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Anuncian puente marítimo para abastecer a Chiloé

CON BARCAZAS. El Gobierno está coordinando las necesidades logísticas con la Cámara de Comercio de Castro.
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El ministro coordinador de la emergencia por Marea Roja, Luis Felipe Céspedes, en conjunto con el intendente de Los Lagos, Leonardo de la Prida, anunciaron ayer que se dispondrá de un puente marítimo a través de barcazas para asegurar el abastecimiento del centro de la isla de Chiloé, zona que ya alcanzó un acuerdo con el Gobierno, deponiendo las movilizaciones.

La medida fue comunicada tras una reunión de análisis con los máximos oficiales de la Armada, Fuerza Aérea y Carabineros presentes en la Región de Los Lagos, además de representantes de distintas carteras, entre ellas Obras Públicas.

"La idea es restablecer el normal funcionamiento para proveer de alimentos, la operación de los servicios públicos y provisión de combustible", dijo Céspedes.

Por su parte, el intendente De la Prida, explicó que el esfuerzo, junto con mejorar el abastecimiento, busca permitir "el retomar las clases". Además, adelantó, que las pensiones del de pago rural del IPS, podrán ser cobradas de manera presencial a partir de hoy en las oficinas de la Caja de Compensación Los Héroes.

Con el fin de optimizar el abastecimiento, el Gobierno está priorizando con la Cámara de Comercio de Castro cuales son los productos de primera necesidad para ser transportados vía marítima.

La primera barcaza en prestar servicios hacia Chiloé es la Melina, perteneciente al Ministerio de Obras Públicas y que es operada por la naviera Austral. Fue precisamente esa nave la que al inicio del conflicto por la Marea Roja transportó a efectivos de las Fuerzas Especiales de Carabineros a la comuna de Quemchi.

Durante la jornada, el subsecretario de Pesca, Raúl Súnico, descartó incrementar el valor de los bonos de asistencia por la Marea Roja a las comunas que aún no alcanzan un acuerdo con el Gobierno.

"Queremos ser muy claros que el monto del bono ya se ha suscrito en varias comunas y no habrá alteración con eso", enfatizó.

La crisis de la Marea Roja vista en los ojos del "cura de las islas"

PADRE FABIÁN SOTO. Sacerdote originario de Puluqui que es hijo de un pescador, asegura que afecta a la dignidad de los hombres de mar y divide a las familias sureñas.
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El sacerdote diocesano Fabián Soto es hijo de Dios y del mar. Con seis años de ministerio, este hombre de fe proveniente de la isla Puluqui, es el párroco de San Pedro de Angelmó, por lo que tiene bajo su responsabilidad la evangelización de las islas Tenglo, Maillén y Huar.

Al igual que muchos de sus feligreses, en su juventud conoció de la experiencia de su padre el oficio de la pesca artesanal, actividad que hoy está en riesgo, con graves efectos en materia ambiental pero también en el ámbito social.

"Como cualquier niño de una isla, hasta los 12 años soñaba con ser pescador y tener mi lanchita, al igual que los otros niños de mi comunidad, pero las cosas de Dios hicieron que me hiciera sacerdote", cuenta.

Bajo esa experiencia familiar, que lo convierte en un "cura pescador", el padre Fabián analizó junto a El Llanquihue los efectos espirituales de la grave crisis que afecta a nuestra zona costera.

"Los más afectados son los recolectores de orilla, que son quienes están pasando más necesidades por el problema de la Marea Roja. Mi gente de las islas es gente digna y de trabajo, que busca distintas alternativas para subsistir. Ellos no protestan, son gente pacífica, sencilla y de familia. Por eso no es tomada en cuenta", dice el sacerdote.

En sus recorridos, en los que combina su actividad pastoral con la entrega de ayuda, observa las carencias por las que atraviesan las comunidad cuya existencia está directamente ligada al mar.

"Siento dolor y decepción, porque veo que el Gobierno no ha sido lo suficientemente ágil para mitigar esta problemática. En un principio reaccionó rápido en declarar la zona de catástrofe, pero al par de días ofreció un bono de 100 mil pesos, lo que es una limosna para una familia de la zona que basa su modo de vida en el trabajo. No entiendo de política, pero si de la dignidad del hombre y claramente ese primer bono de 100 lucas fue una vergüenza", sostuvo el párroco, mientras arregla la ayuda solidaria para entregar en Maullín.

Cultura y forma de vida

Otro aspecto que aborda el sacerdote es que para la gente del sur, de los archipiélagos de la zona, es que el mar es más que una fuente de ingreso económico, sino que es parte de su cultura y moldea una forma de vida. Por ello este fenómeno de Marea roja y contaminación es tan grave.

"El mar es parte de una cultura arraigada. La gente navega y se comunica a través de él, para, por ejemplo, llegar los sábados a Angelmó a vender sus productos. Entonces es parte de su vida, de su subsistencia y de su paisaje", dijo.

Pero más allá de lo externo, el religioso advierte que la problemática también está afectando lo más íntimo de los grupos familiares.

"Se ha generado división, lo que incluso he observado en mi misma familia. Mis tías son recolectoras de orilla, mi padre fue pescador y luego por necesidad se convirtió en operario de salmonera hasta que el año pasado lo desvincularon. Mi cuñado también es pescador artesanal, y cuando hay discusiones de quien tiene la culpa de esta crisis, se recriminan mutuamente. Esto está tensionando a la familias", cuenta.

Para el sacerdote el problema es que las despensas se están vaciando, y esta crisis apunta a una situación social que afecta a el mar, una de las fuentes de alimentación de la gente del sur.

"No entiendo de política, pero si de la dignidad del hombre y claramente ese primer bono de 100 lucas fue una vergüenza". Los más afectados son los recolectores de orilla, que son quienes están pasando más necesidades por la Marea Roja".