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La deuda que aún se mantiene con Chaitén

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La llegada de las intensas lluvias nuevamente amenazó a Chaitén con una nueva crecida del Río Blanco. La subida en el nivel de las aguas obligaron a las actuales autoridades a habilitar un albergue y evacuar a las familias del sector sur, que viven a un costado del cauce. Pero esta situación había sido advertida. En enero de 2014 el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera entregó el resultado final del "Estudio de mitigación de riesgo de inundación del río Blanco en Chaitén". Análisis que constó de tres etapas; primero se revisaron los antecedentes y se trabajó en terreno, luego se realizaron los estudios básicos, para después llegar al informe final que concluyó que un enrocado podría dar una solución concreta y segura a los habitantes del sector sur de la ciudad. El estudio se inició con un levantamiento topográfico de tres kilómetros del cauce del Río Blanco y además, se efectuó un reconocimiento de terreno que incluyó un sobrevuelo para conocer el estado de la parte alta de la cuenca y evaluar la factibilidad de ocurrencia de aluviones. Del reconocimiento aéreo se determinó que el único lugar en que se pueden producir aluviones que podrían aumentar de forma relevante el caudal en Chaitén es en la cuenca del Río Chai Chai, en donde los cauces son más estrechos y tienen mayores pendientes. A continuación se efectuó el análisis hidráulico, mediante un modelo computacional se determinó hasta dónde llegaría el nivel de las aguas si se produjera la crecida de diseño y con estos antecedentes se buscó una alternativa que pudiera contener la crecida. La solución era simple, el construir dos enrocados en paralelo en la ribera sur, que significarían una inversión de mil 900 millones aportados por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere). Inexplicablemente las autoridades del actual Gobierno desecharon levantar esta infraestructura de seguridad, y el sábado 17 de mayo los chaiteninos nuevamente sufrieron la tensión de ver como las aguas del Río Blanco subían de nivel amenazando el sur de la ciudad afectada por la erupción de mayo de 2008, precisamente cuando se cumplían siete años de la crecida del cauce dividió en dos a la capital de Palena. Hoy en llamado a las actuales autoridades es a tener una visión de Estado, a dejar las diferencias políticas y a levantar la estructura que traerá tranquilidad a los chilenos que hacen patria en este punto extremo de nuestra Región de Los Lagos.

Jaime Brahm Barril,

Ex intendente de la Región de Los Lagos.

Las necesidades de regiones

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Cada 21 de mayo, y tras el mensaje presidencial -que lejos de ser una cuenta pública como la Constitución lo obliga, se ha transformado en una suerte de anuncios sobre las políticas gubernamentales venideras-; a los habitantes de regiones nos queda la misma sensación, cuál es, que las necesidades de todos quienes vivimos fuera de la capital, no son consideradas genuinamente, con sus particularidades, en la planificación estatal del Presidente de turno; salvo aquellos anuncios sectoriales, que suelen ser más de infraestructura que de otra cosa. Y esto es transversal, no es vinculante a un color político determinado, ha ocurrido históricamente y el centralismo opera con la misma fuerza que opera el régimen presidencialista que tenemos. Es decir, se administra con una mirada nacional, sin considerar aquellas diferencias que son justamente el sello que nos distingue y nos brinda el potencial que cada zona tiene. Un botón de muestra es el horario de verano que se mantuvo y extendió por igual a todo el país, sin tener en cuenta a qué hora amanece en cada región del país. Pero lejos de quejarnos lo que debemos hacer es construir desde nuestras particularidades, la región y el país que queremos. Y una vez que efectivamente aportemos intelectualmente, con ideas y propuestas, y ofrezcamos soluciones viables a una serie de carencias; es probable que el gobierno central considere nuestro llamado, que lejos de ser una plegaria, será entonces, un aporte concreto. La Región y la Patagonia en general no puede quedarse en la queja eterna. El acceso a la tecnología y la conectividad, han democratizado las demandas, han acercado realidades, y hoy, desde regiones, perfectamente podemos aportar e instalar en el inconsciente colectivo y en la lista de tareas gubernamentales, aquellos aspectos que los gobiernos no pueden seguir dilatando, y que muchas veces, por desconocimiento o falta de sensibilidad local, pasan por alto. Las regiones tienen necesidades distintas de las evidentes, que van mucho más allá de un hospital, un puente o un estadio; y tienen que ver con lo que somos, aspecto identitario que incluso las autoridades políticas no alcanzan a percibir, olvidan o soslayan, porque como es lógico, las demandas diarias los obligan a concentrarse en lo urgente y no en lo importante, porque la política es dinámica y contingente. En consecuencia, es tiempo que comencemos a pensar la macro zona sur que queremos, más allá de lo evidente.