Los resultados de la última Encuesta Cadem nos demuestran que la ciudadanía no está de acuerdo con la forma en que el Gobierno está actuando.
Por eso no extraña que el 63% de los encuestados opinen que el país va por mal camino, que el 59% piense que la economía está estancada, aumentan los que piensan que no es un estancamiento el problema, sino que está retrocediendo. Los que creen que la economía está progresando llegan a un escaso 14%.
¿Son una sorpresa estos resultados?
No. No puede sorprenderle a nadie que las personas tengan esta impresión cuando han podido ver en las últimas semanas el actuar del gobierno en la ley más importante que se discute en el Congreso, la ley de presupuesto.
En esta discusión hemos podido ver cómo las prioridades del gobierno no tienen que ver con las prioridades de las personas. Es más, en aquellas materias en donde los chilenos tienen mayores preocupaciones como salud y educación, hemos visto desorden e improvisación.
La promesa incumplida de 60 hospitales públicos, siete planes diferentes inconclusos con personas contratadas con altos sueldos son evidencia de mala gestión y clientelismo.
En educación la falta de respeto al Congreso y al país, por reducir una discusión tan importante como es el sistema de financiamiento de la educación superior, fue dejado en una simple glosa de la ley. Así se sepultó la posibilidad de hacer un debate de fondo, conociendo la opinión de los parlamentarios elegidos por sus electores, de los expertos en materia educacional, de los alumnos, de sus padres. Todo reducido a una nota al pie de la ley.
Esperemos que en unos meses más, cuando empiece el verdadero segundo tiempo del gobierno, comience también una forma de hacer política distinta, sin miedo al debate, con una discusión seria de los temas relevantes para las personas, para que podamos discutir sobre seguridad ciudadana, salud, educación y empleo.
Por ahora, falta terminar de discutir la última parte de la ley de presupuesto, luego el reajuste del sector público, que podría ser una difícil discusión por los intereses particulares de ciertos grupos de presión que tienen mucho poder (basta recordar el paro del Registro Civil) y luego por fin, poder abordar temas relacionados con las urgencias sociales y no las urgencias del gobierno de turno.
Diputado de la República. Región de Los Lagos.
Felipe de Mussy Hiriart.