El computador 800 xl, que venía con casetera. En esa época era la único que existía, y era el sueño de todo niño, recuerdo noches completas jugando junto a todos mis amigos. Había que esperar que los juegos se carguen entre 30 minutos y una hora.
Siempre recibí lo que pedía. Así que debo agradecer al viejo pascuero, por el tiempo y la dedicación que le puso en cada uno de los regalos que me llevó.
Una bicicleta Trek, ya que quiero empezar a practicar triatlón. Así que ojalá que mi mujer lea este reportaje y le pase el dato al viejo pascuero.
Rodrigo Wainraihgt Abogado
Una bicicleta, regalo de una madrina, durante mi infancia en Tal Tal. Terminó convirtiéndose en comunitaria porque era el único que tenía una. La usábamos para tirarnos cuesta abajo en las áridas calles de Tal Tal.
Fui criado en un tiempo en que el consumismo prácticamente no existía, y la situación económica tampoco lo permitía. Nunca esperé un regalo en particular. Recibíamos con alegría y gratitud lo que llegara, aunque fuera un par de calcetines.
Salí de mi casa siendo muy niño, a los 9 años, y sólo volvía en vacaciones. Probablemente por eso nunca esperé regalos materiales -actitud que mantengo hasta el día de hoy- ni tengo un particular apego por las cosas. A estas alturas, tengo lo que necesito y más.
Mis mejores regalos siempre fueron patines que me los regalaban cada cierto tiempo en Navidad, ya que a medida que iba creciendo me los iban renovando.
No recuerdo haber deseado algo y no haberlo recibido, ya que mi familia siempre me inculcó pedir acorde a la realidad económica, destacando además el sentido de la Navidad que tiene relación con el compartir en familia y no con lo material.
Ya no pido regalos, ahora tengo la posibilidad de regalar y de poder comprarme o darme mis propios gustos. Pero una buena agenda sería un buen regalo.
Jéssica Uribe Presidenta Dep. Puerto Montt
No celebrábamos la Navidad con regalos en Siria. No era costumbre en mi familia. Cuando llegamos a Chile, la adoptamos. Pero sin regalos. Hacíamos un árbol con un pino que nos conseguíamos.
En Siria nuestros juguetes eran hechos por nosotros mismos. En mi caso, mis muñecas las hacíamos con mi mamá con palos de helados. Poníamos dos palos cruzados y la vestíamos.
El énfasis está puesto en la familia, en n la cena. Ahora hacemos cualquier cosa para estar juntos.(izq. Aníbal, Fabiola, Jaco en el medio).
Fabiola Mosa Empresaria (Bikram yoga) Jorge Pacheco Empresario (Oxxean)
No recuerdo haber recibido regalos de Navidad de mis padres... Creo que se debía a la cultura del campo en la Isla Tenglo. Sólo una vez nuestro tío Augusto Alvarado nos regaló a varios primos una pelota de fútbol y varios juguetes. Fue muy bonito.
Un rifle a postones para cazar, soñaba con tener uno y cazar como los grandes.
Hoy sólo deseo vivir con mucha paz en mi alma, que Dios me siga dando buena salud y poder seguir trabajando con mucha gente. Un libro de Mandela u otro sabio.