Con eucaristía del Domingo de Ramos mundo católico inicia la celebración de Semana Santa
TRADICIÓN DE FE. Fieles recordaron la entrada de Jesús en Jerusalén. Al final de la Misa, se leyó una carta en la que la Conferencia Episcopal critica el proyecto de Ley de Aborto.
Una importante afluencia de fieles a las distintas parroquias y capillas de la capital regional, se registró ayer con motivo de la celebración del Domingo de Ramos, que recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y el inicio de la Semana Santa.
En la Catedral de Puerto Montt, principal templo católico de la capital de la Región de Los Lagos, la eucaristía fue celebrada por el arzobispo Cristián Caro quien al inicio del encuentro realizó la tradicional bendición de los ramos, los que fueron levantados por los fieles que llegaron para participar de la celebración.
Durante la liturgia se recordaron dos pasajes, los que se acuerdo a la prédica de monseñor Caro, son los contrastes de la Semana Santa de la fe católica. Preliminarmente se recordó el ingreso de Jesús a Jerusalén sobre el lomo de un burro, siendo aclamado por la multitud con hojas de palma (origen de la tradición de los ramos), y luego se realizaron lecturas sobre su pasión y crucifixión.
"La Semana Santa nos recuerda a Dios hecho hombre, y su gran misericordia que lo llevó a morir por la salvación de la humanidad", dijo el prelado.
Al final de la eucaristía, se dio lectura a la carta redactada por la Conferencia Episcopal de Chile ante la aprobación en primer trámite del "proyecto de ley pro aborto", titulada "Firme nuestra esperanza en defensa de la vida".
"La Iglesia Católica y otras confesiones cristianas, hemos señalado respetuosa y reiteradamente, que esta decisión constituye una grave ofensa a la dignidad del ser humano y en particular una agresión contra la vida del más inocente de todos los seres: el concebido y no nacido, al que la Constitución política afirma que la Ley protege. Creemos que esta decisión constituye una trágica expresión de la "cultura del descarte", en que los excluidos son considerados desechos "sobrantes" de la sociedad, como lo llama el papa Francisco", precisa el documento que se leyó a los fieles.