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Tres mujeres PDI cuentan sus historias sobre su carrera policial

ANIVERSARIO 82 PDI. En los últimos años, el rol que desempeñan es muy importante dentro de la sociedad, pues laboran codo a codo con los hombres en distintas especialidades. Un ejemplo de ello es la carrera policial que llevan estas detectives, que trabajan en la zona, destacándose por su profesionalismo y entrega, sumado a su rol de madres.
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Tres mujeres detectives de la PDI de Puerto Montt quisieron contar sus historias sobre cómo compatibilizan su vida familiar con su carrera policial, sobre todo cuando son madres. Todas tienen una gran trayectoria y trabajan codo a codo con los hombres.

La subinspector de la PDI, Evelyn Garavito González (25), es oriunda de Santiago y trabaja en la Brigada de Homicidios.

En su familia es la única mujer policía, ya que su único hermano es ingeniero mecánico.

Hace siete años, ingresó a la institución, siempre estuvo motivada por el trabajo de homicidios. Egresó el 2011 y al año siguiente empezó a desempeñarse en la Brigada de Homicidios Metropolitana, donde estuvo tres años y en enero de 2015 llegó a la ciudad de Puerto Montt, junto a su marido que también es funcionario policial y el hijo de ambos de un año.

Cuenta que desde niña veía el detective Conan que fue su primera motivación. Después en su adolescencia veía los programas de CSI (Crime Scene Investigation), donde quedan al descubierto las evidencias que se indagan por los casos. "Siempre me llamó la atención, nunca hubo alguna carrera universitaria que completara todas mis expectativas; en cambio la carrera policial involucra la parte científica, humanista, matemática y la parte física, es como lo más completo", observa.

Lo más difícil -asegura- es compatibilizar el rol de policía con ser mamá. "Es difícil, porque el trabajo policial requiere una disponibilidad de 24/7, todos los días del año. Uno entra a la institución sabiendo eso. Entonces al momento de tener un hijo se complica bastante que compatibilicen ambas cosas. Por ejemplo, yo a veces estoy desempeñando las labores relacionadas a mi trabajo y recibo llamadas de que mi hijo está enfermo, entonces no es llegar y salir para ir a buscarlo", revela. Es por ello que el apoyo de su familia es fundamental, tanto de sus padres como de sus suegros.

Lo más complejo durante su carrera dice relación con aquellos casos donde las víctimas son niños, "sobre todo cuando son asesinados por sus propios padres. Eso es súper fuerte. Acá en Puerto Montt no me ha tocado, pero en Santiago pocos meses antes de venirme tuvimos un triple parricidio. Para uno como mamá es mucho más fuerte, involucras sentimientos". Dice que su esposo pidió el traslado a la capital regional, precisamente pensando en la familia que habían formado.

No es complicado, no son machistas, al contrario, colaboran bastante con nosotras. "Cuando estamos en la calle o en algún procedimiento que involucra algún peligro, nosotras tenemos que actuar igual que ellos, a la misma altura. Estudiamos lo mismo, tenemos las mismas prácticas de defensa personal, manejamos el arma el mismo tiempo que ellos. Por lo tanto, tratamos de equiparar con ellos; sin embargo, siempre se nota una protección hacia nosotras. Es rico sentir eso que los colegas están con una, en caso de que pase algo", anota.

PROFE deportiva

Mónica Urrutia German tiene 34 años, es soltera, profesora de educación física y personal trainer. Su tiempo libre lo ocupa para hacer deporte, ya que siempre ha estado presente en su vida, desde muy niña. Va al gimnasio, hace mountain bike, snowboard y surf. Siempre está motivando a sus colegas para que hagan actividades físicas. "Es salud, mantiene el equilibrio en lo laboral, te permite liberar tensiones y estrés", dice.

Es comisario de la PDI y lleva 12 años en la institución, durante cuatro años trabajó como profesional en el Centro de Entrenamiento Físico Policial, un gimnasio dependiente de la jefatura de bienestar en Santiago. Siendo docente externa, se empapó con el tema policial y "quise ser parte de esta gran familia. Los profesores de educación física somos bien inquietos y me gustó la dinámica policial, así que me cambié inmediatamente para ser un aporte desde mi profesión y trabajar más operativas en las áreas que más me gustan, en este caso la Brigada de Robos".

Como mujer policía lleva ocho años trabajando, seis de los cuales han sido en Puerto Montt. Durante cinco años se desempeñó como funcionaria de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de la PDI, y ahora lleva un año en la Brigada de Robos (Biro).

"Es bastante especial, aquí los chicos nos cuidan harto y nos protegen. Somos una gran familia y como somos pocas mujeres operativas, se genera algo bien entretenido, porque trabajamos como un equipo. La pega es bastante dinámica, tiene hartos matices y nos complementamos con ellos", apunta. Durante estos años, Mónica cuenta su experiencia. "En la PDI uno siempre ve la peor parte de la sociedad y siempre trabajas con gente que tiene muchos problemas, entonces tienes que sobrellevar esas situaciones que en la parte externa uno no dimensiona, ni siquiera se lo imagina. Entonces debes saber llevarlas para que no te afecten en tu vida personal, sobre todos cuando trabajas con delitos sexuales que es bastante complejo", confiesa. Su trabajo está enfocado a su familia y sobrinos: "Por ellos me cuido también y uno trabaja con más ánimo y entusiasmo. Por ejemplo veo a mis colegas que tienen hijos y siempre les complica sobre todo cuando hay delitos involucrados con menores".

EXPERTA

La perito profesional del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la PDI, Mireya Poblete Arias (41), es experta en reconstrucción facial de cráneos y hace retratos hablados. Nunca pensó en llegar a ser parte de la PDI. Todo se lo debe a una amiga fotógrafa. Hace 13 años la acompañó a dejar un curriculum al cuartel policial de Santiago y decidió dejar sus antecedentes. Resulta que quedó ella en la institución y no su amiga. Desde ese momento, esta diseñadora teatral de la Universidad de Chile, de profesión, y Licenciada en Arte, comenzó su carrera policial y constantemente está frente a personas fallecidas en hechos violentos. En la actualidad, trabaja en dibujo y planimetría en el Lacrim. "Fue extraño cuando me llamaron, porque por un lado era interesante, pues era totalmente distinto a lo que yo estaba haciendo. En ese tiempo trabajaba en teatro, hacía escenografías y vestuario y de un día para otro ver muertos y andar dibujando o haciendo planos era extraño, aunque igual tenía que ver con mi profesión", cuenta. Se apasionó por su trabajo y durante años postergó la maternidad, pero luego se casó y llegó a su vida su adorado hijo de un año y medio. Hace 8 años está en Puerto Montt. "Hacemos planos de las casas, cuando entran a robar por ejemplo o cuando existe un hecho violento, como un homicidio o una muerte natural. Se fija el lugar y la posición donde se encuentra el cadáver y las evidencias que sean relevantes para la investigación. Además de eso, se hace reconstrucción facial, retratos hablados o facsímil de joyas o armas", señala.

Recientemente, la perito colaboró en una investigación científica que se realiza en Egipto, luego de encontrar una tumba con los restos óseos de tres cadáveres de hace 3.600 años a.C. Se concluyó que correspondían a un faraón y dos generales. Mireya contribuyó en la reconstrucción facial de los tres rostros, inclusive su trabajo fue usado internacionalmente. "Me sentí feliz, porque una parte de mí se desarrolla. Uno se mueve harto en la región y generalmente estoy viendo muertos, pero aquí me meto en la historia y es un granito de arena que estamos aportando para la historia". También hace dos años colaboró en la reconstrucción facial de un grupo de 35 mujeres diaguitas que fueron asesinadas.