Con el sentimiento más profundo de gratitud y cariño, saludamos a todos los papás en el Día del Padre, que se conmemora hoy con especial reconocimiento filial.
En cada hogar y familia, junto a la tierna dulzura de mamá, emerge la figura austera y recia, pero igualmente sensible y afectuosa, del padre. Ese incansable gladiador del trabajo que, siendo profesional u obrero, con responsabilidades de diversa magnitud, se juega la vida para abastecer dignamente a sus hijos e hijas; así como -dentro de sus posibilidades- igualmente apoyarlos en una adecuada educación.
Para él, no hay horarios, asperezas ni escollos en el escenario laboral de cada día. Lo importante es cumplir eficientemente el deber cotidiano, llevando siempre en su corazón el imperativo de responder a las necesidades de su familia. Junto con proyectarse hacia el bien común a través de la tarea encomendada, que bien hecha -con otras tantas- se convierte en una cadena de solidario e incontenible progreso.
No desperdiciemos esta oportunidad y demostrémosle a papá nuestro amor en alguna medida. Sobre todo, si hemos sido descariñados y distantes con él. Más allá de un obsequio, lo más importante para los padres siempre será saber y sentir que es considerado y querido por sus vástagos. Una palabra amable hacia ellos, -un ¡te quiero, papá!-, será el más grandioso regalo para el noble "viejo" que nunca arrió la bandera del esfuerzo y el sacrificio por el bien de sus hijos.
Ámense los unos a los otros -entre padres e hijos-. Perdónense sus falencias y compartan fraternalmente sus virtudes y mejores intenciones.
En estos días de relevante significado, -como el del Padre-, conozcamos el saludo de grandes líderes espirituales, como el admirado Papa Francisco -quien se ha ganado el corazón de la humanidad por su sencillez, sapiencia y valor-: "Llamo a los papás a ser como San José, custodios del crecimiento de sus hijos en edad, sabiduría y gracia, protegiendo su caminar al lado de ellos. Con esta cercanía, serán verdaderos educadores. Gracias por todo lo que hacen por sus hijos. Que San José los bendiga y acompañe. Y recemos al gran Papá de todos, el Señor Dios Padre, un Padrenuestro por nuestros papás".