Monseñor Caro llama a respetar decisión del Papa tras caótica llegada de nuevo obispo
osorno. Arzobispo Cristián Caro acusa a grupo de parlamentarios de inmiscuirse en "lo que no le corresponde", ante la violenta manifestación al interior de la Catedral San Mateo.
"La gente tiene derecho a manifestarse, pero no dentro del templo", fue el comentario unánime del mundo católico respecto a la violenta toma de posesión del obispo de Osorno, Juan Barros Madrid.
Lo que generalmente es una fiesta para la Iglesia Católica en cada toma de posesión, en Osorno la ceremonia se convirtió, el sábado, en una verdadera batalla donde las protestan fueron para muchos "una verdadera profanación al templo".
Generalmente, el clero diocesano se reunía en una capilla cercana, desde donde salían en procesión hacia la Catedral para mostrar al nuevo pastor, hasta que recibe su indumentaria y es proclamado obispo.
En Osorno, nada de eso hubo y, por el contrario, un grupo de manifestantes se encargó de ofrecerles el peor recuerdo a quien fuera obispo castrense entre el 2004 y 2015, general en retiro del servicio religioso del Ejército, Juan Barros, quien es rechazado en su nueva destinación por haber sido vinculado como encubridor de Fernando Karadima, acción que el acusado niega por distintos medios.
El arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, uno de los jefes eclesiásticos que acompañó al nuevo obispo, quien fue víctima de los manifestantes. "De un manotazo me tiraron la mitra (tocado) y solideo", dijo. Con estos últimos hechos, la Iglesia Católica se siente por un lado herida, pero también dividida, ya que hay católicos que se manifestaron en contra de la nominación de monseñor Barro.
El jefe eclesiástico de la Arquidiócesis de Puerto Montt, Cristián Caro, aclara que ellos deben acatar las decisiones del Santo Padre. En respuestas a periodistas, no cree que haya alguna relación de antigua amistad con el Papa que haya prevalecido para ser reafirmado en su cargo. "Sabemos que lo tomó (El Papa) con pleno conocimiento de todos los antecedentes y lo que nos corresponde es acatar la decisión del Papa, porque es el pastor universal", puntualizó. Añadió que monseñor Barros se ha sentido confirmado, porque pudo conversar con el Papa personalmente, después de un mes en retiro en España. "Hubo mucho aprovechamiento de ésto", sostuvo el pastor.
En la misa no se pudo cumplir con ningún ritual, no se entregó la comunión, no se escuchó el Evangelio, por los gritos de los manifestantes, contó monseñor Caro, que dice que muchos perdieron su mitras las que aparecieron mojadas y pisoteadas con el volcamiento del agua bendita que hicieron.
El portavoz de la Conferencia Episcopal de Chile, diácono Jaime Coiro, mirando la situación más desde la civilidad, entiende las legítimas expresiones de laicos, recordando que una cosa es la obediencia y lo otro es la sumisión. "Los laicos tienen el derecho establecido en el ordenamiento canónico y a veces también el deber de hacer presente lo que le parece de una decisión de una autoridad eclesiástica, lo que derivó en manifestaciones violentas y gente que por otro lado rezaba y cantaba, por rechazo también al obispo nombrado.
Coiro, quien no estuvo en Osorno, cree que es muy difícil determinar la situación, porque a un grupo se les fue de las manos la manifestación y por otro estuvo la decisión de los organizadores en continuar con la Eucaristía, por lo que es difícil determinar si se pudo haber evitado la agresiva manifestación.
El obispo de Aysén, Luis Infanti, también se refirió al ser consultado cuando llegaba a participar en un encuentro pastoral de la comunidad católica que se realiza en Casa Nazareth. Este piensa que estas manifestaciones responden a la idea de expresar el ideal "que todos quisieran, el ideal de una iglesia viva, pura, comprometida y eso lo han manifestado, quizá más vehementemente que otras partes, pero siento que es fruto de una iglesia madura donde es importante que los laicos expresen lo que sienten, lo que viven , y si algún miembro de la Iglesia siente que no responde a ese ideal de esa iglesia estamos llamados a corregirnos, a ayudarnos, comprendernos", dijo.
11
años fue obispo castrense el cuestionado obispo de Osorno, que fue investido en confusa ceremonia.
70
días después de haber sido nombrado obispo de la Diócesis, asumió en medio de manifestaciones.