"Mitos de Chile"
Mientras la Premio Nacional de Humanidades 2013 escribía "Mitos de Chile", la "Enciclopedia de seres, apariciones y encantos" que acaba de publicar por Editorial Catalonia, se le fueron borrando letras, grabaciones y archivos desde su computadora. Dice que solo con conjuros pudo "contrarrestar las fuerzas negativas".
lA ACADÉMICA DE LA Universidad DE CHILE HA PUBLICADO MÁS DE 20 LIBROS Y RECIBIÓ EL PREMIO ALTAZOR, PREMIO ACADEMIA Y EL Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile EN EL 2013.
"Enciclopedia de seres, apariciones y encantos"
Sonia Montecino Aguirre
Editorial Catalonia
728 páginas
$28.500
Los seres y apariciones que acompañaron a Sonia Montecino
Contó la autora que durante la preparación del libro tuvo contratiempos, "archivos que se esfumaban, letras que desaparecían, definiciones que se escriben mil veces, grabaciones perdidas o borradas, problemas personales, entre otras cosas". Le contó a Jaki Rapu, una amiga rapanui que le aconsejó. "Me dijo: 'Es que tú no pides permiso antes de mover a estos espíritus', y mi comadre Carmela Romero Antivil me enseñó algunos conjuros para contrarrestar las fuerzas negativas". Solo así pudo terminar.
Recorrer la enciclopedia es adentrarse en un imaginario que, intacto, sigue poblando nuestras conversaciones, sueños y pesadillas.
Desde los ochenta
La Premio Nacional de Humanidades dice que en la década del 80 comenzó a recopilar relatos orales y mitos, especialmente los narrados por mujeres mapuche.
Confiesa Sonia Montecino que siempre le ha fascinado ver aparecer con total vigencia en nuestras conductas y conversaciones este imaginario.
"Tenía mucho interés en conocer las construcciones de género desde las culturas nuestras, las legitimaciones simbólicas de la posición de hombres y mujeres, sus lugares en el cosmos, las maneras en que aparecían en las tradiciones orales", precisa.
Con la colaboración de Alexandra Obach, Diego Artigas y Luz Phillpi, perfiló las piezas de lo que en 2003 fue el "Diccionario de Mitos de Chile", el que hoy como enciclopedia suma un centenar de nuevas definiciones, precisiones y lúcidos prólogos de Elicura Chihuailaf, Diamela Eltit y Carla Cordua.
"La novedad de este esfuerzo fue haber construido un corpus donde comparecieran todos los pueblos con su pensamiento, romper con la idea de una mitología localizada y bordar definiciones de cosas, seres, encantos, lugares, orígenes que muestren las variaciones de culturas específicas".
También se abrió hacia la cultura rapanui y tuvo nuevos colaboradores: Cristian Foerster, Alejandra Carreño y Alejandra Alvea.
Luz y sombra
-Cuáles son los mitos que te conmueven por su grandeza y belleza?
-Ese texto apunta de manera muy clara a que gran parte de nuestra tradición oral está impregnada de los imaginarios de las culturas indígenas y que si lo negamos estamos cercenando una herencia que nos constituye. Si lo aceptamos, como dice Mistral, "toda la historia de América entra a chorros en su cuerpo". El problema de los colonizados, y de los mestizos colonizados, es que han debido castrar todo aquello que vincula con lo indígena porque esta categoría fue desvalorizada, ocupó un lugar inferior, se marginó y denostó, incluso hasta las "huellas" del cuerpo indígena han querido ser borradas.
-¿Cómo los antiguos mitos permean la vida moderna?
-Depende de la comunidad, pero- por ejemplo, el mito del Kai Kai y Ten Ten está estrechamente ligado a los terremotos y a ciertas rogativas que deben hacerse; en Rapa Nui se sigue rezando a los ancestros con ocasión de los umu (curantos) cotidianos; en muchos lugares se prenden velas a las animitas, y en varios sitios se sigue una serie de rituales ante los eclipses de sol. También ciertos rituales urbanos y contemporáneos se rigen por un protocolo, como en el Año Nuevo comer lentejas o arroz, asociados a los viejos mitos de fertilidad y abundancia.
-¿Seguimos inventando mitos?, ¿de qué tipo?
-Hay invención y hay recreación. Por ejemplo, "La rubia de Kennedy", "Las bicianimitas", "La novia en el norte", el "Chupacabras", las casas embrujadas. Todas las culturas van recreando y construyendo nuevos imaginarios para explicarse el mundo y para darle sentido.
-¿Necesitamos un sentido mítico del mundo?
-Por supuesto que se necesita del mito para sostener a una comunidad como tal. Hay unos mitos más viejos y otros que emergen de acuerdo a los conflictos sociales. La nación misma se erige en base a un conjunto de relatos fundacionales. A veces tenemos fragmentos de ellos que van variando de acuerdo a las épocas. Por ejemplo, la figura de la Quintrala desde Vicuña Mackenna hasta nuestros días, ha tenido lecturas diversas, ya sea como representación de lo femenino como diabólico y poderoso, o bien desde una mirada feminista como una mujer emancipada y rupturista. Más allá de que haya sido una persona "histórica", se ha tejido en torno a su imagen un conjunto de símbolos y relatos que la mantienen vigente. Algo similar ha ocurrido con la figura del "imbunche", tomada por Lastarria para alegorizar a Chile como la "cueva del chivato" hasta las representaciones literarias hechas por José Donoso en el "Obsceno pájaro de la noche" y Carlos Franz en "La muralla enterrada". Esos son modos de expansión de los mitos de los cuales podemos rastrear una larga genealogía.
-¿Por qué aludes al exotismo y la "folklorización" como el camino errado?
-La mitología se "folkloriza" cuando la pensamos como algo que está fuera de nosotros, que pertenece a "otros" y que es un relicto, algo extinto. Cuando relegamos al lugar de lo exótico, lo despojamos de su "humanidad", es decir, de aquello que compartimos como especie. Todos los mitos se relacionan de un modo u otro, tejen macro relatos, nos hablan de problemas que enfrentamos. Como la muerte, la vida después de la muerte, el origen de las aguas, de lo creado, el poder, la lucha y el conflicto, la fertilidad, la reproducción, la búsqueda de utopías. Son preguntas sobre la existencia y sus dimensiones. Entonces no son ajenos. Pueden parecernos extraños, pero nunca están lejos de lo que todos hemos pensado y sentido. Desde ese lugar no folklorizamos y más bien los comprendemos como parte de nuestras culturas.
-¿Cómo reacciona "la academia" ante este saber oral en forma de enciclopedia?
-La academia es algo muy plural, entonces esta enciclopedia de mitos puede ser leída desde una mirada disciplinaria e interdisciplinaria. Cada vez más la oralidad es valorada, los saberes populares, indígenas y mestizos comienzan a ser escuchados, aunque claro, tímidamente ante el edificio positivista que aún prevalece en muchos espacios de pensamiento. En el campo de las Humanidades y de las Ciencias Sociales los relatos y las oralidades son fuentes de conocimiento y en ese sentido creo que será un aporte en esa dirección.
-¿Hay material para futuras ediciones?
-Por cierto, ya los ficheros están llenos de nuevos matices y definiciones que he ido encontrando desde que entregué el borrador. Como todo diccionario y enciclopedia, este libro está sujeto, como el lenguaje, a la creatividad y a lo que se está construyendo en el día a día de las comunidades. Por eso es interminable.
Por Amelia Carvallo
De norte a sur del país, y de la A de "abuelares" a la Z de "zorzal", la antropóloga Sonia Montecino precisó la cadena de mitos que sostiene nuestra herencia cultural. La nueva publicación de sus "Mitos de Chile" aumentó y pasó de diccionario a enciclopedia, engalanada con ilustraciones de Truffa + Cabeza.
-Los relacionados con el amor entre los cerros, volcanes y cordilleras. Los celos, los conflictos entre ellos, los seres que los habitan me impresionan y emocionan, porque dan cuenta de la profundidad con que nos hemos relacionado con el relieve, con las montañas. Son presencias que producen sentimientos que desde muy antiguo nos rondan y marcan en nuestras identidades locales y más generales. La cordillera es ineludible en nuestra concepción síquica del espacio y del mundo. Eso se manifiesta rotundamente en los mitos, es transversal a los pueblos originarios y al mundo mestizo. Están los relatos de los "cerros tutelares" como Tata Sabaya, Mama Guanapa y Sajama en el norte; los "cerros bravos", que son malgenio como el Volcán San José en el Cajón del Maipo; los cerros ligados a la riqueza, como el Hornohuinco en Chiloé; cerros relacionados con encantos como el Quimal, y así podría seguir…
-¿Y cuáles te horrorizan por su oscuridad?
-Los más espeluznantes son los de las apariciones. En todos lados se ha visto algo o alguien que desaparece, construyendo atmósferas de miedo, de inquietud, de interrogantes y de sospechas. Siempre hay una pregunta sobre eso que no se conoce y que se manifiesta en una diversidad de maneras produciendo el miedo a lo extraño. Casi siempre se trata de almas en pena, de espíritus que vagan, fantasmas que buscan sosiego, niños abortados, niños muertos sin bautizar, mujeres abandonadas, y por cierto, el mismo Diablo que aparece y desaparece a su antojo, aun cuando no es tan espeluznante y muchas veces es burlado.
-Usas un epígrafe de Gabriela Mistral donde dice que negar al indio nos embrutece.
Explica la antropóga que "Mistral dice que no hay modo de saber de nosotros mismos, ''sino después de un largo registro de nuestro folklore'. Ello supone conocer y reincorporar 'al indio que se lleva adentro'. Negarlo nos empobrece culturalmente. La enciclopedia busca colocarnos frente a la riqueza de la oralitura indígena, mestiza, de los cruces de imaginarios. Aquí están nuestros 'monumentos, en esta narrativa mitológica que conforma nuestra visión de las cosas y que desafía a las pretensiones ilustradas de que habría 'falta de espesor cultural' en nuestro mundo chileno".
"La cordillera es ineludible en nuestra concepción psíquica del espacio y del mundo. Eso se manifiesta rotundamente en los mitos".
alfonso gonzalez