termine", sostiene.

Díaz sentencia que si hay reconversión laboral, necesariamente tiene que venir acompañado de apoyo psicológico para los pescadores.

"Es difícil pensar en eso, pero si nos dejan en tierra nos vamos a sentir amarrados, frustrados, y nos puede llevar a la depresión y en casos extremos a que buzos se quiten la vida", advierte.

En materia de estrés, el largo tiempo de las barricadas y el permanecer en alerta también pasa la cuenta.

Manuel Palma, buzo de Maullín que permaneció especialmente en las noches en la barricada de la Ruta 5, contó a El Llanquihue que "siempre se mantuvo una tensión constante, ante la posible llegada de las Fuerzas Especiales de Carabineros para despejar la vía. El sólo rumor de que venían incrementaba el nerviosismo, ya que sabíamos que podía haber un enfrentamiento, pero no sabíamos cuándo. Eso era muy estresante".

Palma también destaca los lazos que se desarrollaron en las barricadas, y las despedidas que se registraron cuando las levantaron.

"La noche del lunes, como ya sabíamos que se levantarían las barricadas del enlace Maullín al día siguiente, sencillamente nos fuimos. Allí hubo personas que compartieron las dos semanas en el bloqueo, varios de los cuales se abrazaron y lloraron. Habían unión y cariño, pero también había gente que se sentía traicionada por algunos dirigentes, pensaban que habían dividido el movimiento ", describe.

Profundizando en se aspecto, indica que también había cierto sabor amargo, una especie de decepción.

"Algunos no cumplieron sus expectativas, esperaban que un paro tan lago y una movilización tan grande en términos del número de comunas y organizaciones involucradas, traería más beneficios que los realmente se alcanzaron", dijo.

Jorge Westermaier, alcalde de Maullín, precisó que como municipio ya están planificando la manera de abordar la problemática de la salud mental entre la gente de mar.

"Tenemos un programa de apoyo psicosocial que se llama Municipio junto a ti, que se realiza este año pero que en esta oportunidad se destinará a los sectores afectados por Marea Roja, y el cual se incrementarán las horas de atención de los psicólogos y de los asistentes sociales", anunció.

Opinión de expertos

Pablo Vega, psicólogo de la Universidad Austral de Chile y experto en psicología de la emergencia, que trabajó en equipos de respuesta para el terremoto de febrero de 2010 en Concepción y para le erupción del volcán Calbuco, analizó los efectos del paro y la Marea Roja en el aspecto emocional de los pescadores.

El profesional explicó el sentimiento de cohesión social, indicando que "en momentos de crisis se fortalece la interacción comunitaria, y florecen de manera espontánea los actos solidarios, ya que los espacios de descanso y alimentación coinciden con los tiempos de reunión, donde de manera natural la gente comienza a compartir sus experiencias personales. Todos son escuchados, pero desde el ámbito humano".

En cuanto a la posibilidad que continúen reuniéndose, intención que el dirigente de los buzos calbucanos manifestó respecto a quienes compartieron las barricadas y ollas comunes, el psicólogo Vega, sostiene que es posible, ya que "a diferencia de otras situaciones, que se desarrollan con personas de distintos puntos geográficos que convergen en un lugar, acá se da un fenómeno de movilización de comunidad, lo que facilitará que los vínculos se mantengan con el paso del tiempo".

Sobre la espera en las barricadas, Vega indicó que "la incertidumbre ocasiona un importante desgaste físico y psicológico, ya que se genera por dependencia del individuo de factores externos y la expectativas que ellos mismos tienen de posibles eventos o resultados de ciertos procesos".

La mantención del estado de alerta, frente a una posible intervención policial, también generó estrés entre los manifestantes, asegura el psicólogo.

"Esto deriva en el denominado trastorno del sueño vigilia, que no permite un descanso reparador", plantea.

Estos efectos, según el experto, han sido estudiados en equipos de respuesta a emergencias, por lo que las recomendaciones son no emplear a las unidades por más de una semana.

"Este extenso paro de la pesca artesanal superó con creces la recomendación de los expertos. Por ello, se deben realizar intervenciones a los afectados con reflexiones grupales, idealmente con profesionales del área, para que pueden compartir sus experiencias desde sus vivencias, y precisar si el movimiento alcanzó sus expectativas, lo que permitirá evitar frustraciones", dice.

Sobre la reconversión laboral de los trabajadores que por generaciones se han vinculado al mar, el psicólogo de la UaCh sostiene que es un proceso complejo, que requiere el apoyo de profesionales, ya que significa un cambio total de estilo de vida.

"El fantasma de la depresión está presente cuando la actividad laboral no satisface las expectativas de autorrealización del individuo. Pero esta patología puede aparecer incluso antes, si falta el sustento económico en el hogar y se presentan problemas psicosociales", dijo.

6 puntos con barricadas constantes presentó la Provincia de Llanquihue en este movimiento. Se trata de los sectores El Yale y en el acceso al Puerto San José en Calbuco, Olmopulli en Maullín y tres puntos en la Ruta 5.

15 días estuvo bloqueado el acceso a la ciudad de Calbuco, mientras que los pescadores de Maullín mantuvieron cortado el tránsito en la Ruta 5 Sur, impidiendo la llegada de vehículos a Pargua.