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Sólo algunos valientes se atrevieron a realizar actividades el primer día del año

JORNADA. En Angelmó los locatarios comentan que afluencia de público fue menor a otras veces.
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César Barría Vargas

Escaso tránsito vehicular y movimiento peatonal en el sector céntrico, marcaron el primer día del año en la capital regional, tras los festejos del 1 de enero de 2016.

En la Plaza de Armas, tempranamente, se inició el retiro de basura, producto de las botellas y cotillón que fue dejado por quienes asistieron a presenciar los fuegos artificiales, que fueron lanzados por dos buques desde la bahía de Puerto Montt, con disparos que duraron alrededor de 18' minutos, tras las 00.02 horas.

Una celebración que mayoritariamente se concentró en los hogares y variados eventos masivos, que se efectuaron en la ciudad y Puerto Varas.

Avanzada la noche y cuando el sol mostró sus primeros rayos, se aguardaba por una masiva llegada al Mercado de Angelmó, lo que finalmente no ocurrió.

Si bien, hubo comensales que se inclinaron por los alimentos del mar, para combatir la "resaca" que dejó la agitada madrugada del viernes, locatarios esperaron un número mayor.

Durante la mañana, familias y turistas fueron quienes optaron por un caldillo de congrio, curanto o una paila marina.

Entre ellos, Agustín Pérez, quien expresó que "fue una noche tranquila, la idea es quedar repuesto y partir a la playa para aprovechar el día".

Pero, también, hubo otros que debieron sacrificar el día, trabajando en sus quehaceres diarios, como Pablo Sotomayor, que labora en el transporte de pasajeros.

"No es muy agradable, que digamos, pero económicamente es mi herramienta y lo hago a gusto en un día que la gente va a requerir del servicio", afirmó.

Por la tarde, el día permitió la ida a las playas.