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Despreocupación del terminal: la principal crítica del turista al irse

PROYECTO. Ad portas de uno de los fines de semana con mayor movimiento en el recinto de buses, viajeros exponen sus demandas y preocupaciones. Ayer partió el éxodo de veraneantes. SOLUCIÓN. Alcalde Ramón Espinoza está dispuesto a ayudar. Trabajo de reparación se iniciará cuando termine temporada.
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Mirta Vega

La congestión vehicular en el Terminal de Buses de Avenida Diego Portales, se ha transformado en un problema gravitante para la ciudad, siendo muy difícil el paso peatonal.

Pero no es sólo ese el tema que evidencia problemas. Es un edificio que nunca fue terminado como corresponde, aún cuando el administrador comercial Mauricio Fernández, asegura que fue recibido el 31 de marzo de 2015, por la Dirección de Obras de la Municipalidad.

Hay una ala, del sector Este, acceso a los estacionamientos, que quedó con el material de cemento en bruto, sin las correspondientes terminaciones que deberían tener un edificio nuevo. Según Fernández, no se ha terminado porque están en negociaciones de instalación de un centro médico.

La construcción de este edificio se inició con el llamado a licitación en el 2003, y se fue entregando por sectores. Incluso tuvo problemas de inversión, de irregularidades detectadas por la Contraloría y así llegó a su recepción final hace un año, por lo que cuenta Fernández.

Mala evaluación

Recorriendo el establecimiento, se observa, además de un edificio sin las terminaciones finas, largos pasillos desaseados. Hay tachos de basuras y escaleras sucias, que denota la despreocupación porque no se lavan los pisos de gomas.

Evaluación hecha en un recorrido de El Llanquihue ante quejas de pasajeros y donde también se consultó en el lugar. Ayer grupos de jóvenes que venían llegando de Santiago y estaban a la espera de la salida de buses a Chiloé, no tenían asientos dentro del terminal y descansaban en el suelo.

Junto con ellos, los infaltables perros dentro del establecimiento. Aún cuando hay quienes salen en su defensa, no deberían deambular en su interior, para respetar el libre tránsito de las personas con sus maletas y bultos.

La informadora turística Carla Solís dice que si no se pueden "controlar en forma humana" a ellos les impiden sacarlos del terminal.

Otro de los inconvenientes, se crea por la mala construcción de los andenes. Al estacionar dos buses sacando sus maletas chocan unos con otros con los problemas que generan los golpes.

Además los buses intercomunales tienen mayor espacio para circular, en circunstancias que no llevan equipaje ni familiares que los despidan, comparado con las aglomeraciones que producen las salidas desde los andenes interprovinciales.

El ingreso por el borde costero, es otro tema que lamentan los visitantes por su abandono y nada de los jardines propuestos inicialmente en el proyecto.


Amarrado con tira de nylon lució este verano el Molino de Agua de Frutillar

El molino de agua del Museo Colonial de Frutillar se encuentra en malas condiciones. Ante la rotura de una pieza metálica -que mueve las paletas y se quebró por el uso y el agua- tuvieron que amarrarla con tiras plásticas, lo que generó más de algunas críticas.

El alcalde de Frutillar, Ramón Espinoza, dijo no estar impuesto de la situación por parte de los administradores, y que estaba dispuesto a ver el tema con las autoridades de la Universidad Austral de Chile, que administra el Museo e incluso se mostró interesado en conseguir los fondos si se requiere alguna reparación. "Estamos dispuestos a generarlos y conseguir los fondos y que tomará contacto con las autoridades pertinentes porque se trata de un patrimonio de la comuna" dijo el jefe comunal, expresando su buena voluntad de cooperar en este tema.

Narciso Mansilla, encargado del museo, dijo que están a la espera del término de la temporada alta para iniciar trabajos y no sólo en la rueda del Molino de Agua sino en otras dependencias.

Dijo además que se vieron obligados en instalar el nylon "porque las personas colocaban sus manos en las roturas a pesar de las señaléticas en el lugar".

La construcción de la Casa Molino, fue realizada por seis maestros entre los años 1982-1984, siendo su gran atractivo la gran y antigua rueda de paleta para moler trigo, lo cual es movilizada por el agua del canal y servía para iniciar la maquinaria que molía harina con grandes piedras.

Es uno de los primeros mecanismo empleados por los colonos ya que el primero que se construyó data de 1870 ubicado en el mismo lugar. En su interior podemos encontrar elementos que reflejan normas socioculturales de la época además del proceso completo de la elaboración de la harina que era esencial para su alimentación.

La Universidad Austral de Chile, en reciente convenio con Procobre y la Municipalidad de Frutillar, entregaron algunas instalaciones reparadas en su instalación eléctrica, como la implementación de barras de cobre en puertas de la casona, por lo que llama la atención que un producto haya quedado para la "gráfica" de los turistas.

9 años estuvo en construcción el terminal de buses el que se suponía iba a cambiar la cara del transporte de pasajeros.

1 millón de pasajeros se movilizan por el Terminal de Pasajeros. Sin embargo, estos no tienen las comodidades que se requiere.