Aborto vs. objeción de conciencia
El Congreso se encuentra debatiendo la despenalización del aborto. La izquierda históricamente ha intentado introducir el aborto en Chile, pero desde siempre se ha encontrado con una fuerte oposición social que ha mostrado tener un gran respeto al derecho a la vida del niño que está por nacer. Astutamente, en el segundo mandato de la Presidenta Bachelet, el gobierno se atrevió a promover el aborto, pero sólo a base de tres causales: violación, inviabilidad del feto, peligro de la vida de la madre. Sin embargo, lo que hay detrás de las verdaderas intenciones de este proyecto es abrir las puertas para que exista aborto puro y simple en Chile. Y no es difícil deducir esto. La Presidenta Bachelet mientras fue la dirigente máxima de ONU mujer ya difundía en sus discursos el aborto como un derecho de las mujeres, sin limitarlo a estas tres causales. Entonces, cabe preguntarse ¿por qué hoy en Chile la Presidenta sólo lo limita a tres causales? La única respuesta lógica es que detrás de esto hay una campaña de ir avanzando de a poco, instalando primero casos extremos que confunden la moral de la ciudadanía, para en un futuro próximo contar con aborto libre. Así se ha hecho en todos los países en donde se ha ido legalizando el aborto, y la izquierda chilena sólo está siguiendo el "manual de cortapalo". No obstante, somos muchos los parlamentarios que nos oponemos a este proyecto de ley, porque respetamos la vida de un niño inocente e indefenso por sobre todas las cosas. Por lo demás, así lo establece la primera garantía constitucional establecida en el artículo 19 N° 1 de nuestra Carta Fundamental. Agravaría la situación la intención de algunos de pretender forzar a aquellos médicos que se nieguen a practicar un aborto a tener que hacerlo. Lo más valioso que tiene una persona es su conciencia, y sería una vulneración grosera a los derechos humanos, el castigar a aquellos médicos que por su moral o convicciones valóricas no estén dispuestos a quitarle la vida a un niño que está por nacer. No olvidemos que las personas están antes que el Estado, que el Estado tiene que estar al servicio de la persona y que su rol es contribuir a generar las condiciones para que cada miembro de nuestra sociedad se pueda realizar espiritual y materialmente. Sería un gran retroceso al respeto a la vida y a la libertad de conciencia, si se aprueba una ley de aborto en Chile que, además, imponga a los médicos tener que practicarlos, sin considerar la legítima objeción de conciencia que puedan invocar.
Iván Moreira Barros.