Secciones

Nuestro archivo

E-mail Compartir

En marcha obras del

Al ritmo que está previsto, han continuado ejecutándose los trabajos de construcción del malecón de atraque del puerto comercial de Angelmó en Puerto Montt. Se están levantando dos hileras de tablestacas, separadas por una distancia de 34 metros; como también se habilita una plataforma de alivio en el sector oriente del terminal.

malecón de Angelmó

Alarma por ola de

La ciudad de Puerto Montt y sus habitantes vivieron 6 horas de asombro, temor y cortes de energía eléctrica, a raíz de la tormenta eléctrica desatada ayer en la zona. Los relámpagos y truenos mantuvieron despierta a gran parte de la población. La inestabilidad atmosférica fue arrastrada por el vendaval.

robos en el centro

Temor y cortes de

energía por tormenta

Jesús anima y renueva nuestra vida

E-mail Compartir

El primer día de la semana, María Magdalena va al sepulcro y vio que la piedra estaba sacada. Luego ella corre a decir a Simón Pedro y al discípulo amado por Jesús que se habían llevado del sepulcro al Señor. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Este llegó antes y vio las vendas en el suelo, pero no entró. Pedro entró en el sepulcro y vio las vendas en el suelo y también el sudario. Después entró el otro discípulo y así también él vio y creyó. Pero todavía no habían comprendido que Jesús debía resucitar, según la Escritura (Cfr Jn 20, 1-9). Aquí vemos que María Magdalena es la primera en ser testigo de la Resurrección. Luego los otros discípulos intervienen comprobando lo sucedido. Será Juan quien al ver creerá en la Resurrección de Jesús, pero se trata de una fe incipiente, es el comienzo hacia la fe plena. Poco a poco irán comprendiendo el hecho de la Resurrección de Cristo y sus implicancias para la propia vida. De hecho, Jesús se apareció después a los doce y también a más de quinientos hermanos (cfr 1 Cor 15, 5-6). Por eso decimos que no es una invención, sino un evento histórico, verificado. Si los discípulos estaban tristes por la muerte de Jesús, ahora cambia todo, porque se dan cuenta que la muerte no tiene la última palabra. Jesús es vencedor de la muerte y del pecado, lo que llena de alegría sus corazones. Esta alegría, porque Jesús está vivo, será la fuerza para que los discípulos vayan por el mundo entero comunicando la buena noticia: Cristo vive y nos regala una vida nueva. ¿Cuál es el alcance salvífico de la Resurrección? En palabras del Catecismo lo decimos del siguiente modo: "Es la culminación de la Encarnación. Es prueba de la divinidad de Cristo (…) el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección" (Compendio del Catecismo, n. 131). En dos palabras, existe la esperanza cierta de una vida plena y un mundo mejor, libre de toda corrupción y de todo pecado, a pesar de nuestras debilidades.Esto significa que nuestra meta no está aquí, pues estamos de paso en este mundo. Por eso, San Pablo nos invita a buscar los bienes de arriba, a pensar en las cosas celestiales y no en las terrenas (cfr Col 3, 1-4). Alegrémonos porque Jesús ha resucitado y nos concede una vida nueva, vida llena de esperanza, vida con un sentido nuevo. Que esta luz de esperanza, en medio de tantas preocupaciones, dolores y sufrimientos del mundo de hoy, inunde nuestros corazones, nos conceda paz, y seamos capaces de transmitirla a los demás.

Pbro. Dr. Tulio Soto. Vicario General del Arzobispado de Puerto Montt.

Renaciendo a una vida más plena

E-mail Compartir

Luego de las fervorosas expresiones puertomontinas de amor y adhesión al padecimiento de Cristo, por la salvación de la humanidad, algo especialmente demostrado en la masiva peregrinación en el vía crucis a Puerto Varas, durante la Semana Santa que hoy culmina, el pueblo cristiano conmemora en este día, alborozado, el histórico episodio de la Resurrección de Cristo, que es la mejor inspiración para revivir también a una existencia más plena, fundada especialmente en la solidaridad y preocupación por aquellos más frágiles y desamparados.

Sobre todo, en estos tiempos en que campea el agobio materialista, competitivo y superficial, la semana de recogimiento vivida ha sido un remanso de espiritualidad que ha robustecido la fe cristiana y la esperanza en un mundo mejor, teniendo como eje central de la existencia humana a Jesús y su mensaje amoroso y salvífico: la certera posibilidad de resucitar también, como Él, a la vida eterna.

San Agustín, en su tiempo, no cesaba de proclamar que "Cristo murió por nosotros, resucitó por nosotros: es el Señor de la historia y de nuestra vida. Por eso, como creyentes somos pascuales. La muerte y resurrección de Cristo es, cristiano, tu propio misterio".

A su vez, el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, ha expresado en sus homilías que la eternidad comienza en la tierra, si se viven las tareas diarias -al interior de la familia y en el trabajo- "basados en la fe, la esperanza y el amor" y que "si estamos unidos al Señor, se abrirán para nosotros las puertas del cielo".

La Iglesia ha dicho que la Resurrección de Cristo nos llama a la vida y que, a través del bautismo, Dios nos convoca a una existencia en Cristo. "Si hemos sido sepultados con él -dijo Pablo a los romanos- también hemos resucitado con él". Lo que significa un llamado a la renovación personal.

En ese rumbo se orienta, en consecuencia, adoptar en adelante una actitud de vida más cristiana, generosa y, sobre todo, sensible al padecimiento ajeno. Lo que sería, en buenas cuentas, a partir de estos sagrados días, resucitar también a una existencia más plena y feliz, justificando un tránsito útil en el caminar terrenal de cada día.