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Tortura y miseria: el drama de los ex presos políticos porteños

21 días en huelga de hambre. Víctimas de la dictadura cuentan sus experiencias tras el golpe de Estado de 1973: desde pasar casi un año escondido en un cementerio, hasta tener que renunciar a sus planes de familia y vivir en la clandestinidad.
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"Yo era un gallo totalmente feliz, no era político, no tenía idea de las peleas que pasaban afuera, de los partidos políticos, de los comunistas, los momios. Yo vivía mi mundo. Pero mi vida cambió un día de diciembre del año 73. Fui detenido en las puertas de mi casa por un bus lleno de carabineros. Me dijeron que había atacado el bus. Obvio, eso era falso. Me dijeron 'este es extremista y hay que matarlo'".

El relato corresponde a uno de los cuatro ex presos políticos puertomontinos -quien pide reserva de su identidad. El grupo cumple hoy 21 días en huelga de hambre, a raíz de exigir una nueva Ley de Reparación, que beneficie a todas las personas que fueron víctimas de la violencia impartida por el Estado durante la dictadura militar.

El promedio de edad de los huelguistas está entre los 65 y 70 años, lo que hace muy delicada la determinación de mantenerse sin ingesta de alimentos. De hecho, en un comienzo eran cinco. Sin embargo, tras sufrir una descompensación uno tuvo que dejar la huelga de hambre.

En la protesta están participando personas que son parte de las distintas instancias creadas a través de la Comisión Rettig, la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, la Comisión Valech, y desde 2009, la Comisión Asesora Presidencial para la Calificación de Detenidos Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura.

salud

Luis Guerrero, de 74 años, tuvo que desistir de la huelga por problemas en su estado de salud. El 11 de septiembre de 1973, tenía 32 años, cuatro hijos y una esposa, con quienes vivía en la calle Los Leones de la capital regional.

"La noche del 13 de septiembre es la noche de mi hecatombe. Me fueron a detener con vehículos de combate, camiones y buses. Eran aproximadamente unos 50 hombres armados, entre militares carabineros y civiles. Me llevaron al Regimiento Sangra, no sin antes sacarme la cresta. Arriba del camión me escupieron y orinaron, además de los golpes. Fue tanto, que al llegar al regimiento ya estaba bloqueado, semi inconsciente", relata.

Guerrero en su relato se refiere a la muerte del ex diputado Luis Espinoza, padre del alcalde de Frutillar y el diputado PS. "¿Se dio a la fuga con dos muletas? ¿Escapó con dos muletas? Lucho era inválido de las caderas", recuerda que pensó.

cementerio

César Ampuero hoy tiene 60 años. El 11 de septiembre de 1973 tenía 17 y estaba en Riachuelo. Su principal actividad era la ordeña de vacas, ayudando a sus padres y 16 hermanos. "Yo estaba en Riachuelo a la orilla de la casa, fui al pozo, porque teníamos agua de vertiente, cuando de repente escucho en la radio que había un golpe de Estado. Me asusté porque yo era el único 'comunista', como le llamaban los dictadores", dijo.

César comentó que estuvo escondiéndose en el cementerio cerca de un año.

Recuerda a algunas de las personas que compartían con él esta situación. Sin embargo, el 24 de junio de 1974, Ampuero fue detenido. "Antiguamente se celebraba San Juan. Entonces yo tenía a mi hermano que se llamaba Juan Omar, y se celebraba con 'carneo' de chancho. Así que fui a su casa, que quedaba al medio del pueblecito y después, como estaba cansado, me fui a dormir a mi casa. En la noche, mientras descansaba, vi unas luces y supe que estaba rodeado: había carabineros, militares y detectives", describe.

Añade que el grupo tocó la puerta de su ventana. Y preguntaron por él: "¿Usted es alias "El Caco" Ampuero Sánchez?". Yo les dije que sí. Y me pidieron que me vistiera, porque querían conversar conmigo". Ese sería el comienzo de los días más duros.

"Hay que decir que los carabineros y los 'ratis' abusaron harto de nosotros, pero al menos soy de aquellos que salimos vivos. A los compañeros que cayeron conmigo no los volví a ver. Hay dos fallecidos, don Aniceto Arriagada y don Antonio Gallegos. Don Aniceto murió tiempo después por los golpes. A él con las golpizas le reventaron los pulmones. Nosotros estuvimos poco más de un mes y medio en Investigaciones y después salimos, pero ahí nos andaban siguiendo, de repente aparecían autos y te decían "¡aquí andai huevón!".

A ese constante hostigamiento se sumaba otra cruda realidad, la que tenía que ver con que no podía conseguir un empleo. "Así nadie me podía dar un trabajo", agregó.

dirigente social

El conocido dirigente social Víctor Alvarado Muñoz -también huelguista- cumplirá el 8 de septiembre 65 años. El 11 de septiembre de 1973 acababa de cumplir 23. El mayor de siete hermanos, nació en Punta Arenas y sus padres se casaron en Puerto Montt. Era militante del MAPU y trabajaba como funcionario en la Conaf.

"Yo me encontraba trabajando en el puente Guadua, cerca de la comuna de Calbuco, y se nos comunicó que había ocurrido un golpe de Estado. No lo tomamos muy en serio, porque nunca pensamos que en un país democrático iba a haber un golpe. Así que seguimos trabajando. Pero prendimos la radio a eso de las seis y media o siete de la mañana. Ahí supimos que todo era verdad. Salimos los que pudimos salir, los que estábamos más comprometidos con los partidos, y yo me fui a Puerto Varas", recuerda.

"Había hecho mi servicio militar en Punta Arenas, así que sabía lo que venía, el Ejército algo te enseñaba. Además uno algo leía, así es que sabía lo que sería un golpe de Estado, especialmente para las personas de izquierda. Inmediatamente pasé al clandestinaje. De ahí, como cualquier persona, empecé a pensar en la familia. Yo me casaba en enero de 1974 y en ese entonces mi novia estaba embarazada. Ya estaba lista para tener el bebé. Mi hijo nacía el 15 de septiembre del 73. Ella quedó impresionada cuando le dije 'mija ya de aquí no me vas a ver más, no sé si me vas a ver con vida o no". Recién pude aparecer hasta el año siguiente", rememora.

apoyo internacional

La próxima semana los huelguistas en Puerto Montt, y los 120 que se han sumado en todo el país, tendrían respuesta a sus demandas para mejorar sus pensiones. Al menos, esa es la esperanza.

Ayer se conoció del apoyo expresado por el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky, quien envió una carta abierta a la Presidenta Michelle Bachelet. "Espero sinceramente que usted y sus recién nombrados ministros respondan positivamente a sus demandas legítimas, para no poner en peligro sus preciosas vidas, que han de ser honradas y respetadas como testimonio vivo de las atrocidades", dice.