La temporada estival 2016 no sólo ha sido el mejor verano para la industria del turismo de los últimos 5 años al menos; sino que además ha dejado de manifiesto un problema que no es menor, cuál es, el colapso vial de varios puntos de la provincia, tanto al interior de las ciudades, como en sus vías de acceso o conectividad.

Dicha realidad merece la mayor atención posible, porque constituye un pilar fundamental del desarrollo futuro, y en lo inmediato, fuente de molestia de cientos o miles de turistas.

El tema es transversal y requiere de una mirada integral, porque no sólo afecta a una comuna en particular. En Puerto Montt, por ejemplo, a los tacos tradicionales de la rotonda, hay que sumar la congestión vehicular que se produce en el acceso a Angelmó. En Puerto Varas, a las dificultades casi permanentes que hay para transitar por la Costanera, hay que sumar un taco kilométrico que se registra cada tarde para regresar desde Ensenada. Frutillar no sólo se congestiona cuando hay un mega espectáculo en el Teatro del Lago, sino que cada tarde transitar por la costanera o pretender estacionar en Frutillar bajo, es una tarea difícil de sobrellevar. Y si su interés es viajar a Chiloé, Hornopirén o Chaitén, las esperas son eternas para cruzar en los transbordadores. Es decir, el problema llegó para quedarse y no está focalizado en un punto determinado, sino que en la zona en su conjunto.

Todo indica que nuestra zona tiene un potencial turístico que cada vez se explotará mejor y por ende, será más visitada; aspecto que se verá reforzado por los efectos del cambio climático, que se traducirán en veranos mucho más extensos y agradables. En consecuencia, es tiempo de atacar ahora el problema, con modificaciones a los planos reguladores, normando mejor ciertos permisos que muchas veces complican el fluido desplazamiento, y generando nuevas vías de conexión, entre un punto y otro. No podemos enfrentar la próxima temporada, con una sola vía de acceso desde Puerto Varas a Ensenada, por ejemplo. No es turístico pensar así.

El robo en las áreas de manejo dispuestas en el litoral de la Provincia de Llanquihue, léase Estaquilla; Quenuir, Llico Bajo en Fresia y otros sectores, ha sido un drama hace años para centenares de pequeños pescadores artesanales y familias de nuestra zona.

Han sido muchos los acontecimientos que han alterado la paz social en las caletas, su gente y en definitiva perjudicado el sustento de modestas familias de trabajo y esfuerzo.

Con satisfacción en esta época estival, (cuando muchos tienen la fortuna de hacer un remanso en su quehacer) hemos conocido avances en materias de investigación, prevención y sanción para quienes resulten responsables de estos ilícitos que tanto dolor han causado.

Es así como hay acciones, plazos y esperanzas de que todo vaya a mejorar para la gente de trabajo de estos sectores como Caleta Estaquilla y Llico Bajo. De lo que tanto hemos insistido ante la autoridades respectivas con el objetivo de que las cosas mejoren muestran avances evidentes.

Seguiremos insistiendo en que el trabajo es un derecho y la seguridad de las personas también, y debe ser cautelado en un estado de derecho dondequiera que sea.

Carabineros; La Armada; Ministerio Público y otros organismos están tomado la situación como realmente los hechos lo demandan y eso es muy positivo para la tranquilidad de la gente afectada.

Esperamos todos efectivamente el buen desenlace de las acciones para terminar con estos hechos que tanto daño han causado a gente de esfuerzo y trabajo.

Felipe De Mussy Hiriart. Diputado de la República.