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Los vínculos y las anécdotas del ex Presidente en la Región de Los Lagos

PRESENCIA. Hasta el año 2014, sagradamente vacacionó a orillas del Lago Llanquihue. Además de amistades, en la zona vivió parte importante de la historia, como el asilo de Erik Honeker.
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y Luis Toledo

La mañana del 11 de diciembre de 1991, el Presidente Patricio Aylwin Azócar estaba hospedado en un hotel de Osorno, como parte de la gira que realizaba por la Región de Los Lagos. Ese día, el entonces intendente Rabindranath Quinteros lo pasó a buscar.

"Yo estaba abajo esperándolo. Pero había mucho movimiento en el hotel. Después, el Presidente baja y nos subimos a su auto, él adelante y yo atrás", recuerda Quinteros.

"Nos sentamos en silencio. El estaba muy serio. Y yo le digo, señor Presidente, muchas preocupaciones. Se da vuelta y me lanza una mirada fija a los ojos. ¿Mucha preocupación? Por culpa de su compañero, mire en lo que estamos metidos", recuerda el ahora senador.

Ese "compañero" no era otro que Clodomiro Almeyda, entonces embajador de Chile en Rusia. Lo que Quinteros aún no sabía era que ese día, Almeyda le habría abierto las puertas de la sede diplomática a Erich Honecker, ex Presidente de la República Democrática Alemana, quien era buscado por la muerte de 192 personas que habían tratado de escapar a través del muro de Berlín.

El ingreso de Honecker generó la mayor crisis internacional que atravesaba la incipiente democracia chilena.

Quinteros recuerda que "quedé pasmado" con la reacción de Aylwin, a quien nunca había visto así de molesto. "Pero a los dos minutos, se da vuelta de nuevo -esta vez con un rostro amable- y me dice. Ahhh, tranquilo, yo hubiese hecho lo mismo. Es que se portaron tan bien con ustedes durante el exilio. El entendía perfectamente lo que Almeyda había hecho. Eso retrata como era Patricio Aylwin".

Durante buena parte de sus 97 años de vida, Aylwin mantuvo estrechos vínculos con la Región de Los Lagos.

Sagradamente tomó sus vacaciones en la zona de Cascadas, a orillas del Lago Llanquihue, en los faldeos del volcán Osorno.

El empresario Patricio Corominas es amigo desde hace más de 40 años de la familia Aylwin, gracias a una hermandad que forjó con Miguel, el mayor de los hijos del ex mandatario, con quien incluso es compadre.

Esa amistad permitió que Corominas y los Aylwin compraran un campo en las cercanías de Cascadas, donde levantaron casas de veraneo.

Desde que el estado de salud de Aylwin empeoró, la semana pasada, Corominas ha estado acompañando a la familia. Incluso tuvo la oportunidad de despedirse del mandatario.

Visiblemente emocionado, Corominas recordó que con Aylwin en Cascadas "hacíamos paseos a caballo. También era un gran caminante. Subía los cerros todos los días. Algunas veces no lo acompañábamos, porque el estado físico no daba", recuerda el empresario.

Para Corominas, el ex Presidente fue el hombre que encauzó la democracia. "Fue muy valiente. Tuvo la capacidad de conducirnos para derrotar a la dictadura. Gracias a él tenemos democracia, que si bien está un poco dañada, es la democracia que tenemos y hay que seguir fortaleciéndola".

Otra de las personas que lo conoció, precisamente en la localidad de Cascadas, fue el chofer Clenardo Ascencio, conductor de la Seremi de Gobierno.

Recuerda que ello ocurrió en 1986 "cuando la DC funcionaba en la clandestinidad".

Los dirigentes locales realizaron una reunión -en Cascadas- para "formar los líderes que permitirían la reinscripción del partido para trabajar por el retorno a la democracia. Dentro de los figuras políticas que se encontraban, estaba Sergio Paéz, quien había sido diputado, el abogado Sergio Elgueta y Narciso Irureta, quien había sido senador de la falange, con quien desarrollé una estrecha amistad".

Ascencio recuerda que las palabras de Aylwin "fueron cariñosas y motivadoras. Nos incentivó a trabajar juntos y a no tener miedo. Fue muy paternal. Nos habló de manera muy cercana, incluso andaba casual, sin corbata lo que era extraño para la época".

Víctor Reyes, actual superintendente de Educación, y quien fuera diputado bajo la administración de Aylwin, recordó que durante sus vacaciones, el mandatario solía salir de paseo a Pto. Varas, Osorno y Pto. Octay, "para conversar con la gente. Era muy acogedor", recuerda. "Siempre venía a la zona. Lo recuerdo inaugurando el consultorio de Puerto Varas, que fue una obra muy significativa para la comuna".

Para Reyes, Aylwin "fue un gran humanista cristiano. Un gran líder y un hombre que supo estar a la altura de las circunstancias, primero dirigiendo la campaña del NO y el plebiscito; y luego iniciando una transición a la democracia en un periodo muy complejo, que requería tener una condición de estadista".

Sobrino

Francisco Mendoza fue director regional de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) bajo el gobierno de Aylwin.

El ingeniero forestal recuerda que Aylwin "visitó varias veces la región, porque era el Presidente Y una persona muy cercana".

Recuerda con especial cariño que bajo su administración "hubo una mística bien particular. Todos en el gobierno se sentían miembros de una causa. Estábamos en los albores de una nueva democracia para Chile; y él encabezó, con mucha prudencia e inteligencia, un gobierno lleno de compromiso. Eso se perdió en el transcurso del tiempo".

El ingeniero forestal recuerda en particular una anécdota que le ocurrió durante la primera visita de Aylwin ya como Presidente.

"A todos los funcionarios nos pidieron que lo fuésemos a esperar al aeropuerto. El Presidente se bajó y empezó a saludar uno a una a las autoridades. Cuando llegó donde estaba yo, le dije hola tío. Hola Pancho, me respondió. Eso fue motivo de risa y de hueveo en los meses posteriores", recuerda.

Lo que muy pocos sabían era que el segundo apellido del padre de Mendoza es Aylwin y, por lo mismo, era su tío abuelo.

La segunda vez que Aylwin y Mendoza tuvieron contacto fue cuando, siendo director de Conaf, se le ocurrió establecer tarifas diferenciadas para nacionales y extranjeros en el acceso al Parque Nacional Petrohué. "En la mayoría de los países, sobre todo en Latinoamérica, se hacía así", recuerda Mendoza, quien afirma que había justificado su decisión porque los nacionales debían asumir otras cargas -como el mantenimiento de los parques- y el que el Estado debía dejar de utilizar estas tierras productivamente. "Esto llegó a oídos del Presidente", relata Mendoza.

Aylwin, quien se destacaba por ser un amante del medio ambiente, le envió a Mendoza una carta muy personal, "en la que me decía, querido Pancho, yo te agradecería que, en virtud del Código de Andrés Bello, que no hace distingos entre chilenos y extranjeros, reconsiderara la medida".

Mendoza cuenta que le respondió que había muchos argumentos para establecer esta diferencias, "pero en vista que usted me lo pide, voy a estandarizar la entrada".

Otro que tiene anécdotas con Aylwin es el ex alcalde de Maullín, Juan Cárcamo, quien recuerda una visita que realizó el mandatario a esa zona.

"Estábamos en una escuela de Lolcura que tenía los baños insalubres. Nos preguntó donde puedo ir al baño. Lo tuve que llevar a los baños de la escuela. A la salida me dijo alcalde de verdad hay que mejorar esta escuela", relata Cárcamo, quien valora que siempre el mandatario estuvo preocupado de esa comuna. Y los baños, al final, también fueron reparados.

Otra de las personas que cultivó una larga relación con Aylwin, es el abogado y ex diputado, Sergio Elgueta, quien lo conoció en los sesenta, cuando la DC realizó un congreso de la zona sur.

Años después, ya en la lucha contra la dictadura, los caminos de ambos se volvieron a reunir. "Cuando era candidato presidencial, tuve el honor que él me escogiera como una de las personas que debía llegar a la Cámara de Diputados. Para mí fue una sorpresa. De esa forma, más la adhesión popular, llegué a la Cámara de Diputados", recordó.

Para Elgueta, Aylwin será recordado como uno de los "mejores Presidentes de la historia, porque restableció la democracia, sentó las bases de la nueva república y acreditó ante los países extranjeros la vía democrática de Chile".

Entre las curiosidades, Elgueta recuerda que, estando en Puerto Montt, recibió la noticia que Estados Unidos había atacado Irak.

El también diputado en ese entonces, Carlos Ignacio Kuschel, recuerda que Aylwin "era muy atento y respetuoso, preguntaba detalles sobre la región, como el clima, los caminos, la distancia y los costos de las obras. Era un hombre agradable, aún cuando yo, como parlamentario de oposición, tenía diferencias políticas con él. Él siempre buscaba el consenso en el máximo de los espacios, pero si no se producía actuaba según su parecer".

Kuschel recuerda que una de las obras que impulsó fue el adelanto de la doble vía entre Puerto Montt y Puerto Varas, que "se materializó después de una conversación que sostuvimos con el Presidente Aylwin en conjunto con el entonces senador Sergio Paéz".

El primer gobernador del retorno a la democracia fue el radical Gustavo Flores, quien lo recuerda como "una persona muy accesible, jovial y amable, que se hacía querer. Trataba con mucho respeto a toda la gente".

El radical fue el encargado del comando por el "No" y, por ello, tuvo una cercanía con el mandatario.

Flores recuerda una concentración en calle Copiapó, previo al plebiscito de 1988, como una de las más grandes que se ha realizado en Puerto Montt.

El ex gobernador, quien está agradecido de la confianza de Aylwin al nombrarlo gobernador, recordó que debió asumir la Presidencia en un período muy difícil de la historia.

Anécdota Presidencial

Una de las mejores anécdotas del ex Presidente Patricio Aylwin con la Región de Los Lagos, la vivió Martín Soto, un histórico funcionario de la Intendencia. A las 7.30 horas de un día de marzo de 1992, Soto pasaba la aspiradora por la oficina del entonces intendente Rabindranath Quinteros, cuando "sonó el teléfono rojo de la Presidencia. Contesté y me preguntaron: estará Rabindranath. No, el señor intendente llega como a las 9. Le voy a cortar, porque estoy pasando la aspiradora", le contestó Martín a la persona que estaba al otro lado del teléfono. "Hijo mío, no cortes -le dijo- porque habla el Presidente de la República. Me identifiqué, le dije que era Martín Soto. El presidente me dijo que le diera un recado al intendente cuando llegué, que me llame, Anótalo en un taco para que no te olvides". Pese a que no se olvidó, Martín no se atrevió a darle jamás el mensaje a Quinteros, porque había contestado el famoso teléfono rojo. Tiempo después, Aylwin y Quinteros se encontraron y el Presidente le preguntó quién era Martín Soto. La persona que sirve el café, le respondió. Aylwin lo mandó a felicitar porque en ningún servicio público le habían contestado antes a las 7.30 de la mañana...

"Es un gran legado que nos deja Patricio Aylwin, especialmente a la juventud, cuando el dinero está por sobre los valores; hoy es un día especial para reflexionar".

Juan Cárcamo (DC), ex alcalde de Maullín.

"El era un gran político, una persona con una vocación de servicio que deja un enorme legado al país, un gran aporte a la democracia. El es responsable, en parte, del período más próspero que ha vivido Chile en democracia".

Carlos Recondo (UDI),, ex diputado.

"Era una gran persona y un buen político, e incluso una calle de Villa Los Presidentes en Puerto Varas lleva su nombre, gestión que hicimos cuando era concejal por la comuna lacustre".

Manuel Rivera (PS),, consejero regional.

"Uno de sus méritos fue el ser capaz de reconciliarse con su pasado, al haber impulsado el informe de la comisión Rettig, que en el fondo pudo traer la verdad que Chile necesitaba sobre la violación de los derechos humanos y abrió las puertas para buscar justicia. Tuvo la valentía de pedir perdón por lo ocurrido en la Dictadura".

Ramón Espinoza (PS),, alcalde de Frutillar.