No hay mejor forma de iniciar el Mes de la Patria, que preocupándonos de hacer algo por nuestros compatriotas más pobres y desamparados, como aquellos que continúan sobreviviendo en los indignos campamentos de miseria que todavía no son erradicados de nuestra región y del país. Como recientemente lo ha hecho saber la ONG Techo-Chile, luego de su encuesta nacional que reveló la existencia de 34 mil familias postergadas en esa inhumana realidad a través de todo el país y siendo aún 14 los asentamientos irregulares en nuestra Provincia de Llanquihue.
Esta humanitaria organización está hoy empeñada en concretar una intensa campaña de allegamiento de nuevos socios, que ojalá lleguen a bordear los 7 mil. Y, de esa manera, incrementar la posibilidad de recursos para tender una mano generosa y auxiliadora a esos humildes y vulnerables grupos familiares, que no dejan de soñar con una vida mejor y un promisorio futuro.
Para hacerse socios de la fundación Techo-Chile, se puede ingresar al sitio electrónico www.techo.org/chile/socios y seguir la instrucciones allí insertas.
Hay que considerar que el variado servicio que Techo-Chile, junto a sus voluntarios, aporta cada día en estos campamentos, requiere del financiamiento indispensable. Lo que significa organizar comunitariamente a los que allí habitan, para ir superando las principales carencias y obtener los avances más urgentes en el marco de esa irregular subsistencia, donde toda colaboración tiene un enorme significado tanto moral como material.
En la institución subrayan que, precisamente, gracias a los aportes de los socios, han tenido la capacidad de llevar adelante positivamente esta importante obra social solidaria, que es como el paso previo para llegar a anhelada humanización de la existencia de estas sufridas familias y acabar así con estos humillantes guetos marginales.
Techo ha puntualizado que tiene la convicción de que la pobreza se puede superar definitivamente, si la sociedad en su conjunto logra reconocer que este es un problema prioritario y trabaja activamente por resolverlo. Apoyar tan noble y generosa causa, sobre todo a partir de septiembre, es un deber.