Correo
Patricio Aylwin I
Ayer, estaba trabajando en mi oficina, cuando me llamó mi esposa para comunicarme que radios y canales televisivos, estaban informando del fallecimiento de quien fuera Presidente de Chile, nuestro querido, respetado y gran chileno, don Patricio Aylwin Azócar. Si bien que esta noticia estaba seguramente ya preparada en diarios, revistas, como medios modernos de la comunicación, por el delicado estado de salud en que estaba, impactó igual a todo Chile y a muchas naciones con quienes tuvo relaciones mientras sobre todo fue jefe de Estado de nuestro país.
Para mí, don Patricio fue una persona que me demostró un afecto muy especial, de quien recibí en varias ocasiones un apretado abrazo, por el hecho que en la primera campaña de don Eduardo Frei Montalva, nos conocimos, y me distinguía en forma deferente al saber que éramos sobrinos de Emilio Duhart Harostequi, distinguido como un gran arquitecto, quien desde que entró a la UC ganó las más altas distinciones. En una de las primeras reuniones, me dijo que le alegraba saber de este parentezco "y desde ahora me puedes tutear", cosa que me hizo sentir mal. Pero, a raíz de las muchas reuniones que tuvimos en 1957 y posterior a 1960, me exigía que le dijera Patricio. Me costaba, pero después de un tiempo, me acostumbré a decirle Patricio.
Un día cualquiera me sorprendió una llamada en pleno gobierno militar y don Patricio me dijo: "Supe que en Puerto Montt aparecías como propuesto para que fueras presidente provincial de la CC.DD.HH.". Me sorprendió, porque no lo sabía y le dije que era un cargo delicado y que el ambiente entre militares era difícil. A lo que me contestó: "Eres el más indicado, acéptalo y desde aquí te apoyaremos...". Y le respondí: "Que Dios me salve". Y recibí su característica sonrisa.
Así fue como acepté tan delicada e incomprendida responsabilidad. Pasaron los meses y un día en que en mi oficina ubicada en Benavente, estaba atendiendo a varias personas, y uno de los que me esperaban dijo: "Don Héctor, lo busca un caballero que siempre sale en la tele...". Salió mi hi- jo y me dijo: "Papá, don Patricio Aylwin está en la entrada".
Así fue como recibí a don Patricio Aylwin, con el más profundo agrado, obteniendo el característico abrazo suyo, diciéndome "qué bueno que tengas tanta clientela". A lo que le respondí que eran camaradas y amigos de familiares de presos políticos, pensando entonces él que se trataba de la Oficinas de los Derechos Humanos. Ante lo cual, le señalé que no teníamos todavía ese local. "Pero eso no es posible", me expresó. Y como vio que había más de diez personas, me dijo: "Aquí tienes mi tarjeta personal, por cualquier cosa me llamas".
Creo que nunca necesité llamarlo. Podría contar varias anécdotas, pero sería largo y puedo decir que nunca jamás, y Dios es testigo, que haya solicitado a él ni a mi partido el PDC favor alguno. Ahora ya he implorado a Dios que lo haya recibido en el lugar de los hombres buenos y que mi Partido a nivel local, puedan realizar un acto religioso en su memoria, ojalá en la Catedral de Puerto Montt, en su calidad de católico y ex Presidente de Chile.
Gracias, Dios mío, por haber conocido a don Patricio Aylwin Azócar.
HÉCTOR DUHART LAGOS.
Patricio Aylwin II
Tuve el honor como diputado social demócrata de participar -en el año 1990- en aquella ocasión en que Patricio Aylwin Azócar, recibiera la banda presidencial de quien detentó el poder por 17 años.
ROBERTO MUÑOZ BARRA, ex senador de la República
Gimnasio Municipal
El domingo 10 pasado, concurrí a ver el partido con mi familia entre CEB Pto. Montt y el ABA Ancud.
Cuando llegué, encontré muy lindo el mejoramiento que se había hecho en el Gimnasio Municipal de calle Lota "Mario Marchant Binder".
Felicitaciones por esos adelantos y arreglos en nuestro gimnasio, pero se olvidaron de un gran detalle: los baños.
VALERIA URIBE HERNÁNDEZ.