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Estudiantes porteños realizan campañas para ayudar a afectados

ACOPIO. Universitarios y secundarios están recolectando alimentos, útiles de aseo y pañales, para entregar a las familias de zonas con Marea Roja.
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Diferentes actividades solidarias están llevando a cabo los estudiantes universitarios y secundarios de Puerto Montt, para ir en ayuda de las familias que se han visto afectadas con la Marea Roja.

Durante la semana, los alumnos de la Universidad de Los Lagos y Austral se unieron en esta cruzada solidaria para recolectar alimentos, útiles de aseo y pañales de niños y adultos, para llevar este fin de semana a distintas localidades.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral de esta ciudad, Andrea Araneda, manifestó que junto a la ULagos han estado reuniendo los aportes en la sede de Guillermo Gallardo, para llevarlas hoy a los lugares que han visualizado con mayor escasez, como Calbuco, Carelmapu, Maullín, Chayahué, Piedra Azul y Chamiza.

"Como universidades de Puerto Montt, nos vamos a plegar a los lugares que presentan mayor necesidad y que están más cerca de nosotros", puntualizó la dirigente estudiantil.

Además, irán con un operativo social con alumnos de las carreras del área salud, para apoyar en ese sentido a los enfermos crónicos y personas con otros problemas. Otro grupo de alumnos también estará en Chamiza realizando actividades con los niños del sector.

También, informó que el día lunes se espera la llegada de un camión enviado por la Confech con ayuda para las personas de Chiloé.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Los Lagos, Fernanda Gallardo, dijo que "acá en el sur nuestra gente se está quedando sin comida, y hay un desempleo que aumenta cada día más y con eso son afectadas miles de familias".

Ayer en la tarde, la Federación de la ULagos realizó un campeonato de baby fútbol en la cancha azul de la costanera de Puerto Montt, donde participaron estudiantes y pescadores, con el objetivo de reunir alimentos y útiles de aseo para las personas afectadas por la crisis.

Privados y secundarios

El recién asumido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Santo Tomás, Javier Bustamante, explicó que "las universidades privadas también están en comprometidos con las causas de nuestra región, porque nuestros compañeros también se han visto afectados". Y es por eso que implementaron centros de acopio en distintos puntos de su casa de estudios, ayuda que será entregada a partir del lunes.

El vocero de los secundarios en Puerto Montt , Mauro Ángel, comentó que no sólo han manifestado su apoyo en las marchas, sino que además están recolectando alimentos en distintos establecimientos, los que empezarán a entregar este fin de semana a las familias "que realmente lo están pasando mal".

La cesantía y escasez de comida: el drama de una recolectora de orilla de Puerto Montt

PREOCUPACIÓN. Pese a que en la capital regional no hay presencia de la toxina paralizante, el efecto social de la Marea Roja sí ha golpeado a las familias de la zona: nadie compra mariscos por el solo temor a una intoxicación.
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Teresa Martínez Altamirano

Los carteles de manifestación solicitando ayuda por parte del Gobierno, exigiendo ser parte de la zona de catástrofe y realizar estudios ambientales, decoran el frontis del recinto donde años atrás funcionaba la Escuela de Chamiza.

Al entrar, el olor a arroz recién cocinado se puede percibir a medida que se avanza hacia el salón principal, donde se pueden ver a familias completas sentadas alrededor de cinco amplias mesas, compartiendo un humeante plato de comida, dándose ánimo y apoyándose mutuamente ante la cesantía y la preocupación que afecta a los lugareños.

Y es que la incertidumbre y desesperanza hace días que se apoderó de los habitantes de la Carretera Austral, ya que pese a no estar afectados por la Marea Roja ni pertenecer a la Zona de Catástrofe, ya nadie compra los productos de los recolectores de orilla, por el temor que surgió en la población, luego que se declarara la emergencia sanitaria.

Olla común

Frente a esta situación, los vecinos de este sector -al notar la escasez de dinero y alimentos- decidieron organizarse y hacer una olla común todos los días para darle desayuno, almuerzo y cena a las cientos de familias que llegan al lugar, gracias al aporte que han entregado estos días personas e instituciones, provenientes de Puerto Montt.

Es así como, buscando la manera de poder dar alimento a sus cinco hijos, Herminia Vargas llega cada mañana acompañada de sus pequeños hasta este recinto, donde además ayuda a cocinar y racionar los alimentos y pañales.

Esta mujer, de 43 años, es jefa de hogar y ha trabajado desde muy pequeña como recolectora de orilla, pues sólo estudió hasta primero medio y le ha sido muy difícil encontrar trabajo en otra cosa. Según cuenta Herminia, en esta temporada recolectan choritos, almejas y navajuelas, y vendía los productos a un comerciante que se encargaba de distribuirlos en la región, mientras que las navajuelas las ofrecía puerta a puerta en Puerto Montt.

Sin dinero

El negocio iba muy bien, ya que podía ganar fácilmente unos 90 mil pesos cada tres días, dependiendo las mallas que le encargaban; sin embargo, todo cambió cuando se declaró la Marea Roja. "Un día vino el caballero al que le vendía y me dijo 'voy a llevar 12 mallas de choritos y cuatro de almeja' y yo se las entregué. Después me dijo que iba a ir a buscar la muestra sanitaria a las 5 de la tarde. Después me llamó y avisó que sería a las 12 de la noche. Al otro día me dijo que no pudo vender mi marisco y me lo devolvió. Tuve que botarlo. Y desde ahí no me compró más", relató.

Tras eso, aún podía ganar cinco mil pesos extras todos los días, haciendo mallas para transportar mariscos. Sin embargo, ayer la persona que la contrató la llamó para decirle que iba a tener que prescindir de sus servicios, porque ya nadie estaba comprando. Ante ésto, su preocupación creció, ya que su hijo mayor estudia en la universidad y todos los días debe costearle los pasajes. "Mis hijos pequeños no entienden que no hay playa y me dicen 'mamá, por qué no vas a trabajar a la playa, estás muy floja, no tenemos nada rico para comer' y yo no sé qué responderles, ya no sé qué hacer. Mi hijo de 11 años no tenía zapatos y le tuve que pasar unos número 41 y le da vergüenza ir con esos al colegio".

Ahora, su preocupación, al igual que la de los cientos de recolectores de orilla de la Carretera Austral, es que puedan ser incluidos dentro de la zona de catástrofe para al menos "poder parar la olla" y pagar las cuentas de luz y agua, pues saben que esta situación continuará mientras la gente no compre sus productos.

90 mil pesos podía llegar a ganar un recolector de orilla cada tres días, dependiendo la cantidad de mallas.