Refuerzan estrategia para detectar y prevenir suicidios en Los Lagos
MEDIDAS. Ante los actuales indicadores, las autoridades de Salud conformaron Mesa Regional de Prevención y activaron redes de atención para detectar casos de intento de suicidios. Médico psiquiatra del Servicio de Salud revela cuáles son los principales factores de riesgo a los que se debe poner atención, especialmente entre los adolescentes.
Las preocupantes cifras de suicidios que registra la Región de Los Lagos, han motivado el surgimiento de diferentes esfuerzos por hacer disminuir esas tasas, que -aunque han ido decreciendo con el paso del tiempo- no dejan de inquietar a las autoridades regionales del sector Salud.
Entre ellas, está el Servicio de Salud del Reloncaví (SSR), que reportó 158 casos en 2010, 133 en 2011, para llegar a 99 en 2014. Sin embargo, en los primeros tres meses de este año, los casos de autoeliminación llegan a 29.
Especial atención despiertan los indicadores a nivel juvenil. "La tasa de suicidio adolescente muestra un aumento sostenido entre los años 2000 al 2010, especialmente en el grupo etario de los 10 a 19 años, alcanzando una promedio de 25 casos. Mientras que en el año 2000, llegaba a 10 casos. Esto nos hace plantearnos varios desafíos en términos de monitoreo y vigilancia", expuso la seremi de Salud, Eugenia Schnake.
La misma autoridad reportó que se trata de un problema que no sólo abarca a los más jóvenes, puesto que la tasa de suicidio de todas las edades en el año 2010 alcanzó a 19 personas por cada 100 mil habitantes, en la región; a nivel país ese indicador era de 11 por cada 100 mil habitantes.
MESA DE PREVENCIÓN
Para hacer frente a este complejo escenario, es que se busca definir las causas y enfrentarlas. Por eso es que la seremi Schnake destacó la conformación de la Mesa Regional de Prevención del Suicidio, que implementará un sistema de vigilancia de intento, que funcionará a través de un sistema de registro informático sobre este problema de salud pública en Puerto Montt.
"La primera medida de esta mesa es la notificación de los intentos (de suicidio), de manera de hacer un análisis de estos casos, cuando llevemos un tiempo instalados, para de esa manera ir viendo cuáles son los factores de riesgo", especificó.
En efecto, a partir de este mes se inicia este sistema de notificación y elaboración de datos, a través de un programa en línea aportado por el Departamento de Salud Municipal, que será revisado por los profesionales de todas las unidades que participan en el piloto.
A la seremi de Salud le preocupa que a nivel de adolescentes se haya doblado esa fatídica estadística entre 2000 y 2010. "Entre los 15 y 19 años, pasamos de 8,6 niños por cada 100 mil habitantes, a 11,4. El tema es complejo", reconoció.
Para enfrentar esta cruda realidad, la seremi Schnake aseguró que existen cuatro estrategias: el trabajo multisectorial, como el de la Mesa de Prevención de Suicidio; la detección de los casos de riesgo, con un fuerte trabajo de redes asistenciales y organismos públicos; la cobertura y atención en casos diagnosticados; y la vigilancia epidemiológica "que después de un tiempo nos va a permitir analizar los casos, ver los elementos que se repiten, para definir políticas preventivas y específicas", explicó.
Las etapas definidas por la autoridad para enfrentar un problema de salud, son: promoción, para mantener sana a la población; prevención, con vacunas o control preventivo; atención y rehabilitación. Para Schnake, el ideal es mantenerse entre las dos primeras fases.
"En el tema de la vigilancia epidemiológica, estamos activando esta red en todos los establecimientos de salud que pueden identificar los casos de intentos de suicidio", afirmó.
Entre ellos, están las Unidades de Urgencia y el Servicio de Psiquiatría del Hospital de Puerto Montt, los dos Centros Comunitarios de Salud Mental (Cosam) del Servicio de Salud; los cinco Cesfam y Sapus del Servicio Municipal de Salud, además de las clínicas Los Andes y Rodales.
PESQUISA Y SÍNTOMAS
La doctora Fabiola Jaramillo, subdirectora médico del SSR, reveló que entre las intervenciones que impulsan está la pesquisa, para lo cual entrenan permanentemente los equipos de atención primaria, mediante herramientas de control, "ya que hay síntomas que son muy sutiles, pero nos dan luces de que algo anda mal".
Agregó que es importante la tarea de esa Mesa de Prevención, lo que permitirá aumentar la información disponible, la que en la actualidad se concentra en los suicidios consumados y no en los intentos.
"El principal factor predictor para un suicidio consumado, es un intento previo. Tenemos que tener injerencia para prevenir esto; necesitamos hacer un seguimiento de los casos que hacen el primer intento", manifestó.
MÉTODOS
Respecto de las cifras de suicidio de este año, dijo que se trata de 7 mujeres y 22 hombres, lógica estadística que se repite en los reportes de 2014, cuando de los 99 casos, 10 fueron mujeres y 89 hombres, casos que se dan con mayor recurrencia en ciudades con mayor densidad poblacional, como las capitales provinciales.
En su calidad de médico psiquiatra, la doctora Jaramillo aseguró que quienes más intentan quitarse la vida son las mujeres. Aunque los hombres representan una cifra menor, consiguen su propósito al utilizar "métodos más drásticos", como el ahorcamiento, mientras que para los intentos aparece la intoxicación farmacológica y la combinación de fármacos con alcohol.
Reconoció que el grueso de estos atentados está en los adolescentes y adultos jóvenes, aunque en los últimos 10 años ha habido un aumento entre los adultos mayores.
"En el sur hay más cuadros depresivos que en otros lugares", agregó. Aunque hay factores que no están muy estudiados, hay una condición asociada a la falta de luz solar. "Producimos mucho menos serotonina, que es nuestro antidepresivo natural", reveló.
FACTORES DE RIESGO
Como esta situación a veces subyace oculta por los potenciales suicidas, la profesional llamó a estar atentos a algunos factores de riesgo.
Entre ellos, destacó padecer una enfermedad depresiva o algún trastorno psiquiátrico. Además del abuso de drogas o alcohol, poseer antecedentes de suicidio previo, expresar sentimientos de desesperanza, rigidez cognitiva (que les cuesta encontrar solución a sus problemas), vivir solo, tener un evento vital complejo (duelo), sensación de falta de red de apoyo efectiva, problemas económicos (endeudamiento) y enfermedades médicas o dolor crónico que interfieren en la vida diaria.
En el caso específico de los adolescentes, afirmó que "esto no es como una receta de cocina", pero sí admitió que hay algunas alarmas.
"Tiene que ver con que los adolescentes tienen una irritabilidad no habitual. Tiene que ver con los cambios de conductas desajustadas. Ahí se empieza a sospechar que algo está pasando y empieza a transformarse en una sensación de 'estoy aburrido'. También se presenta a través del bajo rendimiento académico o con autolesiones parasuicidas, que hablan de un gran sufrimiento interno y por eso tenemos que buscar ayuda", detalló.
Un aspecto relevante es el denominado efecto Werther o "contagio" suicida. "Se produce una sensación de que si él lo hizo, porqué no hacerlo. Los suicidios no son contagiosos, pero tienen esta lógica que se van reproduciendo. Hay personas que tienen la idea y frente a la ejecución de otro, toman la iniciativa", dijo.
Por lo anterior, la psiquiatra sostuvo que "siempre ante un intento o la idea de suicidio, tenemos que aportar con la ayuda que esta persona requiere. Porque esto surge de un sufrimiento psíquico muy importante. Y nosotros cometemos el error al interpretarlo como una acción manipulatoria".
Para atender debidamente estos casos, existe la plataforma telefónica Salud Responde (600-360-77-77) del Ministerio de Salud; ante una ideación suicida, se debe buscar ayuda médica y psicológica en el Cesfam más cercano, desde donde se deriva a centros de mayor complejidad (Cosam). Y, ante un intento agudo (ingesta de medicamentos), recurra al servicio de urgencia.