Cristina Ortega Directora escuela de Ballet

E-mail Compartir

Una muñeca que se llamaba Anita María. Hasta le hicimos fiesta de bautizo con varias invitadas. Debo haber tenido 4 ó 5 años.

Siempre eran zapatillas de punta y no me llegaron nunca porque era muy chica. Cuando empecé a bailar, me tocó tenerlas nomás. Se mandaban a hacer a Santiago y había que esperar 2 ó 3 meses.

Un teatro nuevo para la ciudad donde muchas más personas puedan disfrutar el arte y la cultura.