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Los países logran en París un acuerdo histórico contra el calentamiento global

JORNADA. Por primera vez, tanto las naciones desarrolladas como en desarrollo se comprometen a gestionar juntas la transición hacia una economía baja en carbono.
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Un histórico acuerdo mundial contra el cambio climático, que une por primera vez en esa lucha a países ricos y en desarrollo, fue aprobado ayer por 195 países en la conferencia de París (Francia).

Seis años después de la fallida conferencia del clima de Copenhague, la comunidad internacional evidencia que existe mayor conciencia respecto de un problema que se cierne desde hace años sobre la vida en el planeta.

Luego de que el canciller francés, Laurent Fabius, zanjara con un martillazo el acuerdo, los asistentes irrumpieron en vítores y aplausos, y muchos rostros reflejaron años de esfuerzo diplomático.

El Acuerdo de París, que busca prevenir que las temperaturas globales suban otro grado Celsius entre ahora y el 2100, reemplazará a partir de 2020 al actual Protocolo de Kioto y sienta las bases para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los alcances

El texto propone limitar el aumento de la temperatura del planeta "muy por debajo de 2ºC respecto de los niveles preindustriales", y "seguir esforzándose por limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ºC".

En términos prácticos, para lograr ese objetivo el mundo tendría que dejar de emitir en su totalidad los gases que provocan el efecto invernadero en los próximos 50 años, dijeron grupos científicos.

La propuesta deja satisfechos a los países emergentes, que no quieren comprometer su desarrollo económico, como a los países más vulnerables a los desastres meteorológicos, que exigen un drástico cambio de rumbo energético.

Las organizaciones ecologistas consideraron un avance este acuerdo, aunque no un éxito rotundo.

"La rueda del clima gira lentamente, pero en París ha girado. Este acuerdo deja a la industria de los combustibles fósiles del lado equivocado de la historia", dijo el director de Greenpeace Kumi Naidoo.

Los países en desarrollo recibirán US$ 100.000 millones "como mínimo" a partir de 2020, una cifra que sería revisada "a más tardar" en 2025.

Según AP, la nueva versión eliminó conceptos polémicos como "neutralidad climática" o "neutralidad de emisiones" que aparecían en borradores anteriores pero eran rechazadas por China y otros países.

El texto agrega que en la segunda mitad del siglo debería llegarse a un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provocadas por las actividades humanas (como la producción de energía y la agropecuaria) y las que pueden ser capturadas por medios naturales o tecnológicos, como por ejemplo los bosques o las instalaciones de almacenamiento de carbono.

Los países desarrollados tomarán la delantera en los recortes de emisiones de GEI y los países en desarrollo, que aún necesitan generar energía con carbón y petróleo, serán alentados a orientar sus esfuerzos hacia la realización de recortes.

2 grados es el tope de aumento en la temperatura global al que deben aspirar las naciones según el acuerdo.

US$ 100 mil millones recibirán los países en desarrollo para aplicar políticas que incidan en este trabajo.

Una de las acusadas por caso "Vatileaks 2": "A muchos les gustaría ver al Papa muerto"

ESCÁNDALO. La laica Francesca Chaouqui dijo que la confesión se la entregó un cardenal.
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El Papa Francisco tiene enemigos poderosos en la Curia, afirmó una de las acusadas por el escándalo de filtraciones "Vatileaks 2" en una entrevista publicada ayer por el diario La Stampa. "A muchos en El Vaticano les gustaría ver al Papa muerto. Me lo dijo un cardenal: el Santo Padre pasa, la curia queda", dijo la jurista Francesca Chaouqui, acusada de filtrar informaciones secretas del Vaticano y de formar una organización criminal.

Además de Chaouqui, también están acusados por los mismos cargos su ayudante italiano Nicola Maio y el sacerdote español Lucio Vallejo Balda. Los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi están acusados de publicar los documentos filtrados por los tres anteriores. Según Chaouqui, tras el escándalo de filtración de documentos hay "una lucha de poder entre cardenales".

"Los periodistas son instrumentos, tras ellos hay personas que no perdonan a Francisco que haya hecho nombramientos independientemente de las jerarquías", explicó. "Son los mismos que esperan que el Papa Francisco muera de un día para otro", agregó la experta en relaciones públicas.

La defensa de Chaouqui pidió que el secretario de Estado, Pietro Parolin, sea citado a declarar como testigo junto a otros dos cardenales.

El proceso contra los cinco acusados comenzó en noviembre y se espera que continúe dentro de dos meses.

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que la pausa en la indagación "son los tiempos lógicos para el trabajo de los peritos" que deben revisar equipos computacionales y celulares.