Junto con la caída de la última hoja del árbol anual (2015), desde el horizonte emerge la alborada del nuevo año 2016, en medio de las expectativas de un mejor porvenir, con más oportunidades de superación personales y en los distintos campos del desarrollo local, regional y nacional, en aras de un Chile más próspero espiritual, cultural y materialmente.
Sin embargo, acá en Puerto Montt terminamos 2015, conmovidos y apesadumbrados, con el fallecimiento de dos grandes personajes -Juan Sandoval Yáñez, baluarte de las comunicaciones deportivas, y Daniel Rebolledo Garcés, gran artífice del desarrollo sustentable pesquero y acuícola de las regiones sur australes-. Lo que nos mueve a acoger el tradicional suceso del cambio de año, esta vez, con especial mesura y sobriedad. Enlutados por la definitiva partida de estos grandes hombres, que dedicaron sus vidas -desde distintas áreas- a hacer el bien, a servir a su prójimo y a contribuir a la felicidad humana. Estimulando la "mente sana en un cuerpo saludable" y el logro de una más digna implementación para el incremento y desarrollo de los deportes en la comunidad, Sandoval. Y promoviendo, con su humanidad, profesionalismo y sapiencia, la productividad desde el mar, lagos y ríos en un equilibrio que dé plenas garantías de multiplicación y preservación en el tiempo, Rebolledo.
Qué mejor que enfrentar un nuevo año de desafíos y de trabajo, procurando imitar ese admirable espíritu de lucha, voluntad de superación, afán de servicio y de hacer siempre el bien, que hizo tan admirable y fructífero el paso por esta vida de estos inolvidables coterráneos: Juan Sandoval y Daniel Rebolledo.
Que esa predisposición solidaria, buscando el bien común, ayudando a superarse, generosamente, sin egoísmos ni intereses personales ni sectarios, predomine en nuestro actuar en el 2016 y años que vienen. Y así -limpios de odios y resquemores, traumas y prejuicios- hagamos sentir de veras la fuerza incontenible del amor patrio y la unidad fraterna.
Que las obras de progreso, materiales e intangibles, que quedaron inconclusas, se terminen en el año que parte, mientras surgen nuevos proyectos que aporten a una sociedad sin pobreza en las poblaciones y de gran riqueza interior en el alma nacional.