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Sequía: se acabó el plazo

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Guillermo Pickering,

Andess

Hace años que la industria sanitaria viene alertando que la escasez hídrica es un problema que llegó para quedarse en una vasta zona del país, desplazándose rápidamente al sur producto de los cambios que está enfrentando el planeta en materia climática.

Pero tal como ocurre en el cuento Pedrito y el lobo, el país no ha tomado conciencia o parece no querer creer que miles de camiones aljibes abastecen de agua para consumo humano a la población rural desde el norte chico hasta Chiloé, o que miles pequeños campesinos están viendo cómo sus cultivos o animales sufren por la falta de agua.

La sequía persistente desde hace a lo menos cinco años está causando estragos y lamentablemente estamos atrasados, el plazo para actuar se nos acaba. En materia hídrica hace falta una mirada de largo plazo que pueda convocar a todos los sectores usuarios del agua para buscar soluciones integrales, oportunas y efectivas; que vaya en paralelo a los cambios institucionales en debate en el Congreso, incluyendo una mayor transparencia a un mercado que transa derechos de aprovechamiento sin la suficiente información requerida.

Hasta ahora, la disposición predominante en relación a la falta de agua es la de asignarle un carácter transitorio, a la espera de la próxima lluvia, pese a que toda la evidencia indica que se necesitan varios años de pluviometría "normal" para que los embalses se vuelvan a llenar, las napas a recargar y los ecosistemas se fortalezcan.

Debemos instalar el cambio climático y no la sequía en la agenda pública, pues al referirnos a esta última se tiende a ver el problema como algo temporal, transitorio, que va a tener un fin. Entender que la falta de agua es un problema estructural y urgente del país es condición necesaria para apurar las definiciones pendientes en materia de gestión integral de las cuencas y establecer las prioridades en el uso de cada una de ellas, comenzando por el abastecimiento humano, la agricultura de subsistencia y los ecosistemas.

En materia productiva, incluso puede ser necesario un proceso de reconversión de algunas zonas, además de inyectar financiamiento a la innovación, el riego tecnificado y la desalación de agua de mar.

Sernageomin fija 9 cauces con riesgo de lahares volcánicos

villarrica. Macizo registró 114 sismos. Subsecretario Aleuy informó que área de restricción se amplió a 10 kilómetros. Autoridades se mostraron preocupadas.

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Una intensa actividad exhibió en la noche del lunes y la madrugada del martes el volcán Villarrica. Un fenómeno que para los puconinos se ha vuelto parte de sus rutinas. En la última semana, es cotidiano admirar la fumarola del macizo y cuando se pierde la luz del día, comienza el "show" de lava y cenizas que desborda el cráter, llegando a alturas que superan los 300 metros.

El Sernageomin ratificó que el volcán conserva la alerta naranja -decretada el 13 de marzo- ante una "erupción probable en corto plazo". Es en este escenario que el organismo identificó 9 cauces con riesgo de lahares volcánicos.

Se trata de los ríos y esteros que nacen del macizo. Estos son, el río Turbio y Pedregoso en el noreste; el estero Zanjón Seco por la ladera norte; los esteros Correntoso, Molco, Chehuilco y Huichatío por el noroeste; el río Voipir por el oeste y el río Chaillupén por el suroeste.

Sernageomin estima que tras una erupción, los lahares pueden llegar a movilizarse a una velocidad de 100 kilómetros por hora.

"En términos bien simples corresponde a todos los cauces que nacen en la parte alta del volcán, que son cauces que tienen quebradas y más o menos la misma pendiente y por lo tanto las mismas posibilidades de conducir lava. Nacen en la parte alta en el sector donde se puede fundir hielo que moviliza sedimento y fragmentos del material eruptado produciendo lahares hacia abajo", explicó el jefe de la red de vigilancia volcánica del Sernageomin, Luis Lara.

El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, informó que los organismos expertos decidieron ampliar la zona de exclusión a 10 kilómetros del cráter del volcán por su actividad en constante alza. En esta línea, la autoridad agregó que existe la posibilidad de aumentar la alerta a roja. "Hay un aumento en la actividad volcánica que podría derivar en una alerta roja", aseveró .

Alcalde

El alcalde de Pucón, Carlos Barra, llamó a la calma. "El volcán por ratos pareciera que entra en mayor actividad pero después vuelve a su normalidad y a lo mejor vamos a estar mucho tiempo en estas mismas circunstancias", indicó.

Acerca del riesgo que representan los lahares, el edil rescató el lado positivo de los ríos que brotan del macizo. "Son los cañadones que nos defienden porque por Pucón jamás ha pasado ninguna lava ni aluviones porque estamos muy protegidos", aseguró.

Respecto de la experiencia anterior, la que dejó la erupción del 3 de marzo, Barra afirmó que el único sector que resultó afectado por lahares fue El Cerdúo, sin mayores consecuencias. "La ciudadanía está tranquila que es lo más importante", agregó el jefe comunal.

Incandescencia

En las últimas 24 horas, la expulsión de material candente se pudo ver desde distintos puntos de la zona lacustre. Tanto profesionales como aficionados a la fotografía observaron desde distintos rincones el fenómeno e hicieron verdaderas vigilias a la espera de obtener alguna imagen para el recuerdo.

Según el último reporte del organismo técnico, el Villarrica registró 114 sismos asociados a la dinámica interior del volcán, casi el doble del día anterior (60).

Pese a la manifestación que a muchos recordó las horas previas de la erupción del recién pasado 3 de marzo, finalmente el gigante cordillerano escondió su corona de fuego, cerca de las 3 de la madrugada. La alta incandescencia obligó al Sernageomin emitir a las 22 horas del lunes, un "reporte especial" que destacó que la mayor de las explosiones que registró el volcán llegó a recorrer una distancia de 500 metros.

El jefe técnico del Ovdas, Carlos Cardona, informó que el lago de magma del macizo se mantiene cercano a la superficie del cráter, lo que explica la intensa actividad que ayer se pudo divisar en la parte alta del edificio volcánico que tuvo su mayor manifestación de fuego el pasado 3 de marzo.

En ese sentido, el experto de nacionalidad colombiana precisó que "tenemos un lago de lava que tiene más o menos 1.100 grados de temperatura en superficie y el accionar de este lago de lava también emite algunas pequeñas explosiones al nivel de cráter que son observadas por las personas y también emisiones de ceniza que en horas del día se han visto con alguna potencia, con un conteniendo de material particulado que se está dirigiendo hacia el noreste".

Ovdas

Luis Lara, explicó ayer en Temuco la situación actual del Villarrica. "Efectivamente en las últimas horas hemos observado mayor actividad a nivel del cráter con pequeñas explosiones estrombolianas con emisión de material piroclástico hacia el exterior pero bastante débiles y sostenidas por un periodo relativamente corto", afirmó.

El experto sinceró que el gigante lacustre presenta una baja actividad del tipo eruptiva. "Es importante resaltar que esto aún cuando llama la atención de todos los que observamos el volcán, es normal dentro de la definición de alerta naranja", aseguró el vulcanólogo.