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En busca de solución a la crisis de confianza

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El proyecto de probidad en la función pública, cuyo texto fue aprobado en particular esta semana por el Senado, constituye -junto a las recomendaciones de la comisión Engel y a la agenda de probidad y transparencia impulsada por la Presidenta de la República- un punto de inflexión para enfrentar la crisis de confianza que afecta al sistema político chileno. Se trata de una iniciativa que busca fortalecer los mecanismos de control social y transparencia para asegurar la probidad pública en el ejercicio de la función pública, la prevención de conflictos de intereses y la separación tajante entre negocios y política. El deterioro de la confianza hacia la actividad política y la función pública viene arrastrándose desde hace tiempo. Las instituciones y el sistema político tardaron mucho tiempo en reaccionar frente a signos que hace años se venían presentado y que fueron horadando la legitimidad del sistema, dañando su imagen y levantando barreras difíciles de franquear entre la política y la ciudadanía. El retroceso de lo público en función de lo privado -propiciado desde la década de los 70- generó en Chile un tipo de acción política que construyó una relación indebida con el sector empresarial, lo que decantó en una crisis general de cuyos efectos hemos sido testigos directos en los últimos meses. Y si bien los casos de corrupción conocidos han sido aislados, la gente ha perdido confianza en el sistema y reclama una nueva forma de relacionarse con el poder político y económico. La mejor manera de enfrentar los males de la política es con más y mejor política. Ese es el verdadero desafío que enfrentamos. En ese sentido, a los esfuerzos en materia de transparencia y probidad conocidos en las últimas semanas, se suman otras leyes -ya aprobadas o en proceso de discusión- que apuntan a fortalecer nuestro sistema democrático, como el término del sistema electoral binominal y su reemplazo por uno de carácter proporcional o la iniciativa que establecerá límites a la reelección de autoridades. Así, los partidos políticos e independientes representados en el Congreso Nacional están haciendo su trabajo, mejorar la política desde la política. Pero éste no es un problema que afecte sólo a los políticos. Es un problema de la sociedad chilena en su conjunto. Y los cambios legales por sí solos no bastan para resolver este nudo crítico. Es necesario un cambio de conducta general, con una ciudadanía más formada e informada y con actores políticos capaces de fijar con claridad y energía sus posiciones personales y colectivas.

Rabindranath Quinteros Lara.

Mensaje de fondo de un glorioso "21"

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La iluminadora palabra eclesiástica y pastoral, estuvo presente una vez más en la tradicional liturgia del 21 de mayo, -a través del arzobispo monseñor Cristián Caro-, para honrar a los héroes navales de Iquique y agradecer a Dios las bendiciones de un país hermoso, libre y soberano.

Esa inspirada gratitud y rogativa de amparo, se dirigió, asimismo, a los pescadores que dedican con sacrificado temple su vida al trabajo en el mar y a quienes integran la Armada de Chile, -en su mes conmemorativo-, la cual ha prestado y presta grandes servicios a la patria, particularmente en el cuidado de los mares y lagos, junto a la custodia de la soberanía marítima, además de su servicio a la comunidad.

El pastor arquidiocesano destacó la dura lucha que se ha debido dar en nuestra zona -mancomunadamente- para enfrentar sin pérdida de vidas y de la mejor manera posible los daños surgidos de la erupción del Calbuco. Calamidades, ante a las cuales abogó por enfrentarlas en adelante "desde un Estado con una política diseñada para estas emergencias".

Frente a la crisis de confianza y falta de credibilidad, hoy presente a nivel nacional, propuso la necesidad de cambios institucionales que frenen los desbordes conocidos, así como, sobre todo, transformaciones en las conductas personales y colectivas, basadas en el respeto a la dignidad humana y la práctica las virtudes de la templanza, la justicia y la solidaridad. Fórmula ideal para acabar con la desconfianza y la polarización de nuestra sociedad, y llevar a la anhelada unidad, que "ciertamente requiere de la verdad y la justicia, pero también del amor, el perdón y la reparación".

Fue también un haz de luz guía, para perfeccionar conductas sociales hoy debilitadas por algunas fallas, la alocución patriótica del comandante en jefe de la V Zona Naval, contraalmirante Guillermo Lüttges, el 21 de Mayo frente al mar del Reloncaví, al instar a que el ejemplo de Prat sea un modelo que imitar no sólo frente al infortunio, sino que especialmente en el quehacer de la vida cotidiana, para servir con amor y desinterés al prójimo y al bien de Chile.

¡Gracias, 21 de Mayo y el recuerdo de tus héroes, por llamarnos a la unidad, al respeto mutuo, a la solidaridad y al amor patrio¡ Herencia de los inmortales.