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Tras causar estragos en Ensenada, el Calbuco vuelve a lanzar cenizas

Período de inestabilidad. Tras dos grandes pulsos eruptivos, ayer nuevamente apareció la pluma en el macizo.
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El volcán Calbuco no da tregua en su proceso eruptivo. Luego que durante la noche del jueves y madrugada del viernes no presentara una actividad visible y no se apreciara material incandescente en su cono, las primeras horas de ayer volvió a cobrar fuerza, exhibiendo una columna de cenizas propia de su estado de inestabilidad.

Desde distintos puntos, era posible observar que la pluma se desplazaba en dirección al noreste, situación que cambió en el transcurso del día cuando las cenizas comenzaron a apuntar hacia el sur del macizo emplazado entre Puerto Montt y Puerto Varas.

De acuerdo a información emanada del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur, la columna de material particulado alcanzó "una altura máxima de dos kilómetros y una dispersión preferencial hacia el sector noreste variando al este-sureste en horas de la tarde". (ver página 10)

Según el reporte de monitoreo de Alerta Roja publicado por Onemi, la actividad mostrada por el volcán Calbuco en las últimas horas "sugiere que el sistema ha entrado en una fase inestable y de actividad sostenida, la cual podría ser precursora de un proceso magmático que podría generar flujos de lava y/o emplazamiento de domos en superficie".

El documento concuerda a lo observado en terreno por El Llanquihue, durante un recorrido por distintos sectores aledaños del volcán. Allí se pudo apreciar la acumulación de material piroclástico, e incluso algunos colapsos de pequeños domos en su cono, al igual que la emanación de ceniza desde distintos cráteres.

Trabajo in situ

El fenómeno también pudo ser advertido desde Ensenada por un equipo de cinco investigadores de la Universidad de Chile y la Universidad Mayor, que se encontraban realizando análisis de la ceniza emanada.

"Además de la principal, vemos una pequeña columna en el sector este del cono, puede ser el colapso de material o por un nuevo punto de emanación. El volcán continúa en un período inestable de actividad con pequeñas explosiones", explicó Angelo Castruccio, académico de la Universidad de Chile.

Comentó además que "esta mañana apareció una columna que se ha mantenido continua, con un par de kilómetros de altura, entonces es un poco difícil aventurar qué es lo que puede ocurrir.

Mientras levantaba muestras en Ensenada, comentó a El Llanquihue que "con el estudio in situ, queremos saber las características físicas, qué minerales hay, todavía no podemos saber bien qué composición es. Ahora estamos viendo el tamaño de los clastos y la distribución que tienen para entender un poco cuál fue la dispersión de la columna eruptiva y después calcular cuál fue el volumen de la erupción".

El panorama de la villa de Ensenada era desolador, las techumbres y lo que hasta hace algunas semanas eran prados verdes, ahora son explanadas grises de ceniza y piedra volcánica, que en algunos lugares alcanza hasta medio metro, con una gran similitud al paisaje que presentó Chaitén en mayo de 2008. Incluso el glaciar del volcán Osorno perdió su característico color blanco adoptando una tonalidad gris oscura.

"Durante las dos fases explosivas que presentó la erupción del Calbuco, el material se direccionó hacia el nor - noreste, afectando fuertemente a la localidad de Ensenada con acumulación de cenizas y pómes, las que también se depositaron en el flanco sur del volcán Osorno", explicó el geólogo puertomontino Paul Duhart, quien es el subdirector nacional de Geología de Sernageomin, entregando detalles sobre la observación realizada por un equipo de El Llanquihue, que llegó hasta las cercanías del centro de esquí.

El profesional indicó que probablemente se trata de una capa de muy poco espesor, "que si bien puede incrementar el derretimiento de los hielos al disminuir la refracción luminosa, es un fenómeno que no tiene efectos significativos".

Desde colonia Tres Puentes, era posible apreciar a la distancia otro fenómeno. La cara sur del macizo presentaba una importante acumulación de material piroclástico, el que resaltaba por su color gris pálido.

"Esa observación corresponde al flujo lahárico que descendió desde los faldeos del macizo hacia el sur, a través del Río Blanco. Es un aluvión volcánico, formado por la fusión de hielo, y que incluye agua, cenizas y fragmentos rocosos", explicó el geólogo puertomontino Paul Duhart, quien es el subdirector nacional de Geología de Sernageomin.

Infraestructura dañada

Los intensos fenómenos naturales de los últimos días causaron serios efectos sobre la infraestructura de Ensenada.

La noche del 22 de abril, los 14 voluntarios de la Séptima Brigada de Bomberos de la localidad ribereña del lago Llanquihue, salieron de su cuartel para cooperar en la evacuación de sus vecinos.

Utilizando sus dos vehículos, especialmente un carro "araña" con tracción a las cuatro ruedas, partieron a los sectores apartados, para luego dirigirse a Puerto Varas dejando en resguardo las máquinas.

En su ausencia, se acumuló gran cantidad de cenizas en el techo de la sala de máquinas de la unidad, colapsando las vigas que sostenían la cubierta de latas de zinc.

"En medio de la emergencia nuestra preocupación era evacuar a nuestros vecinos, sin preocuparnos de lo material. Cuando el volcán se calmó un poco, volvimos a Ensenada y nos dimos cuentas de los daños, no sólo en nuestro cuartel, sino que también en las casas de nuestros voluntarios", contó el capitán de la brigada, Manuel Gallardo.

El oficial precisó que junto con el colapso del techo, resultaron con daños material menor, como radios, líneas de agua y uniformes, además de dos vehículos particulares. "Son automóviles de voluntarios, a los que les cayó la estructura encima", dijo.

Ayer, llegaron voluntarios de compañías de Puerto Varas para cooperar en la limpieza de lo que quedó de la brigada, que se ha transformado en una estructura inestable.

"Acá no hemos recibido la visita de autoridades de ningún tipo. Nadie ha venido a ver si necesitamos algún tipo de ayuda. Prestamos un importante apoyo a la comunidad, y el único llamado que hacemos es que esta vez se preocupen un poco de nosotros, para que podamos seguir trabajando en esta emergencia que nos afecta a todos", dijo el capitán Gallardo.

La furia del Calbuco también afectó a la nueva Escuela Epson, incluso antes de que entre en funcionamiento.

Ante el peso de los piroclastos, el techo del gimnasio del futuro establecimiento educacional terminó cediendo.

Según el alcalde Álvaro Berger, un 35% de su estructura se encuentra tapada por ceniza y gravilla. El nuevo plantel había sido esperado por 17 años por la comunidad y llevaba un 90% de avance, incluso hace algunos días la obra fue visitada por la directora nacional de Arquitectura.

Con una inversión de mil 300 millones de pesos aportados por recursos regionales, iba a comenzar a recibir a los alumnos durante el segundo semestre de este año.

Ernesto Bustamante, director de la escuela, hizo un desesperado llamado para limpiar los piroclastos del inmueble .

"Si no se retira el material emanado el volcán desde el techo, puede colapsar la totalidad de la nueva escuela. Si llegan lluvias en las próximas horas, como estaría pronosticado para el sábado (hoy), la ceniza va a aumentar cuatro o cinco veces su peso, y se va a venir abajo todo", indicó.

El docente agregó que "la ilusión de poder inaugurar la nueva escuela, y que los niños pudieran pasar a salitas calefaccionadas, con pizarras interactivas, y tecnología de punta, se va a aplazar por el accionar del volcán".

A los efectos de la erupción sobre la escuela, el cuartel de Bomberos, la infraestructura vial y la conectividad, se suma la grave alteración del paisaje, precisamente en una localidad que cuenta con una muy arraigada vocación turística como es Ensenada.

2 mil

metros de altitud alcanza actualmente la pluma de cenizas que emana desde el volcán Calbuco.