Marcelo Galindo Gallardo
A nueve meses de la erupción del Volcán Calbuco (22 de abril de 2015), el Ministerio de Obras Públicas (MOP) finalizará este jueves 21 las obras de encauzamiento de los siete ríos que descienden por los faldeos del macizo precordillerano y que desviaron sus cursos en forma significativa producto de los lahares.
El cambio geográfico es notorio, y así se pudo observar con un dron de la Dirección de Aeropuertos, que junto a la Dirección de Obras Hidráulicas, conocieron el estado de avance de las obras que se han ejecutado posterior a la erupción.
La cantidad de material que cayó desde el volcán y que fue arrastrada producto de los lahares, provocó la destrucción completa de la planta salmonera de Marine Harvest, emplazada a un costado del Río Blanco, cuyo curso fue encauzado.
Rocas de hasta 6 toneladas se desplazaron por toda esta zona. Sólo en el Río El Este, que desemboca en el Lago Chapo, se estima se desplazaron alrededor de 80 mil metros cúbicos de material (rocas, cenizas y lodo).
El MOP construyó dos puentes en el Río Blanco y El Tronador.
Se intervinieron los ríos El Este, Blanco, Colorado, Correntoso, Pescado, Tepú y Blanco El Este.
Caja
El seremi de Obras Públicas, Carlos Contreras, explicó que los sectores más afectados por la erupción son Ensenada, Correntoso y Lago Chapo.
En esta última zona, emplazada en la comuna de Puerto Montt, están finalizando los encauzamiento de los ríos.
"Ello quiere decir que se está armando la caja para que los flujos de las próximas lluvias o lahares puedan ir en una dirección y un sentido determinando, entregando seguridad a la gente que vive en este punto", aseguró.
Contreras confirmó que son más de 19 kilómetros que se han intervenido en los últimos meses. Añadió que se mantendrá un constante monitoreo de todo este sector.
"Esto representa un compromiso con la comunidad respecto a la reconstrucción del sector de Lago Chapo y lo que le da la posibilidad futura a la gente para que pueda volver a habitar esta zona", manifestó.
Bárbara Astudillo, directora regional de Obras Hidráulicas (DOH), dijo que para ejecutar estas obras se ocuparon alrededor de 20 mil horas de trabajo desde el día después de la erupción.
"La dificultad principal es que los cauces se abrieron por distintos sectores, dado que se habían taponado. Ello fue el mayor problema que tuvimos y recorrimos varias veces estas zonas, para ubicar los cauces", observó.
La profesional de la DOH añadió que la erupción del Calbuco y los lahares cambiaron en forma notoria el paisaje.
"Con los mapas de Sernageomin tuvimos un horizonte de dónde trabajar, lo que se convirtió en la ruta para nosotros. En la mayoría de los ríos cambiaron los cauces, incluso el cambio de curso del río El Este dejó a muchas familias aisladas; eso ya es distinto con los trabajos ejecutados", anotó.
Pesquera
Robinson Díaz, inspector fiscal del MOP, dijo que un torrente que no tenía más de 6 metros se triplicó.
"Las rocas generaron un lahar gigante, que arrastro todo tipo de material y arena. Los pilares de la pesquera (Marine Harvest) eran de 8 metros, y eso quedó sepultado", explicó.
El río Blanco, cerca de la salmonera tuvo dos desvíos, hacia Correntoso y Lago Chapo. "Los ríos pequeños se ensancharon por la presencia de los lahares y en promedio crecieron hasta 20 metros. Cambiaron su curso, pero la maquinaria permitió que volvieran a la normalidad", adujo el funcionario del MOP.
Gonzalo Villarroel estaba ayer visitando la zona de Lago Chapo, tras llegar desde Santiago junto a su familia.
El capitalino se mostró asombrado por todo el daño que provocó la erupción del 22 de abril del año pasado.
"Esto fue tremendo y trágico para las familias, que perdieron todo. La forma cómo quedó el volcán es totalmente distinta a lo que habíamos visto. Movió muchas rocas y deformó los ríos y caminos", aseveró.