Secciones

Un ingeniero en reino unido realiza un experimento para explorar los efectos de vivir sin música

E-mail Compartir

A propósito de la previa a la Semana Santa, Trevor Cox, ingeniero en sonido y académico de la Universidad de Salford, en Reino Unido, realizó un experimento peculiar: una "cuaresma musical", es decir, dejar de escuchar canciones durante 40 días.

Según consigna el sitio web de la BBC, el objetivo de Cox fue explorar la omnipresencia de la música en la sociedad moderna.

El propio académico, quien diariamente practica saxofón, relató su experiencia al portal. "Prácticamente todos oímos música dentro de nuestras cabezas. Al comienzo de este experimento yo me sentí inundado de imaginería musical", explicó.

En inglés, existe un concepto conocido como "earworm", que literalmente significa "parásito de oído", pero que en realidad se refiere a las melodías que se repiten en el cerebro. Por ejemplo, Cox podía oír de manera imaginaria algunas sinfonías de Mozart o las interpretaciones en su saxofón. "Este bombardeo interior de melodías pegadizas se mantuvo durante los primeros días del ayuno y luego se calmó gradualmente hasta estabilizarse en algo más normal (...) Cuando eliminé la música de mi vida, mi cerebro lo compensó creando una imaginería musical excesiva", relató.

Durante el período de "cuaresma musical", Cox también sintió deseos de tararear las canciones que se repetían en su cabeza: "Mientras andaba en bicicleta por Salford o hacía cosas en casa, mientras escribía en mi oficina… A lo largo del día estaba desesperado por externalizar el sonido. En un momento en que dejé escapar unas notas accidentalmente, también percibí cuánto más placentero era que sólo imaginar la melodía en mi cabeza".

Una semana después de comenzado el experimento, Cox se sintió cansado y aburrido, ya que posiblemente "estaba perdiendo la capacidad que tiene la música para estimular los centros cerebrales de placer".

El ingeniero concluyó que la música también se puede ignorar. Un ejemplo es cuando una persona ingresa a una oficina o un local y a veces no se percata de que están tocando la radio. "Nuestro sistema auditivo está constantemente recogiendo sonidos y nuestro cerebro tiene que decidir cuáles son importantes y merecen atención y cuáles pueden ser ignorados sin peligro", sostuvo.

Finalmente, Cox admitió que es difícil vivir en un mundo sin música, ya que estamos rodeados por ella.

"Durante mi ayuno escuché por todas partes fragmentos de canciones que se colaban desde los auriculares de las personas que me cruzaba en la calle, de la música que salía de las tiendas y del sonido distante de mis hijos practicando sus instrumentos", indicó.

una dieta alta en grasas puede cambiar el rendimiento del cerebro

biología. Un estudio advierte que estos alimentos afectan la función intestinal, lo que altera el sistema nervioso y causaría trastornos neurosiquiátricos.
E-mail Compartir

Los perjuicios de una dieta alta en grasa son conocidos: puede provocar desde enfermedades cardiovasculares hasta una disminución en el rendimiento cognitivo.

Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Louisiana sostiene que estos alimentos además pueden ser capaces de cambiar el comportamiento de una persona, ya que la grasa provocaría una inflamación en el cerebro.

En resumen, esto confirmaría la preocupación de algunos especialistas que aseguran que los alimentos grasos aumentan el riesgo de depresión y otros trastornos psiquiátricos.

La investigación, publicada en la revista Biological Psychiatry subraya que esta dieta provoca un cambio en la mezcla de bacterias en el intestino, también conocido como el microbioma intestinal.

El microbioma humano o flora microbiótica se compone de miles de millones de microorganismos, muchos de los cuales residen en el tracto intestinal, que son esenciales para el funcionamiento fisiológico normal.

La investigación sugiere que las alteraciones en el microbioma pueden ser la base susceptible del huésped a la enfermedad, incluyendo el deterioro neurosiquiátrico. En otras palabras, si se altera puede producir cambios a nivel cognitivo.

experimento

Esta teoría llevó a los investigadores de Louisiana a probar si un microbioma relacionado con la obesidad altera el comportamiento y la cognición, incluso en ausencia de esta enfermedad.

Para ello, los autores trabajaron con ratones adultos no obesos, que se mantuvieron en una dieta normal. Posteriormente, recibieron un trasplante de un microbioma intestinal perteneciente a ratones alimentados con una dieta alta en grasas. Finalmente fueron evaluados a nivel de comportamiento y cognición.

Los investigadores descubrieron que los animales que recibieron el microbioma sufrieron múltiples alteraciones en el comportamiento, incluyendo un aumento de la ansiedad, problemas de memoria y conductas repetitivas.

Asimismo, sufrieron de efectos perjudiciales en el cuerpo, incluyendo el aumento de la permeabilidad intestinal, que ocurre cuando se desarrollan espacios entre las células de las paredes intestinales y dejan entrar alimentos no digeridos, desperdicios metabólicos y bacterias al torrente sanguíneo.

El estudio también indica que este trasplante produjo una inflamación cerebral, lo que produce cambios en el comportamiento.

"Este trabajo sugiere que las dietas altas en grasa perjudican la salud del cerebro, en parte, mediante la interrupción de la relación simbiótica entre los humanos y los microorganismos que ocupan nuestros trayectos gastrointestinales", comentó John Krystal, editor de la revista Biological Psychiatry. Estos resultados proporcionan evidencia de que los cambios inducidos por la dieta al microbioma intestinal son suficientes para alterar la función cerebral, incluso si la persona no es obesa.

Según el estudio, esta conclusión se condice con una investigación previa, que estableció una asociación entre numerosas afecciones psiquiátricas y síntomas gastrointestinales. Pero por desgracia, los mecanismos por los que el microbioma intestinal alterado afecta al cerebro todavía no se conocen bien.

Si bien los autores reconocen que necesitan investigar más a fondo para aclarar esa duda, los hallazgos sugieren que el microbioma intestinal tiene el eventual potencial de ser el nuevo blanco terapéutico para tratar los trastornos neurosiquiátricos.

redaccion@mediosregionales.cl