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Pascuala Ilabaca se detiene a pensar en el tiempo en "Rey Loj", su nuevo disco

MÚSICA. El trabajo de la cantante porteña contiene 14 cortes con el paso y uso del tiempo como principal inspiración.
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Amelia Carvallo

Cumbias, cuecas y valses peruanos son el corazón del nuevo trabajo discográfico de la cantante chilena Pascuala Ilabaca, que como siempre le otorga a la placa su inconfundible toque para abrir de la siguiente manera: "El tic tac de nuestro corazón es más valioso que el sonido mecánico del reloj que nunca cesa".

Su más reciente disco trae 14 canciones, con una idea central: cómo vivimos el tiempo.

"Empecé a pensar en el reloj, este artefacto que el hombre creó casi como un juego, como una rueda de la fortuna donde subirse. Y jugando con el círculo terminó creando un instrumento con tanto poder, que hoy rige la vida de todos", asegura la artista porteña.

Según ella, "el tiempo es un gran tema, pasó a ser más importante que el dinero incluso. Nadie ha escapado a la dictadura del tiempo, a todos nos aflige día a día".

En este trabajo, Ilabaca aborda este tópico desde diversas perspectivas. "Por ejemplo cómo era el tiempo antes, hay canciones que hablan del desierto y las historias enterradas bajo la arena, los vestigios; después hay canciones más modernas sobre cómo vivimos hoy el tiempo y hay otras más hedonistas que se preguntan cuál es el antídoto para sobrevivir al tiempo: ser niño, vivir el presente, conectar con las sensaciones y el cariño, el momento del sueño, son canciones más gozadoras", contó desde Valparaíso, donde acaba de terminar de grabar un clip para el disco.

Según recordó, la figura de Rey Loj nació a partir del juego de palabras con reloj y empezó a tomar forma concreta. "Hay una canción en la que le pregunto al reloj de Londres, al Big Ben, cuánto tiempo me queda. Son preguntas existenciales que ya no se las haces a los dioses, sino que se las haces al tiempo", agregó.

Musica y letra

"Fauna", la banda que acompaña a Pascuala, está integrada por Juan Núñez en guitarras, Christian Chiang en bajo, Jaime Frez en batería y Miguel Razzouk en saxo y clarinete. "Antes habíamos grabado con un sonido más acústico. Ahora, por ejemplo, dejé un poco el acordeón y pusimos más piano, también grabamos algunos temas con guitarras eléctricas en vez de la de palo. Eso generó un cambio bastante notorio, nos fuimos un poco al lado del jazz también, hay canciones más rockeras con segundo teclados", puntualizó.

"La muerte en Quillagua", una de las canciones del disco nació de una estadía que tuvo en Quillagua, uno de los lugares más secos del planeta, todo a partir de "Territorios Imaginados", un programa de televisión sobre artes visuales en el que recorrió Chile entrevistando artistas. En el proceso de rodaje se puso a escribir no solo esa canción sino que salieron otras más. "Un antropólogo de Calama que entrevisté, llamado René Huerta, me contó historias que inspiraron siete de las 14 canciones de este nuevo disco", agregó.

MAR PARA VALPARAíSO

Otra de las preocupaciones de la porteña es el borde costero de su ciudad. "Como a muchos porteños me preocupa lo que pasa en el borde costero y como habitante quiero tener acceso a ese lugar. También me preocupa que la ciudad pueda seguir siendo la capital cultural de Chile, que tenga esa personalidad y, en ese sentido, proyectos como un megapuerto no ayudan", aseguró.