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Llegan a su fin 132 años de historia de la ampolleta incandescente

MENOS GASTO. La medida, implementada por el Ministerio de Energía, apunta a rebajar el consumo. Sin embargo, las bombillas de mayor eficiencia y con tecnología LED, todavía muestran altos valores. El retiro de lámparas con sus tradicionales filamentos metálicos, empezará a hacerse efectivo a partir de este jueves.
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En diciembre de 2014 comenzó a restringirse la venta de ampolletas incandescentes de 75 watts o más. En junio pasado, fue el turno de las con potencia mayor a 40 watts. Y a partir de este jueves, serán las de potencia igual o superior a 25 watts las que comenzarán a salir del mercado, lo que marcará el fin de estos faroles, que en 1883 se usaron por primera vez en el país, para iluminar la Plaza de Armas de Santiago.

A partir de esta semana, la única opción de acceder a esos productos será a través de los que queden en stock. Una vez que se rebaje esa existencia, comenzará su fin definitivo.

Todo esto responde a una resolución del Ministerio de Energía, que busca elevar el estándar de eficiencia energética, descartando al mismo tiempo el uso de productos ineficientes, en términos de consumo energético.

De acuerdo a estimaciones anteriores del Ministerio de Energía, el consumo promedio mensual de electricidad de un hogar con cuatro personas es de $20 mil. Pero, al cambiar a ampolletas de bajo consumo, se puede llegar a ahorrar entre $3 mil y $6 mil al mes.

Sin embargo, el problema radica en las diferencias de precio, lo que impacta con mayor fuerza en familias de bajos recursos.

Porque si aspiran a cambiar cuatro ampolletas, el desembolso puede llegar a unos $ 8 mil, lo que es bastante mayor que los actuales $ 1.280 que cuestan las incandescentes.

Algunos precios

Yéssica Barría, vendedora de FerreHogar, en el Mall Paseo del Mar, afirmó que "para algunas personas, comprar tres o cuatro ampolletas económicas es harta plata. Pero a la larga es un ahorro", concluyó.

Expuso que "la gente sigue pidiendo las (ampolletas) antiguas y se llevan lo que hay. Es básicamente por el precio. Sobre todo los adultos mayores, que son más tradicionales para sus compras", afirmó.

En ese local vende ampolletas eficientes desde $ 1.990, con una potencia de 14 watts, cuyo poder lumínico es similar a 75 watts. Mientras que las incandescentes están en $ 600.

En la Ferretería La Nueva, de calle Antonio Varas, hay más variedad y pueden encontrarse las del tipo LED, de 7 watts, por $ 1.850 y las de bajo consumo, de 13 watts, en $2.200. Mientras que las incandescentes de 40 watts las ofertan en $ 320.

Mientras en el Mall Chino de calle Antonio Varas, es posible encontrar las de bajo consumo desde los $ 1.600 (7 W) y algunas LED, como la de $ 6.390 (4 W); en el Supermercado Unimarc del Mall Paseo del Mar aparecen en sus estanterías ampolletas Ecoclassic en $1.290 (70 W) y las Ecohome, en $ 1.690 (14 W).

Mayor duración

El ingeniero electrónico Javier Marió, docente del área Electricidad y Electrónica de Inacap Puerto Montt, destacó junto al "significativo" ahorro en el consumo domiciliario que representará este cambio, que también significará una mayor durabilidad de las ampolletas eficientes.

"En los hogares, el precio va a ser el mayor inconveniente, porque la diferencia llega fácilmente a un 500 % en algunos casos. Pero eso se paga solo, porque realmente se ahorra energía. Lo mismo que la durabilidad. En sus empaques aparece y quienes las compren deben fijarse en eso", agregó.

El académico sostuvo que la vida útil de esas lamparillas fluctúa entre 10 mil a 50 mil horas. En efecto, estudios previos realizados por el Ministerio de Energía establecen que las ampolletas tradicionales duran cerca de mil horas, las halógenas cuatro mil horas, las fluorescentes compactas 20 mil horas y las de tecnología led, 50 mil horas.

Ahorro marginal

Para Hernán Navarro, presidente de la Asociación de Consumidores Independientes Décima Región (Cider), es valorable la iniciativa gubernamental, pero opinó que si se quiere ahorrar energía, este cambio no debería suponer una variación importante.

"Nos parece una buena medida, desde el punto de vista del ahorro energético. Pero eso no es suficiente, porque el gasto de energía en ampolletas es sólo un componente de ese gasto. A nivel del hogar, eso significa cerca de un 30 % del costo total del gasto en electricidad", postuló.

Una proyección diferente aportó el ingeniero electrónico Javier Marió, para quien el ahorro en consumo "no es mucho, pero ayuda".

El académico de Inacap expuso que el costo de tener las ampolletas encendidas "representa entre un 3 % y un 5 %, a todo reventar". Añadió que ello se observa con mayor fuerza a nivel de las empresas.

En tanto, Hernán Navarro propuso trabajar en un cambio cultural "que implique educación para variar las conductas de los usuarios y que ello permita derivar en un ahorro de energía". Por ello mencionó que "tiene que abordarse también ese ahorro en el uso de los electrodomésticos, para que todo esto pueda tener efectos".

El dirigente valoró esta "adecuada política pública, pero no es la solución a los problemas de las tarifas que todos pagamos mes a mes en las cuentas de la luz, que se agravan con el cobro de las reliquidaciones que están aplicándose desde enero pasado (...). Es una medida parcial en torno a producir ahorro energético", enfatizó.

También en el comercio

Uno de los sectores productivos que representa un importante consumo por concepto de iluminación artificial, es el Comercio.

Por ello es que hace algún tiempo anticiparon acciones de recambio de ampolletas de bajo consumo, aseguró Carlos Stange, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Puerto Montt.

"Ese proceso se ha ido incrementando en forma gradual. Pero, no nos engañemos: el consumo de ampolletas es mínimo, comparado con el que hay en otros artefactos, como computadores o refrigeradores, que también están en nuestros locales", expuso.

Sin embargo, el líder gremial resaltó que esta iniciativa es positiva, aunque reiteró que es una mejora en el consumo "más con efecto social que económico para los locales".

Advirtió que este cambio podría afectar la intensidad del alumbrado público. "Bajar la luminosidad de las calles es contraproducente. Todo demuestra que calles más alumbradas, ayudan a prevenir la delincuencia", advirtió.

Por eso, llamó al municipio a "ocuparse de cambiar el alumbrado en las calles".

Distintos tipos

Hay un dato no menor, que ayuda a elegir la ampolleta adecuada, conforme a sus características. Las bombillas indicadas como luz fría o blanca, son recomiendas para áreas como la cocina, salas de estudio y para el baño. La luz cálida o amarilla, ofrece una mejor apariencia en lugares de descanso, como el living-comedor y dormitorios.

Si se trata de evaluarlas según su potencia, para exteriores es mejor utilizar las de 11 watts; en dormitorios las de 20 watts y en pasillos basta con las señaladas con nueve watts.

US$ 1.363 millones es el ahorro, en 18 años, al dar de baja a las bombillas incandescentes en Chile. Estudios internacionales dicen que equivale a 872 megawatts y 4,8 millones de toneladas menos de CO2.

1880 es el año en que el esta- dounidense Thomas Alva Edison patentó la ampolleta incandescente. Tres años más tarde, el invento llegó al país, para iluminar la Plaza de Armas y el Pasaje Matte, en Santiago.

$ 6.000 menos podría lle- gar a pagar una familia en su boleta mensual, al cambiar las ampolletas incandescentes por las de eficiencia energética, las que pueden llegar a durar hasta 50 mil horas.