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Alcaldes de Los Muermos y Maullín destacan triunfo ciudadano en retiro de hidroeléctrica

FRENO. Tanto Emilio González, como Jorge Westermeier, plantean que se mantienen alertas por lo que pueda ocurrir. Ambos municipios plantearon sus observaciones.
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Vicente Pereira Parra

Como un triunfo de las comunidades, fue calificado por los alcaldes de Los Muermos, Emilio González, y de Maullín, Jorge Westermeier, el retiro del proyecto de central de pasada El Gato desde el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA).

Los dos -en todo caso- coinciden en que se encuentran alertas por si lo vuelven a ingresar.

En los Muermos -una de las comunas complicadas- su alcalde Emilio González dice estar satisfecho, porque esto ocurrió gracias a la presentación realizadas por su comuna y por otros servicios públicos.

Los Muermos, por ser el área en la que se emplazaba el proyecto, tuvo plazo hasta el 22 de diciembre, junto a los servicios públicos.

Los Muermos presentó 144 observaciones al SEA, contando con asesoramiento de los profesionales Carlos Leal y Myriam Iturra, más las observaciones de los servicios públicos, lo que obligó a la empresa a retirar el proyecto.

Maullín, en cambio, identificó 175 observaciones al sistema de evaluación ambiental, según consigna Westermeier.

González critica el sistema de aceptación de este tipo de proyectos, "que están mal elaborados y que posteriormente la ciudadanía tiene que hacer observaciones, pero no cuenta con el asesoramiento de profesionales capacitados".

Por ello, los municipios tienen que incurrir en gastos para cancelar dichos asesoramientos.

En el caso de Los Muermos, el alcalde destaca que el perjuicio pasaba porque se interrumpía la navegabilidad del río -a la altura de Paraguay-Chico- El Gato, de Los Muermos- y que no se había considerado con profundidad la situación de la ave-fauna del sector.

Así también dice que estaban cerca del sitio arqueológico Monte Verde y no se medía el real impacto en los humedales existentes en la Cuenca del Río Maullín.

Calificó también como débiles las medidas de mitigación que ofrecía la empresa.

En tanto, Jorge Westermeier admite que la situación del río es compleja y por ello cualquier tipo de intervención podría generar un problema mayor.

El impacto -según Westermeier- lo recibirán las comunidades indígenas que viven en el borde costero del río y que "de tiempo inmemorables están presentes en dicho lugar".

Recordó también que en variadas oportunidades han colocado el acento en conseguir que Maullín se transforme en una reserva ecológica, algo que -al instalarse una central de pasada- estaría muy lejos de cumplir.

José Molina -vocero de las comunidades indígenas del territorio de Maullín- explica que el haber realizado esta proyecto tal y como fue presentado "significaba el deterioro en la calidad de vida de las comunidades que viven en el borde costero de Maullín".

Lugar en el que habitan seis comunidades (unas 200 personas) y todas ellas dependen de los recursos naturales que genera este río, tanto en la recolección pelillo y de recursos tales como las almejas y choritos.

Daniel Mundaca, encargado de la Oficina de Medio Ambiente del municipio de Maullín, dice estar vigilante frente a la posibilidad de que el proyecto vuelva a entrar al SEA.

Dice que esta iniciativa contaba con falencias estructurales y de contenido.

Mientras que Claudio Delgado, director de la ONG Conservación Marina, detalla que el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa no permitía visualizar cuáles serían los efectos si se llegase a construir esta obra.

Pero -acorde a los análisis realizados por la mesa de unidad del río Maullín- queda en evidencia la alteración en el cauce y en el caudal que genera en un río de las características del Maullín y en su zona media alta de la cuenca "tendrá un impacto".

Alega que se podía prever es un efecto negativo sobre la biodiversidad acuática, entre otros daños al lugar.

En tanto, el representante del Comité de Defensa del río Maullín, Orlando Torres, calificó el hecho "como un triunfo del trabajo realizado por dirigentes y profesionales que nos asesoran técnicamente, que revisaron el proyecto y explicaron a la comunidad el impacto y perjuicio de la central de pasada en el ecosistema del río".

Para el dirigente maullinense, "este proyecto estaba mal presentado e incompleto; tenía grandes falencias en la línea base, no se hizo consulta indígena, carecía de información relevante y esencial, no incluía la línea de transmisión, pero por sobre todo, no incluía a la comuna de Maullín dentro del área de influencia del proyecto, siendo que la mayor parte las actividades productivas del río se hacen en la comuna de Maullín", recalcó Torres.

Paulina Mery, presidenta de la Junta de Vecinos de Paraguay Chico y vocera del movimiento "Río Maullín Libre", se mostró satisfecha y contenta por la renuncia del proyecto, y enfatizó en que "vamos a seguir trabajando. Nadie nos asegura que el día de mañana puedan invadir y contaminar nuestro río".

144 observaciones presentó al proyecto la comuna de Los Muermos. Y 175 identificó Maullín.