Junto con anhelar una pronta solución pacífica y constructiva a la emergencia que están padeciendo, sobre todo, los trabajadores del mar, frente al inquietante y nocivo fenómeno de la Marea Roja en nuestra zona, conviene, ya, asimilar que en adelante, en el mediano y largo plazo, la forma de desarrollar las actividades productivas en torno a la pesca, marisquería y salmonicultura, deberá cambiar en su enfoque y realización sobre la base de una actitud más preventiva, cuidadosa y de proyección sustentable.
Esto significa que el gobierno, así como se esfuerza en responder a los requerimientos de la comunidad laboral frente a sus crisis, se haga también -y muy especialmente- el deber de pensar e invertir en nuestra región con mayor determinación y generosidad en los indispensables rubros que le dan su mayor dinamismo y progreso, como lo son los acuícola, pesquero y agrícola.
Es tiempo, en consecuencia, de desterrar para siempre las conductas gubernamentales reactivas, que permiten remedios transitorios, que quitan el dolor por un tiempo, pero que no acaban con el mal. Como puede ocurrir con la contaminación marítima de las algas venenosas, que son plagas de la naturaleza en estos tiempos en que el planeta está afectado, entre otros, por el calentamiento global. Lo que puede derivar -como lo reiteran los expertos- en que tengamos Marea Roja en la región con intervenciones cíclicas sin que desaparezca del todo.
La proactividad, adelantándose a estas catástrofes para neutralizarlas, debe ser la conducta que asumir, según las lecciones que su sufrimiento nos deja. Velando por ello, para anular esos dañinos embates, anticipándose a la ocurrencia de esos fenómenos, por ejemplo, sería recomendable organizar un gran centro de investigaciones marinas regional, integrado por todas las entidades y organizaciones especializadas que hoy, por su dispersión, no son aportes eficientes ni definitivos. Todo ésto respaldado por la disponibilidad de una exclusiva nave debidamente equipada, que recorra permanentemente nuestro mar, monitoreando y estudiando sus condiciones.
Con buena voluntad, superemos los apremios de hoy. Pero -con firme decisión- preparémonos para evitar las malas sorpresas de la naturaleza.